La Imprenta Blasco, ahora residencia de estudiantes

Tras varios años en el olvido, el Ayuntamiento propone dar un uso juvenil a este histórico edificio.

Imprenta Blasco. Está cerrada y desocupada. En 2014 se realizó una reparación urgente del lucernario del falso techo para evitar la entrada de palomas.
La Imprenta Blasco, ahora residencia de estudiantes
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El futuro del edificio zaragozano que en tiempos albergó la Imprenta Blasco pasa ahora por reconvertirse en una residencia de estudiantes. Es la última propuesta hecha por el área de Urbanismo del Ayuntamiento de la capital aragonesa, que está redactando un pliego de condiciones para sacar a concurso la rehabilitación y gestión de este singular inmueble.


Fuentes municipales calculan que en un plazo de mes y medio publicarán la oferta, y será el adjudicatario el encargado de dar contenido y reestructurar la habitabilidad del edificio de la mejor forma posible. El ganador obtendría su gestión por un periodo amplio de años todavía sin definir.


Se trata de un nuevo giro tras varios años de abandono y propuestas anunciadas -y después olvidadas, como la creación de un Museo de la Imprenta- en los que el inmueble se ha ido deteriorando poco a poco con filtraciones de agua o la entrada de personas ajenas a la propiedad. El Consistorio lo compró en 2002, siendo alcalde José Atarés, y desde entonces poco se ha avanzado.


La última novedad se produjo este verano con la adquisición por parte de Urbanismo de la única vivienda que permanecía en manos privadas, dando vía a libre a posibles actuaciones de forma unitaria en todo el edificio como la que ahora se anuncia.

Valor histórico

El edificio de la Imprenta Blasco es un inmueble de gran interés histórico y artístico, conformado por dos edificios de 2.226 metros cuadrados de edificación total obra del arquitecto zaragozano Teodoro Ríos Balaguer. Su construcción se remonta a 1921, si bien la totalidad del edificio se realizó en tres fases, la última de ellas durante la Guerra Civil Española. En la decoración de la fachada se aprecian motivos historicistas de carácter neo-mudéjar y de inspiración gótica en algunos elementos como las jambas y el arco del portal.


Desde su adquisición, el inmueble no ha estado exento de polémica por sus posibles usos y por el estado de abandono tanto del edificio como de la valiosa y singular maquinaria que contiene en las originarias instalaciones de la imprenta, 18 máquinas de los siglos XVIII y XIX, entre ellas prensas, máquinas de impresión, tipógrafos, cizallas o el mostrador de atención al público.