Zaragoza

Los establecimientos que dejaban entrar animales dan marcha atrás por las multas

El Con H de Harina mantiene su postura. El resto esperará a que el Ayuntamiento
y la DGA se reúnan

El Casto Café no permitirá entrar a los perros hasta que Ayuntamiento y DGA lleguen a un acuerdo.

Ya no son bienvenidos. Los bares y restaurantes que, amparados en la ordenanza municipal de protección de animales, dejaron entrar con perros y gatos en sus locales han dado marcha atrás por miedo a ser sancionados con multas de entre 600 y 3.000 euros. Solo uno, el Con H de Harina, se ha mantenido firme.


Los hosteleros coinciden en que volverán a abrirles las puertas en el momento en que el Ayuntamiento y la DGA lleguen a un acuerdo pero, hasta entonces, han preferido «cortar por lo sano", dado que algunos de estos negocios recibieron una inspección sorpresa que a punto estuvo de darles un susto. Este fue el caso del Café Botánico, en la calle de Santiago, donde la presencia de los canes ha pasado a ser anecdótica.


Otro de los pioneros, el Casto Café, llegó a vivir "algún enfrentamiento" porque los dueños, acostumbrados a entrar con ellos, no vieron con buenos ojos el cambio. El propietario, Carlos Renieblas, tilda de "tomadura de pelo" el conflicto que se ha generado. "La alcaldía debería de haber contrastado su planteamiento con la normativa autonómica", opina. Por su establecimiento llegaron a verse una decena de mascotas pero, tras valorar los pros y los contras, decidió no jugársela. "Llamé a la Asociación de Cafés y Bares y pedí consejo. Cualquier cliente podía denunciarme y, para no tener que andar siempre con mil ojos, decidí esperar", recuerda.


En el Itxaso, otro de los bares que ha reculado, la decisión "ha dividido a la clientela". "Unos se lo han tomado muy bien y otros, muy mal", admite su encargada, Mar Gomollón. Ella se muestra partidaria de dejar entrar a perros y gatos y piensa que multar a los establecimientos es "dar un paso atrás". "Solo pedimos que nuestra Comunidad se equipare al resto", manifiesta. En el restaurante D’ Israel, en Vía Univérsitas, están deseando "que todo sea legal" para permitir el acceso al mejor amigo del hombre. "Ojalá se aclare cuanto antes", comenta el dueño, Israel Valero. Por el Con H de Harina, cada vez se ven menos perros, dado que sus amos prefieren las terrazas a las cafeterías de interior.


Ante la duda, su encargada, Tamara Rodríguez, prefirió dejar las cosas como estaban. "Nadie ha venido a decirnos nada y si nos llaman la atención recurriremos, nos protege la normativa municipal", sostiene. Ella cree que la controversia "es de risa" y urge que las instituciones a dar "una respuesta en firme". Por el momento, la reunión entre el concejal de Cultura, Jerónimo Blasco y los consejeros de Sanidad y Medio Ambiente, Ricardo Oliván y Modesto Lobón, sigue sin fecha, a pesar de haberse anunciado hace más de dos meses y medio.