Los conductores del bus alertan de la peligrosidad del cruce de Echegaray

Piden regular mejor el tránsito de peatones y dicen que eliminar semáforos en Don Jaime I merma la seguridad

Un autobús de la línea 36, el domingo, en la zona en que se produjo el atropello mortal.
Un autobús de la línea 36, ayer en la zona en que se produjo el atropello mortal
Oliver Duch

Es un cruce en el que hay que andar "con 100 ojos". Los conductores del bus urbano creen que la intersección del puente de Piedra con Echegaray y Caballero debería contar con una mejor regulación del intenso tránsito de peatones. "Estos días hay que pasar con un cuidado exagerado", declaró el presidente del comité de empresa de la concesionaria del bus, José Manuel Montañés, que defiende la colocación de un nuevo semáforo de peatones. "Cuando detienes a la gente, parece que no, pero evitas muchas cosas", afirmó.

Sin entrar en las causas del atropello en el que el sábado murió una mujer y su pareja resultó herido muy grave, el sindicalista dijo que en la zona se podría mejorar la seguridad vial. Una solución sería colocar un semáforo de peatones a ambos lados de la salida del puente. "Allí hay un problema: no te ven con las columnas", dijo. A su juicio, el semáforo permitiría que los viandantes se situaran más cerca de los pasos de peatones y se evitaría que muchos tuvieran la tentación de cruzar por un lugar indebido.

En su opinión, "cuando no hay semáforo, la gente no se para, cruza por donde quiere". Por eso, avisó de que la elevación de la calzada en Don Jaime I puede mermar la seguridad. "Antes había tres pasos de peatones y tres semáforos. Ahora hay cinco pasos sin semáforos. Es un desastre. Y los técnicos de Movilidad dicen que es una decisión política. Hay que estar ciego para no verlo. El semáforo controla a la gente", dijo.

Montañés opinó que no solo el cruce es "peligroso", sino que hay problemas en todo el puente de Piedra, por donde muchos peatones transitan como si fuera peatonal. Pide que, por ejemplo para las fiestas del Pilar, se desvíen los autobuses. Apuntó otro aspecto: los buses de la línea 36, como el que se vio involucrado en el accidente, tienen que hacer un giro de 90 grados e invaden momentáneamente el carril contrario. "Tienes que devolver el autobús al carril y la gente no se da cuenta", avisó Montañés, aunque matizó que esa maniobra el bus la hace a muy baja velocidad.

Para el Ayuntamiento de Zaragoza no se trata de una intersección "problemática" y está bien señalizada. "El semáforo al que hacen referencia los conductores está en un zona de prioridad peatonal y como tal, lo que tienen que hacer es respetar el semáforo y cuando hay peatones circulando, esperar a que pasen", indicaron. Además, señalaron que el accidente se produjo en otro punto. También resaltaron que el Plan de Movilidad Urbana Sostenible está abierto a propuestas y no ha llegado ninguna de los conductores en este sentido.

La presidenta del distrito del Rabal, la socialista Lola Ranera, admitió que es un cruce "un poco diabólico", porque allí confluyen bicicletas, taxis, buses, coches y muchos peatones. "Algo hay que ordenar. Es un cruce para hacer una reflexión", dijo.

Los vecinos sugieren mejoras

La asociación de vecinos del Arrabal señaló que el puente de Piedra "es imprescindible" para la comunicación del barrio, por lo que a su juicio tanto el 36 como el resto de líneas deben seguir transitando. "El 36 lleva seis años circulando por ahí y no ha ocurrido nada", afirmó su presidente, Rafael Tejedor.

Negó que sea un cruce peligroso, pero admitió problemas, como el paso de bicicletas por la acera o la merma de visibilidad que provocan las columnas de los leones de Rallo. La actuación que se va a hacer en febrero para elevar la calzada del cruce podría ser aprovechada, según Tejedor, para mejorar la seguridad vial.

"¿Dónde está el plan de seguridad vial?"

La plataforma Acera Peatonal reclamó ayer al Ayuntamiento el plan de seguridad vial que anunció en enero tras dos atropellos mortales del tranvía, del que "no se ha vuelto a saber nada más allá de repintados y campañas puntuales". Su presidente, Fernando Navarro, aseguró que Zaragoza "tiene un problema de primer orden" y que el Consistorio debe darle "la importancia que merece". Sobre todo teniendo en cuenta que el número de atropellos ha aumentado en los últimos años. "Un plan seguramente no evitará sucesos como el del sábado, pero nunca viene mal un recordatorio", expuso.

La agrupación insiste en la necesidad de crear un grupo de trabajo que analice el repunte de los atropellos urbanos. Navarro cree necesario "un enfoque global" y propone "mejorar la seguridad de los pasos de peatones". "Pedimos algo tan sencillo como eliminar o transformar en aparcamotos o aparcabicis las plazas de aparcamiento situadas justo antes de los pasos para ganar visibilidad. Se trata de una iniciativa que ya se ha probado en barrios como Torrero o La Almozara y que podría extenderse a toda la ciudad", dijo.

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