El Cabildo retira un ceñidor de la Virgen que tenía símbolos preconstitucionales

Tras la polémica por la exhibición del manto de Falange, el Arzobispado repasa sus fondos patrimoniales para excluir todo lo inadecuado.

Dos detalles de la pieza que se ha retirado. Arriba se ven los escudos y los esmaltes, y en la parte de abajo, el reverso con la inscripción.
Dos detalles de la pieza que se ha retirado. Arriba se ven los escudos y los esmaltes, y en la parte de abajo, el reverso con la inscripción.
Heraldo

Tras la reciente polémica por la exhibición de un manto donado por Falange, el Cabildo Metropolitano está haciendo un exhaustivo repaso de todos sus fondos patrimoniales para retirar aquellos que se juzguen inadecuados, inconvenientes o que puedan ir en contra de la nueva Ley de memoria democrática que entrará en vigor en unos meses.

Hace unos días decidió retirar uno de los ceñidores de plata de la Virgen del Pilar, que fue donado en 1940 y lucía un escudo preconstitucional, además de una inscripción a mayor gloria del dictador Franco en su parte posterior. A esta pieza también se le acostumbra a llamar ‘cierra mantos’, dado que se trata de un utensilio que se coloca sobre los distintos mantos que luce la Patrona. Aunque acostumbra a pasar desapercibido a los ojos de los fieles, el ceñidor viene a ser una diadema embellecedora en el arranque superior del manto, que contribuye a sujetarlo y darle estabilidad.

El Cabildo ha decidido que uno de estos ceñidores que venía utilizando desde hacía años –en la actualidad poseen tres piezas de este tipo, uno de ellos de oro y piedras preciosas– no se coloque más. El embellecedor retirado lucía símbolos como se aprecia en el emblema central, enmarcado por un águila y decorado en su parte inferior con el yugo y las flechas.

También incluye la leyenda ‘Una grande y libre’ y en su reverso hay una inscripción de la fiel aragonesa que donó el ceñidor en la que se menciona al Caudillo y su "inspiración victoriosa". En esa parte trasera hay dos firmas –complejas de descifrar– y se fecha la donación en el ‘2 de enero XIX Centenario’, lo que –es de suponer– se refiere al aniversario de la venida de la Virgen, es decir, el año 1940.

El Cabildo entiende que este tipo de proclamas no tienen cabida en la basílica del Pilar e insiste en que la Virgen es "símbolo de concordia y reconciliación" y en ningún caso puede servir "para reavivar viejos rencores". Como hizo hace unos días enviando cartas tanto al alcalde Pedro Santisteve como al consejero Vicente Guillén, el arzobispo Vicente Jiménez vuelve a manifestar su compromiso "de fomentar la convivencia, el respeto a las personas y a las libertades democráticas en el marco de la Constitución Española". Así, tras el "lamentable error" que supuso la exhibición el pasado 19 de noviembre del manto de Falange, el deán en funciones, Francisco Martínez, explicó además que el Cabildo lleva meses trabajando en cambiar el protocolo para la colocación de los mantos y que se van a introducir más controles sobre el ropero de la Virgen. Este contiene más de 600 mantos y el objetivo es que se suscriban convenios con los donantes en los que se aclare que el hecho de regalar un manto no obliga al Pilar a exponerlo.

En paralelo, el Cabildo lleva a cabo un repaso y una actualización de todo el patrimonio del Pilar para evitar que esta situaciones puedan repetirse. Los mantos que se han retirado (al de Falange se suma otro de la División Azul) y el ceñidor que ahora también dejará de usarse no se destruyen porque tienen cierto valor artístico y son testimonio de una época, pero sí se vetará su uso.

De hecho, en los almacenes municipales de Patrimonio existe un catálogo de vestigios relacionados con la Guerra Civil y la dictadura, donde se recogen algunos de los elementos que van siendo retirados. Hay que recordar que la venidera Ley de memoria democrática –se publicó en el Boletín Oficial de Aragón hace una semana y entrará en vigor en febrero– multa hasta con 5.000 euros la exhibición de simbología franquista.

Vestigios en puentes, fachadas, azulejos, faroles...

Hace un año, el Ayuntamiento retiró dos escudos franquistas del puente de Santiago. Ambos emblemas fueron sustituidos por otros constitucionales y los blasones antiguos se llevaron al almacén de Patrimonio para intergrarse en un catálogo de vestigios relacionados con la guerra y la dictadura. Aún quedan más huellas en la ciudad y basta con pasear por los barrios para ver en viviendas de protección oficial de los años 40 placas con el yugo y las flechas. También algún farol del Rosario de Cristal hubo de sacarse a las calles (ahora ya no sale) cubierto por un pañuelo por sus símbolos inapropiados, que aparecen también en azulejos o mosaicos de las iglesias de Garrapinillos y Peñaflor. Zaragoza en la última década ha cambiado el nombre de 40 viales de su callejero para hacerlo más democrático.

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