Retraso tras retraso en las librerías aragonesas

Los libreros prevén una avalancha a partir del lunes, debido a los retrasos causados por la nueva LOMCE y la demora de las becas. 

Una librería aragonesa
Retraso tras retraso en las librerías aragonesas
Camino Ivars

Decenas de bolsas de libros permanecen a la espera de que vayan a recogerlos a las librerías aragonesas. Algún que otro padre o madre se atrevía a acercarse con su lista de libros hasta el mostrador, pero no sin dudas. "Vinimos en junio y todavía no tenían ninguno. Nos dijeron que volvieramos ahora y aquí estamos, a ver qué pasa". Como Cristina, que iba a por los libros de 5º de primaria de su hija, cientos de aragoneses, entre padres, libreros, profesores y editores, aguardan la llegada de septiembre.


El pasado 16 de junio se aprobó el currículo aragonés de la LOMCE que serviría de guia para que los editores comenzasen a trabajar en los nuevos libros de texto correspondientes a 1º, 3º, y 5º de Primaria. Ésto provocó que se retrasara la edición de los libros durante algo más de un mes en comparación con años anteriores. "Los profesores publicaron los listados más tarde al tiempo que los editores ajustan las tiradas ya que no saben lo que van a vender", explica Óscar Martín, vicepresidente de la Asociación de Librerías de Aragón.


Martín, que también es gerente de la librería Siglo XXI, asegura que este año se editarán 135 libros nuevos de distintas materias, y que, a día de hoy "todavía desconocemos unas 15 publicaciones". A esto hay que sumar el hecho de que el Departamento de Educación del Gobierno de Aragón no ha obligado a cambiar los libros por la nueva ley, lo que ha provocado todavía mayores retrasos.


Por otro lado, las becas de comedor y libros todavía no han llegado a los bolsillos de los aragoneses. "Estamos vendidos a las administraciones. Los resultados tendrían que saberse desde el 1 de agosto. Esto se traduce en enfados de profesores, de padres y de colegios", explica Joaquín Casanova, presidente de la Asociación de Editores y de la Comisión Permanente del Libro (COPELI). En su opinión, en Aragón se está denostando la educación: "La gente que queja de los precios. Sin embargo, al disminuir las tiradas han tenido que aumentar los costes. Si divides el gasto global no sale mucho más caro que tomar un café al día".


A esto habría que sumarle el auge de los bancos de libros o las webs de intercambio, una de las grandes preocupaciones del sector. "Ni siquiera la administración, que es la que tiene que proteger la propiedad intelectual, actúa bien", añade Casanova. Según los últimos datos publicados por la Asociación Nacional de Editores de Libros de Texto y Material de Enseñanza (ANELE), el precio de los manuales ha aumentado-un 0,8%- mientras que el gasto por alumno continúa disminuyendo y se sitúa en 90 euros, un 30% menos que hace cinco años.


"En los colegios estamos vendiendo el 25% de lo que podríamos, sobre todo en Secundaria y Bachillerato por esta tendencia a la reutilización. Siempre ha existido entre familiares y amigos, pero no como ahora", explica Martín, de Siglo XXI.

La cuesta de septiembre

Las primeras tres semanas de septiembre prometen ser caóticas. Ante la posible avalancha, las librerías se preparan: "Abriremos media hora antes todos los días y estableceremos filas rápidas para que los que vienen a recoger cosas pendientes", asegura Beatriz Correas, directora de la Librería General y de Hechos y Dichos. En su caso, el índice de reservas ha aumentado con respecto a años anteriores, pero tan solo han recogido una tercera parte de los pedidos. "Este año se juntan muchos factores que han retrasado las ventas y la gente está esperando a principio de mes para cobrar", añade Correas.


"Yo este año he tenido suerte", afirmaba aliviada Laura, madre de dos niñas -una en 6º de Primaria y otra en 2º de la E.S.O.- Realizó el encargo antes de irse de vacaciones, aunque muchos se los prestan en el cole: "Es una pena la gran cantidad de libros que se van a desaprovechar. Me parece un lío tremendo pero hay que aceptarlo". Marta también lo tuvo claro, y reservó los libros de su hijo, en primero de primaria, a través del centro: "Se los darán el primer día de clase y así nos olvidamos", añade la zaragozana, que se ha gastado en torno a 300 euros en el equipamiento completo.


Los aragoneses que se suman a los bancos de libros cada vez son más numerosos, y aseguran que es una gran ayuda para los padres. "Pagas una cuota y al final del curso los devuelves para que los usen otros niños. De este modo me he gastado casi la mitad, 60 euros en lugar de 140", explica Beatriz, de Nuez de Ebro y madre de tres hijos. Sin embargo, este año se gastará en torno a 600 euros en la vuelta al cole.


"Mis nietas ya tienen todo lo que necesitan", afirma Isabel. "Yo he venido a comprarle dos libros al niño de alguien que lo necesita ya que solo le han dado subvención a uno de sus dos hijos. Hay gente que lo va a pasar muy mal para hacer frente a semejates gastos", lamenta.