Cinco de las últimas seis Fiestas del Pilar han tenido amenazas de huelgas del transporte

A las convocatorias de paros en el autobús urbano se unen los conflictos laborales de los conductores del tranvía.

Protesta de los trabajadores del tranvía
Cinco de las últimas seis Fiestas del Pilar han tenido amenazas de huelgas del transporte
Guillermo Mestre

La huelga convocada por los trabajadores del tranvía para las próximas Fiestas del Pilar solo es la última de un largo listado de protestas laborales que han amenazado en los últimos tiempos la movilidad urbana en los días más concurridos de la capital aragonesa. En concreto, en cinco de las últimas seis ediciones ha sobrevolado la posibilidad de que el transporte público zaragozano sufriera paros totales o parciales.

En ese periodo de tiempo, solo en un caso, en el año 2013, los trabajadores llegaron a ejercer su derecho a la huelga tras fracasar las negociaciones –algo que también ocurrió en fechas más lejanas, como 2003 y 2007–, mientras que en el resto se desconvocaron los paros, normalmente, a pocas horas del día del pregón. Es el final que esperan los ciudadanos y los responsables políticos para el conflicto laboral que mantienen los conductores del tranvía con la empresa, y que hoy aborda su última día de negociaciones en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA). Si no se alcanza un acuerdo, la línea sufrirá paros desde este viernes y hasta el sábado 13, incluido, salvo el día del Pilar.

Es el segundo conflicto laboral en este servicio que coincide con las fiestas de octubre –llegaron a hacer huelga esta pasada primavera–. El primero tuvo lugar en las del año pasado, y por entonces los sindicatos reclamaban la contratación de más personal fijo en la plantilla, descansos en el final de línea en condiciones de higiene y resguardo, formación en averías y varios pluses y dietas que aumentaran su salario. Finalmente, las partes evitaron las afecciones a los ciudadanos en el SAMA, el foro de encuentro habitual en este tipo de disputas.

Sin embargo, hasta esa fecha el principal protagonista de las amenazas de huelga durante las fiestas ha sido el autobús urbano. De hecho, al igual que sus ‘compañeros’ del tranvía, los conductores de Avanza estuvieron a punto de hacer paros el año pasado. Entre las reivindicaciones, los sindicatos criticaban que la empresa no cumplía los cuadros de descanso lo que les obligaba a realizar, decían, horas extra no voluntarias. También se pedía reforzar el servicio de talleres y renovar la flota de vehículos. A tres días del inicio de las fiestas se encauzó la situación.

Los mismo ocurrió en 2015. Entonces los trabajadores del bus urbano plantearon paros a partir del 10 de octubre para pedir la readmisión de una empleada despedida por la empresa semanas antes. Finalmente se resolvió el problema sin afecciones para la ciudad. En cambio, dos años antes, en 2013, se produjo una de las huelgas del bus más largas de los últimos años. Comenzó el 24 de septiembre y, aunque se planteó de forma intermitente, llegó hasta diciembre de aquel año.

El motivo del conflicto fue un ERE en la empresa que supuso el despido de 153 trabajadores y una de las mayores crisis laborales del Ayuntamiento de Zaragoza, con la socialista Carmen Dueso en la concejalía de Servicios Públicos, quien estableció unos servicios mínimos del 50%. Es decir, más bajos que los marcados entre el 9 y el 15 de octubre de 2007 y el 6 y el 12 de ese mes de 2003, cuando los vecinos de Zaragoza y visitantes a la ciudad por las fiestas también tuvieron que sufrir la merma en el servicio.

En cualquier caso, el transporte público no es el único servicio que protagoniza este tipo de conflictos aprovechando los días más señalados del calendario. En 2016 llevaron a cabo paros los trabajadores de la limpieza pública –de la contrata FCC–, e incluso los de Bebinter, empresa distribuidora de cerveza de La Zaragozana.

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