El botellón, el ruido y el riesgo de atropello preocupan a los vecinos de la calle Bolonia

Cientos de jóvenes se agolpan de jueves a domingo ante las puertas de la única discoteca que sigue abierta en Héroes del Silencio. Tras el cambio de sentido de la calle los conductores se ven obligados a circular por ahí sorteando peatones.

El botellón, el ruido y el riesgo de atropello preocupan a los vecinos de la calle Bolonia
El botellón, el ruido y el riesgo de atropello preocupan a los vecinos de la calle Bolonia
L. R.

Los vecinos que viven entre las calles Héroes del Silencio y Bolonia sufren, cada fin de semana, los estragos del ocio nocturno a las puertas de sus casas. Al ruido que se genera en la calle durante la noche hay que sumar la suciedad con la que se encuentran los residentes cuando salen de sus casas por la mañana y, desde hace apenas un mes, otro nuevo problema: el reciente cambio de sentido de estas calles, que supone “un grave riesgo” para peatones y conductores por las aglomeraciones del botellón.

Como ocurre en otras zonas saturadas de la ciudad, las peores noches para los residentes comienzan los jueves de madrugada y terminan los domingos, ya que es cuando más gente sale a disfrutar de la fiesta. “Calculamos que somos un centenar de vecinos los que sufrimos el problema de manera directa”, apunta un ciudadano que reside en la calle Bolonia, aunque asegura que indirectamente afecta a muchos más. Y es que, a pesar de que en la actualidad tan solo queda un bar abierto en Héroes del Silencio (Inöpia Club), a sus puertas se agolpan centenares de jóvenes que practican el botellón y generan ruido y suciedad. “No tenemos nada en contra de la discoteca, porque además está bien aislada, pero en el último año la situación ha empeorado”, reconoce este residente.

Según los vecinos, el panorama que se encuentran por las mañanas tras una noche de fiesta es “desolador”: vidrios rotos, cristales, vómitos e incluso orines dentro de los portales son algunos de los elementos habituales con los que conviven, a pesar de que reconocen que los servicios de limpieza funcionan correctamente. “Hay muchas brigadas que pasan los sábados y los domingos, cosa que en otras zonas de Zaragoza no ocurre”, señala.

Además de la limpieza de sus calles, su descanso también se ha visto afectado por el jolgorio nocturno y temen que el problema se recrudezca con la llegada del buen tiempo. “Son calles muy estrechas y el ruido no se disipa. Tenemos que dormir con las ventanas cerradas. Ahora aún se lleva bien, pero en verano es imposible”, afirma este vecino.

“Nos sentimos indefensos”, comenta otro ciudadano que vive en la calle Héroes del Silencio y que asegura estar “harto” del botellón. Cree que la administración debería garantizar el orden público y reclama una mayor presencia policial. “Necesitamos más insistencia de la policía, porque la presencia de los agentes no asusta a los jóvenes y no les impide seguir bebiendo en la calle”, apunta.

Sin embargo, los vecinos no son los únicos que denuncian el botellón. Los propios responsables del local, que han mantenido varias reuniones con los residentes, reconocen que es una práctica que les perjudica y a la que se debería poner fin. “Nosotros estamos por la labor de colaborar, no dejamos que salgan del local ni con vasos de plástico e incluso limpiamos la calle al cierre, porque nos da vergüenza cómo la dejan”, señala Rubén Díez, de Inöpia. Consideran que hacerlo excede sus responsabilidades como hosteleros, pero insisten en que entienden el malestar de quienes viven alrededor del local. “Echaremos una mano a los vecinos en todo lo que podamos, pero aquí hay algo que falla”, concluye.

Para tratar de tomar medidas y buscar posibles soluciones, los afectados se han puesto en contacto también con la asociación Stop Ruidos. Antonio Pérez, presidente del colectivo, asegura que ya han emplazado a un grupo de vecinos para reunirse y que les explicarán como funciona la asociación y qué las labores que llevan acabo. “Les abrimos las puertas para formar parte del colectivo, aunque también les informaremos de que puede haber otras asociaciones integradas en la plataforma que ya trabajen para mejorar la situación de esta zona”, apunta.

El cambio de sentido de la calle, un nuevo problema

Hace aproximadamente un mes, el Ayuntamiento de Zaragoza invirtió el sentido de varias calles de la zona con motivo de las obras para ampliar el carril bus del paseo de Sagasta, lo que ha supuesto un problema añadido para quienes cogen el coche de madrugada.

“Obliga a los vehículos que entran por la calle Bolonia a salir por Héroes del Silencio y es un auténtico desastre. Por el día no hay más problema, pero por la noche es imposible circular”, apunta un vecino. Y es que según los residentes, la modificación del sentido de estas calles supone un riesgo tanto para peatones como para conductores. “Los chicos no se dan cuenta de que pasas y, a parte del riesgo de atropello, a alguno puede molestarle que circules por ahí e invadas su espacio. Te expones a que te den algún golpe en el retrovisor o en las lunas y mucha gente se mete en dirección prohibida por no tener que pasar por ahí”, concluye.

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