Aunque el Ayuntamiento garantiza que se acabarán a tiempo, el ver las calles por donde han de pasar las procesiones de Semana Santa abiertas en canal inquieta estos días a muchos cofrades. Quizá el principal escollo se encuentre en la calle de Don Jaime I, por donde habrían de pasar decenas de pasos y peanas y que es escenario, además, de algunas de las procesiones más tempranas como la del pregón del sábado 13 o varios desfiles del Domingo de Ramos. También la calle Mayor está levantada y sitiada por las valles; hoy comienzan obras entre el Camino de las Torres y el paseo de Sagasta, e incluso en la calle del Padre Arrupe, cerquita de la sede del Descendimiento, se apuran los trabajos de una canalización eléctrica.

Hace semanas que la Junta Coordinadora de Cofradías se reunió con los responsables de la Policía Local y las áreas de Movilidad y Servicios Públicos del Ayuntamiento para diseñar los itinerarios de 2019, que –en esencia– serán muy parecidos a los del año pasado. Desde Urbanismo se garantiza que todas las obras estarán concluidas para dar vía libre a las procesiones y explican que son trabajos menores, muy distintos –por ejemplo– a los de 2012, cuando la implantación del tranvía obligó a modificar más de 25 procesiones de Semana Santa.

Dejar las calles perfectas para que puedan pasar miles de cofrades es un auténtico encaje de bolillos, sobre todo, habida cuenta de que en muchos casos hay que ‘mover’ terrazas, apagar momentáneamente algunas farolas, hacer uso de pértigas para salvar obstáculos o, incluso, inhabilitar estaciones Bizi. Para todas estas peculiaridades, así como para colocar megafonía o tarimas para las predicaciones, los primeros permisos los tramitan las hermandades ya en noviembre –previsoras son– y las solicitudes definitivas suelen llegar en febrero.

Esta semana, según informa el Ayuntamiento, las brigadas están reparando numerosas baldosas rotas o sueltas en la calle de Alfonso I y en la plaza del Pilar. Esta actuación, así como la de la calle de Loscos (junto a Manifestación) también tiene como plazo límite el próximo viernes 12.

Fuentes de Urbanismo explican que algunos de los trabajos para elevar las calzadas y dotar al Casco Histórico de ‘cota cero’ no afectan a las procesiones –el caso de las calles de Santa Isabel y Miguel Molino, que acaban de reabrirse al público– y que la intervención que se iba a llevar a cabo en el entorno de la plaza del Justicia, epicentro de la Pasión zaragozana, se ha pospuesto hasta finales de abril.