Los vecinos del Centro de Zaragoza vuelven a señalar la falta de equipamientos como su mayor problema

La reforma de la calle Ricla, en la que los árboles tapan la luz de las farolas, y la reconversión del antiguo colegio Jesús y María son otras de las reivindicaciones de los residentes.

Espacio del antiguo colegio Jesús y María
Espacio del antiguo colegio Jesús y María
AVV Puerta del Carmen

La Asociación de Vecinos Puerta del Carmen ha vuelto a poner de manifiesto que la falta de equipamientos en el conjunto del Distrito Centro es la principal preocupación del barrio, especialmente en lo referido a instalaciones para los más mayores. “En todo el distrito tenemos tan solo dos equipamientos para mayores; uno es el Centro de Convivencia Francisco de Goya en la plaza Mariano Arregui y otro, el de Pedro Laín Entralgo, en el paseo de la Mina”, explica Carlos Terrer, responsable de urbanismo del colectivo vecinal.

Estos dos centros se han quedado pequeños para dar servicio a todas las personas que los necesitan, ya que el Distrito Centro cuenta con un buen porcentaje de residentes que superan los 60 años de edad. “Hace aproximadamente seis años, la Universidad de Zaragoza realizó un estudio poblacional en la zona y, por aquel entonces, el 60% de los vecinos tenían más de 60 años”, apunta Terrer, que asegura que han reclamado la construcción de nuevas infraestructuras a “prácticamente todos los partidos políticos” que han gobernado en la ciudad.

Además, Terrer quiere desterrar la creencia de que “en el Distrito Centro solo hay gente pudiente”. Lamenta que la gente solo piense en el paseo Independencia o en la calle Alfonso cuando se habla del Centro y recuerda que, en calles cercanas a las vías más principales “hay edificios de más de 60 años que incluso carecen de ascensor y calefacción”.

Otra de las cuestiones sobre las que ha vuelto a manifestarse desde la asociación es la falta de iluminación en la calle Ricla, no por la ausencia de farolas, sino por la frondosidad de sus árboles, cuyas copas impiden el paso de la luz. “La calle se queda muy oscura cuando anochece, especialmente en invierno”, lamenta Terrer. Para solucionar el problema, los vecinos han presentado al Ayuntamiento dos propuestas distintas de actuación; una pasa por realizar una poda y, la otra, por bajar la altura de las farolas que están en la fachada para situarlas por debajo de las ramas de los árboles. Sin embargo, por el momento no se ha llevado a cabo ninguna intervención.

Esta no es la única zona en la que vecinos y viandantes echan de menos un poco más de luz. Lo mismo ocurre en la plaza Mariano Arregui, que queda escasamente iluminada tras la puesta de sol. Desde la asociación aseguran haber recibido quejas al respecto, pero explican que son las comunidades de vecinos las que han de actuar. “Esa plaza es de uso público pero de titularidad privada, ya que pertenece a las comunidades de los bloques de alrededor”, comenta Terrer.

Esta plaza continúa siendo uno de los focos de botellón de la zona, a pesar de que hace ocho años parecía que la situación había mejorado. “El botellón no ha desaparecido”, asegura Terrer, que cree que se trata de una zona atractiva para quienes beben en la calle por tener bancos y ser bastante oscura. Se trata de una situación que la agrupación vecinal ya ha denunciado ante la Junta de Distrito y que está en conocimiento de la Policía, que vigila la zona para evitar esta práctica.

El colegio Jesús y María, su gran objetivo

La reivindicación histórica de la asociación es, sin lugar a dudas, dar un uso alternativo  al antiguo colegio Jesús y María, que lleva cerrado dos décadas y ocupa una superficie de cerca de 10.000 metros cuadrados.

Terrer asegura que ha mantenido conversaciones con el actual propietario del edificio, la promotora Wilcox y que su intención es construir bloques de pisos, aunque para ello tendría que recalificarse el terreno, ya que es suelo destinado a servicios.

“Si al final se construyen los pisos, el promotor está dispuesto a hacer un edificio de cuatro o cinco plantas que se destine a albergar equipamientos”, explica Terrer. Sin embargo, la situación continúa bloqueada tras 17 años de movilizaciones vecinales.

La demanda que los vecinos sí que han visto cumplida en los últimos meses ha sido la mejora del pavimento en algunas calles del centro como en Hernán Cortés, Cortes de Aragón y Eduardo Dato. No obstante, reclaman una actuación integral en la calle Ricla, que presenta “varias aceras levantadas y tiene bordillos que prácticamente no existen”.

Por último, el responsable de urbanismo de la Asociación de Vecinos Puerta del Carmen también se ha pronunciado sobre el futuro carril bici que unirá paseo Pamplona con María Agustín y que actualmente está en fase de estudio. “Estamos a favor de la bicicleta, pero ahí hay muchísimo tráfico y supone un riesgo para el ciclista”, considera Terrer, que recuerda que “la Policía Local tiene que estar cada dos por tres regulando la circulación en esa zona”.

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