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Cerca de 1.500 aspirantes compiten por entrar en la Guardia Civil

Calatuyud es una de las 16 sedes donde 27.000 opositores buscan lograr una de las 2.210 plazas convocadas.

Un guardia civil supervisando una de las pruebas en Calatayud, con 1.500 aspirantes.
MACIPE

Nervios, satisfacción, caras de cansancio. Todas esas sensaciones se reflejaban este sábado en los rostros de quienes acudieron a la sede de la Academia de Logística de Calatayud para participar en la primera jornada de las pruebas de acceso a la escala de cabos y guardias de la Guardia Civil que se desarrollan hasta este domingo y por quinto año consecutivo en la ciudad bilbilitana. Cerca de 1.500 aspirantes estaban convocados en el acuartelamiento Barón de Warsage, una de las 16 sedes repartidas por toda España para acoger a las 27.356 personas que optan a una de las 2.210 plazas convocadas. Se trata de la mayor oferta desde el año 2009.

Del total de personas presentadas, 810 residen en Aragón, algo más que las 716 que concurrieron en 2018. "A Calatayud llegan de Cataluña, Navarra, La Rioja, Huesca y Zaragoza; los aspirantes de Teruel acuden a Valencia", detalló la portavoz de la Guardia Civil, Ana Cristina Otín. Entre los opositores, Otín recordó que "un 23% son mujeres, un 3% más que el año anterior". Esta primera fase, que arrancó este sábado, consta de controles sobre conocimientos generales, ortografía, inglés y psicotécnico. A nivel nacional, la mayoría de los aspirantes proceden de Andalucía (6.780), Comunidad de Madrid (4.364) y Comunidad Valenciana (2.624).

"Estudie Ambientales y me gustaría ir a la montaña, por lo que veo que es una buena opción", explicó Pedro Sabio, zaragozano de 23 años. A su lado, Coral Rodríguez de Pinseque reconoció que "desde Bachiller" le "ha gustado la Guardia Civil". Cerca de ellos, Carlos Usón, también maño, asumió que "es una buena opción de futuro", mientras Manuel Ramos, de 29, explicaba que el año pasado estuvo preparando las pruebas dos meses y casi aprobó. 

"Es mucho sacrificio porque estoy trabajando, tengo dos hijas y estoy separada", explicaba una barcelonesa de 40 años, a quien le parecía injusto que se marque esta edad como límite. "Me ha salido bien, mejor que el año pasado", advirtió. También desde la ciudad condal, Loreta apuntó que ha tenido que "compatibilizar con el trabajo", pero es que desde los 8 años que lleva en España le gusta el trabajo que hace la Guardia Civil. 

De superar esta parte, los opositores serán convocados en septiembre para las pruebas físicas: una de resistencia de 1 kilómetro, una de velocidad, otra de natación y una de fuerza. De ahí, se someterán a un reconocimiento médico y a una entrevista personal y, si todo sale bien, en octubre pasarán a la Academia de Guardias de Baeza o al Colegio de Guardias Jóvenes ‘Duque de Ahumada’ de Valdemoro (Madrid).