Zaragoza

Mallén dice adiós a las mercedarias tras 132 años

Una de las tres religiosas abandonó ayer la localidad y las otras dos se van mañana, pese a la manifestación y recogida de firmas de los vecinos para frenar su marcha.

Mallén dice adiós a las mercedarias tras 132 años
Tomás Espeleta

En enero de 1885 se instaló en Mallén la congregación de Hermanas Mercedarias de la Caridad para hacerse cargo del hospital y esta semana, 132 años después, las últimas religiosas de la orden se despiden definitivamente del pueblo. Una de ellas se fue ayer por la tarde y las otras dos partirán mañana, pese a que los vecinos intentaron frenar su marcha en las últimas semanas con una manifestación e incluso una campaña de recogida de firmas. Las tres monjas asumen la decisión tomada por sus superioras para reforzar otros centros de la comunidad, pero no ocultan el "dolor y emoción" por abandonar la localidad y dejar de dedicar su esfuerzo y trabajo a los ancianos de la residencia.

La religiosa y enfermera Pilar Gallego lleva varios días despidiéndose de compañeros y amigos tanto en persona como a través de su perfil en Facebook: "Nos sentimos malleneras y estábamos muy implicadas en la vida del pueblo, tanto en los momentos tristes como lúdicos". Su próximo destino es Vitoria; el de su compañera Pilar González (que ha vivido en Mallén los últimos 25 años, donde dirigía el coro de la parroquia) es San Sebastián; y el de Ana María Liso, Sádaba.

Tal y como explica, la congregación ha optado por "ir retirando comunidades de los centros que, a pesar de la marcha de las religiosas, pueden seguir funcionando", como ocurre en el caso de Mallén con la residencia de mayores San Sebastián. "Entendemos que la crisis vocacional y la falta de relevo generacional hace que tengamos que ir a cuidar a nuestras hermanas mayores, pero no podemos evitar sentirnos apenadas", afirma.

Un sentimiento que comparte el alcalde, Rubén Marco, o el presidente de la asociación cultural Belsinon, Tomás Espeleta, al igual que muchos otros vecinos de la localidad. Las Hermanas Mercedarias tienen dedicada una calle en el municipio desde hace más de 10 años, a propuesta de la asociación Belsinon. El pasado domingo fueron las protagonistas de una misa y de una comida de despedida, en la que estuvieron acompañadas por más de 150 personas: "Estamos abrumadas por estas muestras de cariño que, además, son correspondidas".

La orden de las mercedarias llegó a Mallén con el encargo de atender el hospital y, poco después, de impartir clases en la escuela. En 1980 se abrió la residencia de ancianos (que hoy cuenta con unos 60 usuarios), donde las religiosas se trasladaron para seguir con su nueva labor de cuidado de los mayores. Allí han estado trabajando en enfermería y servicio de apoyo, junto al personal del centro, y donde ocupaban unas dependencias en la segunda planta. "Somos conscientes de que esto se acaba y la relación de la orden con Mallén llega a su fin tras 132 años de presencia mercedaria, que da para muchas historias", asegura Gallego.