El barrio Jesús declara la guerra a los excrementos de perro

Tras haberse implantado con éxito en otras zonas como Actur o Torrero, el proyecto ‘Verde que te quiero verde. No Marrón’ recorrer las calles del barrio para concienciar a los dueños de sus mascotas de la importancia de recoger sus deposiciones.

La campaña pretende conciencia a los dueños de los perros
El barrio Jesús declara la guerra a los excrementos de perro
Laura Uranga

El proyecto ‘Verde que te quiero verde. No marrón’ llega este mes de noviembre al barrio Jesús después de haber actuado en otras zonas de la ciudad para luchar contra la presencia de excrementos de mascotas en las calles.

Durante algunas semanas, una pareja de agentes comunitarios recorrerá los parques y las plazas del barrio para informar y concienciar a los dueños de los animales de las consecuencias que tiene no recoger las deposiciones de sus mascotas. De esta manera, además de mantener limpia la ciudad, se evitan las molestias producidas por los malos olores y se previenen problemas de salud pública, ya que los excrementos son un foco de transmisión de enfermedades.

“Cuando salió la primera campaña solicitamos a través de la Junta del Distrito que se iniciara también en el barrio”, explica Raúl Gascón, presidente de la Asociación de Vecinos Barrio Jesús. “Es un plan necesario porque sabemos que hay mucha gente que no está concienciada”, apunta. Finalmente, el proyecto ha llegado a este barrio de la margen izquierda gracias al PICH (Plan Integral del Casco Histórico).

Para Gascón, la iniciativa no solo es importante por promover el civismo, sino también la inclusión social de quienes la llevan a cabo. “Los agentes comunitarios son personas en paro o que tienen dificultades para su inserción laboral”, explica. Estos agentes saldrán a las calles en dos horarios diferenciados, por la mañana y por la tarde, para favorecer que su mensaje llegue a todos los vecinos que paseen con sus mascotas.

“Va a ser una campaña útil y que no resulta agresiva, ya que simplemente se informa a los dueños de los perros”, considera el presidente del colectivo vecinal, que insiste en que lo fundamental es “potenciar la convivencia de todos los vecinos”. Y es que desde hace un tiempo, la asociación ha recibido numerosas quejas “porque muchos dueños no recogen las deposiciones de sus perros en las zonas de suelta”.

Buena acogida en el vecindario

Tanto la asociación como los vecinos han acogido la iniciativa con los brazos abiertos: “La gente aplaude la medida”, confirma Gascón, que apela a que los dueños de los perros que sí que recogen sus excrementos adopten un papel activo en sus paseos. “Lo ideal sería que los propios dueños corrigieran a los propietarios si ven que alguno no recoge los excrementos de sus mascotas. Al final, la culpa es para todos y pagan justos por pecadores”, lamenta el presidente, que sugiere otras líneas de actuación. “No solo habría que trabajar en el tema de las deposiciones, también en el de los orines. En otras ciudades vemos cómo los dueños van con botellas para limpiarlos”, apunta.

La labor que realizarán los agentes comunitarios en calles y parques irá acompañada de una campaña divulgativa en redes sociales. Mediante vídeos, imágenes y textos se explicará a la ciudadanía los problemas de salud pública que pueden ocasionar los excrementos o las afecciones medioambientales. Además, desde el proyecto recuerdan que cualquier papelera de la ciudad es adecuada para depositar las bolsas de excrementos –siempre que estén correctamente cerradas- de los perros, incluso los contenedores de basura.

La iniciativa cuenta con la implicación de FCC, de diferentes servicios municipales (Oficina del Espacio Urbano y Gestión de Residuos, Parques y Jardines, Oficina Municipal de Protección Animal, Policía Local, Comunicación, Educación), Salud Pública del Gobierno de Aragón, el Colegio de Veterinarios de Zaragoza y colectivos como Aula Animal.

No obstante, las principales reivindicaciones de la Asociación de Vecinos continúan siendo el centro de salud y necesidad de contar con unas instalaciones deportivas en el barrio, entre otras. La construcción de un nuevo centro de salud que descongestione los otros ambulatorios de la zona, como el de La Jota, es una de las demandas más antiguas de la agrupación.

La carencia de equipamientos deportivos también figura en la agenda del colectivo. “Somos 17.000 vecinos y no tenemos ni un pabellón ni un potrero en condiciones”, denuncia Gascón, que lamenta que “los jóvenes no tienen un espacio en el que poder hacer otra cosa que no sea botellón”.

Por último, reclaman que la Casa del Director de la Azucarera, pendiente de rehabilitarse, se convierta en la sede de la Casa de la Juventud del barrio y no en un Centro de Economías Alternativas como pretende el Ayuntamiento de Zaragoza, “ya que eso no es una necesidad para el barrio”, concluye.

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