El arzobispo de Zaragoza dice que mantiene unas relaciones "normales, no fáciles" con la DGA

Monseñor Jiménez habla de la enseñanza de la Religión en las escuelas, entre otros temas de actualidad.

Vicente Jiménez, arzobispo de Zaragoza.
Vicente Jiménez, arzobispo de Zaragoza.
José Miguel Marco

El arzobispo de Zaragoza, monseñor Vicente Jiménez, ha manifestado que la Iglesia "no quiere atrincherarse en sí misma, sino que sale a la sociedad para dar un mensaje de unidad y esperanza" y, por eso, ha apelado a "buscar lo que nos une, no lo que nos separa".

En una entrevista, monseñor Jiménez (Ágreda --Soria--, 1944) ha explicado que la Iglesia "tiene un mensaje de paz para la sociedad" y hace una llamada "a la conciliación, al sentido común", ahora "cuando hay momentos de crispación, por ejemplo, en Cataluña".

Ha recordado que católico "significa universal", por lo que "el concepto de Iglesia nacionalista es lo más opuesto". Asimismo, ha sostenido que "la nación como patria está bien, siempre que no sea excluyente, sino incluyente" y ha apostado por buscar "la unidad en la diversidad porque una unidad cerrada puede caer en el fundamentalismo y una diversidad muy plural puede caer en una anarquía".

Monseñor Jiménez ha apreciado que en ocasiones los partidos políticos deberían tener "miras más altas" para buscar el bien común, en vez de optar "por la división, el grupo" y ha estimado que deberían hacer "una reconversión a lo que nos une" porque "la unidad se enriquece con la pluralidad".

Puertas abiertas

El arzobispo de Zaragoza ha destacado que en esta diócesis "queremos ser una Iglesia de puertas abiertas" y con esta finalidad en noviembre se han programado varias actividades culturales, religiosas y sociales, "para que la sociedad nos conozca" porque "a veces nos cuesta difundir lo que hacemos".

Como ejemplo, ha comentado si durante un mes la Iglesia dejara de realizar las diferentes labores que desempeña "habría un colapso social" porque se atiende a niños, colegios, residencias, hospitales, y a las personas más desfavorecidas a través de instituciones católicas como Cáritas y Manos Unidas.

Monseñor Jiménez ha apuntado que la Iglesia "está para darse a los demás" y su "riqueza" son sus voluntarios, personas que "emplean su tiempo gratuitamente en favor de los demás".

El prelado ha asegurado que "la Iglesia del Renacimiento, del boato, está superada", "no es ostentosa, ni vanidosa", sino que trata "de hacer un servicio a la sociedad y al hombre", es decir, "la misma vida que lleva el Papa".

En su opinión, "hoy en día, no existe un referente moral y social como el Papa Francisco", quien "no solo es un líder religioso", sino que acude a diferentes foros internacionales "no a imponer, sino para ser conciencia crítica" y defender que "todas las fuerzas de la sociedad busquemos el bien común".

El arzobispo de Zaragoza ha considerado que "hay cierta agresividad y un rebrote de laicismo" hacia lo religioso y, en concreto, hacia lo católico, si bien ha estimado que proviene de "grupos minoritarios, pero bien orquestados", que "tienen altavoces".

Sin embargo, "el pueblo en general no siente así" y determinados comportamientos "hieren sentimientos religiosos, culturales y de la identidad de un pueblo", como pueden ser los ataques a la Virgen del Pilar, que "es un icono" en Zaragoza, Aragón y España, "no solo para los creyentes practicantes", o el Camino de Santiago.

Respeto a las leyes

El arzobispo de Zaragoza ha señalado que con el Gobierno de Aragón mantiene unas relaciones "normales, no fáciles" porque "en algunos planteamientos creemos que no se respetan las leyes" y los acuerdos Iglesia-Estado, como ocurre con la enseñanza de la Religión en las escuelas.

Según ha dicho, mientras no cambie la legislación vigente en España, "los padres tienen legítimo derecho a elegir la educación religiosa para sus hijos". El prelado ha mencionado que la reducción del horario de esta asignatura planteado por el Ejecutivo autonómico, está ahora en el Tribunal Supremo.

Monseñor Jiménez ha indicado que hasta ahora "en todas las instancias hemos ido ganando" y, en Europa, "de una manera u otra, la Religión está en la escuela porque forma parte de la formación integral" y ésta "no sería completa si se obviara la dimensión religiosa que tiene la persona".

Respecto a la intención del Ayuntamiento de Zaragoza de impedir la inmatriculación por parte de la Iglesia de algunos templos, como la catedral de la Seo, ha recordado que la Dirección General de Patrimonio del Estado ha manifestado que no existe duda legal sobre la titularidad.

"Son legítima propiedad" del Arzobispado, "son propiedad inmemorial de la Iglesia, nadie lo ha discutido hasta ahora" y si la Iglesia no inscribía sus bienes era porque no resultaba necesario e, incluso, "estaba prohibido", ha relatado monseñor Jiménez. En caso de que el consistorio quisiera litigar lo haría "sin razón, sin historia y contra la ley".

Ha añadido que estos templos "están al servicio del pueblo, no los guarda la Iglesia para sí, están abiertos y la Iglesia los ha creado para la fe, el culto, la cultura y el turismo", para estimar que, en ocasiones, "hay una confusión entre pueblo y partidos" porque "la Iglesia y los creyentes también somos pueblo, sociedad".

Bienes en Lérida

El arzobispo de Zaragoza ha manifestado que el regreso de los 111 bienes de las parroquias de la Diócesis Barbastro-Monzón que se encuentran en depósito en el Museo de Lérida va por el "buen camino". El obispado barbastrense presentó el mes pasado una demanda por la vía civil para reclamar la devolución.

La Santa Sede ha dictaminado en favor de la Diócesis de Barbastro, "pero no tiene el medio coercitivo para poder ejecutar" esa decisión "y ha de hacerlo el poder civil" y por eso se ha acudido a esta vía, ha explicado.

"Es doloroso, pero no queda más remedio, si no se quiere dejar sin sus bienes a esas parroquias", además de que "no se puede humillar al pueblo de Aragón con el incumplimiento de las sentencias reiteradas", ha opinado.

Tareas pendientes

El arzobispo de Zaragoza se ha fijado como retos "intensificar más el desarrollo de la vida cristiana y las vocaciones al matrimonio, a la vida consagrada y al sacerdocio" y "buscar más la comunión eclesial".

Al respecto, ha detallado que en 2017 ha habido en la diócesis 4.000 bautismos, 4.000 primeras comuniones, unas 2.000 confirmaciones y 900 matrimonios canónicos. Por su parte, el 99 por ciento de los funerales han sido por rito católico.

Si bien "hay una secularización fuerte de la sociedad, creo que todavía hay unas raíces, un rescoldo y unos grupos activos que viven su vida con gozo y con fe", ha dicho.

Como balance de sus más de tres años al frente de la Archidiócesis, monseñor Jiménez ha procurado "unir al clero, unificar las líneas pastorales, promover una iglesia evangelizadora", así como alentar las vocaciones sacerdotales".

Ha reconocido que ha tenido que afrontar "algunos temas conflictivos desde el bien de la Iglesia, no buscando ni mi propio interés, ni molestar, ni ofender a nadie", aunque "a veces la verdad escuece o duele, pero es la que nos hace libres y a la larga no perece; padece, pero no perece".

'Ven y sígueme' es la cita del Evangelio favorita de monseñor Vicente Jiménez, quien celebrará el próximo 29 de junio sus bodas de oro sacerdotales, ocasión que le servirá para expresar "gratitud y compromiso" porque "es un don que hemos recibido de Dios sin merecerlo" y que lleva a "comprometernos a servir a Cristo y a la Iglesia hasta que el Señor nos llame".

Tiene previsto presentar su renuncia como arzobispo el próximo 28 de enero porque cumplirá 75 años. "Luego el Papa la aceptará o la dilatará en el tiempo", pero "estoy dispuesto a hacer lo que la Iglesia me pida".

Monseñor Jiménez pertenece al comité ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española, donde conocen su gusto por la literatura y por Antonio Machado y Gerardo Diego. "Los obispos me piden a veces que les declame algunos versos".

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