Zaragoza

El narcotráfico blanqueaba 800.000 € al mes a través de tres locutorios de Zaragoza

Los clanes de la droga enviaban su dinero a Colombia usando el enlace de la capital maña. La Policía detiene a veinte personas y el líder vive en Las Delicias.

Otro de los locutorios registrados por la Policía se encuentra en la calle de Ricla.
Guillermo Mestre

Un chivatazo de la agencia norteamericana contra el tráfico de drogas (DEA, en su acrónimo inglés) ha permitido a la Policía Nacional desmantelar una organización especializada en el blanqueo de capitales provenientes del narcotráfico que tenía su centro de operaciones en Zaragoza. De hecho, el líder de la organización es un ciudadano colombiano afincado en Las Delicias e identificado como H. J. S. L. Gracias a sus numerosos contactos con clanes de la droga de todo el país y a su extensa red de colaboradores, este hombre estaba blanqueando y enviando a su país de origen unos 800.000 euros mensuales: tanto a través de mulas como de diferentes locutorios de la capital aragonesa.

Además de al cabecilla de la organización, al que no le constan antecedentes por otros delitos, la Policía Nacional ha detenido a otras 19 personas. Según fuentes de la Jefatura Superior de Aragón, la mitad de estos arrestos se han practicado en Zaragoza, en concreto, en el barrio de Las Delicias. El resto se han llevado a cabo durante los últimos días en Madrid, Bilbao, Gerona, Alicante y Guadalajara.

Las investigaciones comenzaron hace ahora un año, cuando la DEA pasó una valiosa información a la Policía Nacional relativa al tráfico de drogas en Galicia. Tirando del hilo, los investigadores descubrieron que existía una organización asentada en España que ayudaba a los capos de la droga a sacar del país los cuantiosos beneficios de su ilícito negocio.

Los policías centraron enseguida las pesquisas en el que calificaron como cabecilla de esta compleja trama, quien desde Zaragoza se encargaba de recoger el dinero obtenido por los narcotraficantes para introducirlo en el mercado legal y enviarlo a Colombia. Como los ‘clientes’ de H. J. S. L. estaban repartidos por distintas ciudades españolas, el cerebro de la banda se servía de una serie de recaudadores. Según la Policía Nacional, ellos eran los encargado de desplazarse en coche allá donde estaba el dinero para traerlo después a la capital del Ebro.

Como tenían que hacer muchos kilómetros por carretera, para evitar los controles policiales, los citados recaudadores envolvían los billetes con plástico –posiblemente, para que los perros especializados en detectar dinero no lo olieran– y los introducían en cajas de cereales. Al principio, los agentes lograron requisar varios de estos envíos, ya que las entregas superaban los 100.000 euros: tope máximo que establece la ley. De ahí que la organización optara por reducir después el efectivo que transportaba por carretera.

Pero las precauciones adoptadas por la organización no impidieron a la Policía asestarle el golpe final en Madrid, donde los agentes se incautaron de 235.200 euros que ocultaban en una bolsa negra con dos cajas en el maletero del vehículo, todo en billetes de 500, 200, 100, 50, 20 y 10 euros.