Sediles es puro sabor; oro líquido y mermelada

Los esfuerzos de transformación agropecuaria, con el olivo como emblema tradicional y la fruta incorporada al mapa, han dado realce a este municipio que se yergue al abrigo de la Sierra de Vicor.

Molienda tradicional en la almazara de Inés; a la derecha, Inés Pablo.
Molienda tradicional en la almazara de Inés; a la derecha, Inés Pablo.
Laura Uranga

Muchas veces, los pueblos de escaso censo pierden el miedo a sus cotidianas espadas de Damocles gracias a la garra de algunos habitantes que buscan la prosperidad del entorno; por si fuera poco, y cuando las cosas funcionan, hay quienes saben hacerlo sin generar envidias. Las hermanas Luisa y Cristina Pablo son un ejemplo de este carácter voluntarioso y trabajador; lo mismo ocurre con Juan Luis Condón, alcalde y esposo de Luisa, y también con varios miembros de su familia, con los socios de la cooperativa de aceite local Sierra Vicor, con el desaparecido Emilio Jacobo... Sediles, pueblo de la ribera del Perejiles, saca pecho por diferentes luminarias de su presente; las dos almazaras activas, el negocio de mermeladas, un bar-restaurante de referencia en la zona y, por supuesto, las bondades de la Sierra de Vicor, la más alta de la comarca.

Sentadas en el Restaurante Oli, que gestiona Carmen desde 2010, las hermanas le dan un repaso a la actualidad del pueblo y de los afanes que convierten sus días en jornadas que exceden –es una hipérbole– las 24 horas. "Tenemos un alcalde que se mueve mucho –apunta Luisa, con una sonrisa cómplice– pero lo importante es que aquí todo el mundo se suma a las tareas en pro del bien común, hay cariño por el pueblo; y no nos podemos quejar de infraestructuras, porque hay consultorio médico nuevo, calles cuidadas, wifi… estamos bien".

"Nosotras –sigue Luisa– somos hijas del pueblo, yo llevo asentada desde 1998 y mi hermana desde 2001". "Nuestro padre –apunta Carmen– es de aquí y marchó a Cataluña a trabajar en los 60; conoció a mi madre en Gerona y los tres hermanos nacimos allá, pero nunca perdimos contacto con el pueblo, veníamos en vacaciones y muchos festivos a ver a la familia. Yo también conocí en Sediles a mi marido, me quedé y fuimos viniendo toda la familia; aquí están nuestros padres y estamos los tres hermanos".

Sediles: un apellido que arrastra, aunque aquí no se gasta

Mermeladas La Vicora, el negocio que comparten las dos hermanas Pablo, comenzó gracias a la crisis. "Yo trabajaba en una inmobiliaria en Calatayud que cerró –recuerda Luisa– y mi hermana ya tenía la casa rural aquí desde 2004; elaboraba las mermeladas para el desayuno de los clientes y peticiones de amigos. Pensamos que podía ser un modo de vida; el marido de Carmen tiene frutales y vimos que la transformación era un modo de dar salida a este producto de una manera bonita. Abrimos a finales de 2011". "Fuimos probando y mejorando –apunta Carmen– y ahora tenemos de frutas y de hortalizas; también hemos sumado mermelada de vino de Miedes, de la D. O. Calatayud, y también de setas de la zona".

Carmen y Luisa tienen mucha variedad de producto, pero las más demandadas son la mermelada de mora de zorzal –la que más trabajo da en la recogida– las de albaricoque, manzana canela y melocotón; las de tomate, cebolla y pimiento también funcionan muy bien. "Tienen mucho sabor; con todos los respetos, no son comparables a las industriales. Distribuimos en varios puntos de Zaragoza, tenemos una tienda en Bilbao y ahora estamos valorando algunas posibilidades de entrar a grades superficies. Tampoco queremos abarcar demasiado, para poder manejar la demanda".

Sediles es tierra olivarera y oleícola. Juan Luis recuerda que la Almazara Sierra Vicor, que maneja la cooperativa, da servicio a toda la comarca y a varios pueblos del Aranda "Incluso a alguno de Soria –puntualiza– y es que se da un buen servicio. Además, aquí tenemos la oliva royal, propia de la zona, con un sabor muy especial que destaca en el ‘coupage’".

La Almazara de Inés (con su marca La Caserica) la llevan Inés Pablo y Antonio Catalán. Inés es del pueblo, y comenzaron con el negocio en 2007. "A Antonio le encantaba el tema desde siempre –comenta Inés– y empezó a probar para casa, pero el asunto fue creciendo y ahora llevamos aceite por toda la zona, botella a botella, garrafa a garrafa. También mandamos pequeñas cantidades a amigos de Alemania y Francia, y vendemos por Internet, gusta tanto que a la gente no le importa el coste de los portes. Trabajamos con oliva royal, también negral, cirujal y algo arbequina. Y lo hacemos en frío, con molienda a piedra; es más lenta, pero nos gusta más".

En datos

Comarca: Comunidad de Calatayud.

Población: 100.

Distancia a Zaragoza: 91 km.

Los imprescindibles

Placas solares en el campo

Los dos últimos años se ha desarrollado el riego por goteo en los olivares locales; además, hay varias balsas. La inversión ha sido rentable gracias a la cooperación de todos los habitantes; hay cinco balsas, pozos y placas solares

Dos casas rurales

La casa rural Sierra Vicor, de alojamiento compartido; tiene cinco habitaciones y oferta desayuno, comida y cena. La casa rural El Alarife (foto) es de alquiler completo, para siete personas. Se pasan clientela y  colaboran.

Cerámica en la almazara

En el antiguo molino abrirá en breve Saedile, un taller centrado en la recreación cerámica histórica. Lo llevará Néstor Pablo, que tiene ascendencia en Sediles; además, conoció aquí a su esposa. Ahora es profesor en Calatayud.


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