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El colegio Gascón y Marín cumple cien años como referente de la educación en Aragón

El centro educativo de Zaragoza, inaugurado en 1919, celebra su aniversario con el reto de conservar sus señas de identidad y su buena trayectoria pedagógica.

Cumplir un siglo no es fácil. Si el centenario es un colegio, la importancia es doble. Si se trata del Gascón y Marín, que además de centro educativo es un monumento, un Bien de Interés Cultural (BIC), la celebración es obligada.

Este histórico edificio, que lleva cien años en la zaragozana plaza De los Sitios y siempre ha sido escuela –salvo durante la Guerra Civil, que se le dio uso de hospital– ha vivido este viernes una jornada doblemente emotiva. Su cumpleaños ha servido, por un lado, para rendir homenaje a los hombres y mujeres que, con su entusiasmo y convicción, hicieron posible su nacimiento: desde José Gascón y Marín, el ilustre jurista y político zaragozano que le da nombre, a José de Yarza de Echenique, el arquitecto municipal que tan bien supo aunar belleza y funcionalidad.

Y por supuesto, a Guillermo Fatás Montes y a Eulogia Lafuente, que fueron los primeros directores del colegio –él de los niños y ella de las niñas, que en 1919 alumnos y alumnas no compartían aulas, solo patio de recreo-. También han estado presentes en el recuerdo los diez directores y directoras que ha habido después, los docentes que han pasado por sus aulas en estos cien años y han dejado su impronta y, por descontado, las generaciones de niños que se han formado en este espacio. Muchos de los profesores, trabajadores del centro y exalumnos han querido participar en este homenaje y no han faltado tampoco los nietos de Fatás y de Gascón y Marín (en este último caso, acudió incluso un bisnieto).

Todos ellos, autoridades invitadas incluidas, han hecho hincapié en los valores que fundamentaron el nacimiento de este colegio, considerado en su momento no solo el más hermoso y espectacular de la ciudad, sino el mejor de España y en lo avanzado y moderno de sus postulados pedagógicos. La actual directora, Isabel Zamora, ha recordado que fue "pionero"; los espacios se crearon teniendo en cuenta las nuevas corrientes que llegaban de Europa y que defendían, para albergar colegios, edificios luminosos y ventilados, amplios y con servicios como cine, comedor, duchas o talleres. "Fue la primera escuela diseñada en Zaragoza según las exigencias de la enseñanza graduada –ha explicado Zamora–, que buscaba responder a un nuevo concepto, muy moderno y adelantado a su época, de escuela pública".

Toda esta tradición se ha respirado hoy, pero lo más emocionante sin duda fue cómo han vivido los actuales alumnos del centro, niños de 3 a 12 años, el cumpleaños de su colegio. Sentados en las escaleras del hall del edificio, con banderines pintados por ellos mismos, han recibido con vítores y algarabía al alcalde, Pedro Santisteve; a la presidenta de las Cortes de Aragón, Violeta Barba (esta ha participado en la celebración en su doble condición de representante institucional y exalumna del colegio) y a la consejera de Educación, Mayte Pérez,  todos ellos en funciones.

Fieles al espíritu participativo e integrador del centro, los pequeños han colaborado en la organización de su fiesta: han ayudado a decorar la gran tarta de chocolate que, con un 100 en su cúspide, velas y bengalas, recordaba que el acto era, sobre todo, un cumpleaños. Han mirado curiosos las fotografías de época que se han colgado en los paneles del vestíbulo, a modo de exposición, y han alucinado con la vieja máquina de coser Singer y las de escribir, Olivetti, que se exhiben también estos días en el hall y que hace años fueron utilizadas por chavales como ellos.

Y es que el Gascón y Marín sigue siendo un colegio pequeño y familiar donde todos se conocen y se preocupan unos por otros. Estas han sido las señas de identidad –familiaridad, convivencia, inclusión– que la actual directora ha destacado. Además de considerar "un orgullo" trabajar en un colegio que es una joya arquitectónica y, un referente pedagógico.

El colegio Gascón y Marín cumple cien años.
El catedrático emérito de la Universidad de Zaragoza Guillermo Fatás Cabeza, nieto del primer director del colegio Gascón y Marín, junto a los nietos (José, Elvira y Almudena) y el biznieto (José Luis) de José Gascón y Marín, jurista y político zaragozano que dio nombre al centro.
Guillermo Mestre
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