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Un dermatólogo para 85.000 habitantes en Teruel: "Sacar adelante el trabajo es un desafío"

Miguel García, el único especialista de la piel en el hospital Obispo Polanco, reclama más personal y nuevos aparatos

El medico Dermatologo Miguel Garcia Gil en su consulta del Hospital de Teruel. foto Antonio garcia Bykofoto 24 04 24 [[[FOTOGRAFOS]]]
Miguel García Gil, el único dermatólogo en el hospital Obispo Polanco de Teruel.]
Antonio García/Bykofoto

El hospital Obispo Polanco de Teruel, con una población asignada de 85.000 personas, se ha quedado con un solo dermatólogo al haberse marchado hace ya seis meses la otra especialista que completaba la plantilla. La situación agrava la crisis que arrastra la Unidad desde hace dos años, un periodo en el que tampoco han estado siempre cubiertas las dos plazas, lo que ha generado, entre otros problemas, que los pacientes tengan que esperar un año y medio para la primera consulta.

El especialista al frente del Servicio de Dermatología, Miguel García Gil, califica de "enorme" la desproporción que supone que un solo médico se ocupe de la demanda que generan 85.000 habitantes y estima que la plantilla debería ser superior a los dos facultativos. Relata que, al marcharse su compañera de trabajo, los pacientes atendidos por ella han quedado "en un limbo" y, si bien poco a poco están siendo reasignados a su consulta, muchos se quejan de que las citas para los controles preceptivos tras haber sufrido una lesión les llegan hasta con un año de retraso.

Para evitar que la patología grave sea atendida con demora, el Servicio ha introducido una serie de medidas, como una interconsulta virtual con el médico de Atención Primaria que permite dar prioridad a aquellos casos que parecen revestir urgencia, lo que supone al especialista revisar de 60 a 80 imágenes cada semana. Además, un médico de familia ayuda al dermatólogo en procedimientos de lesiones benignas y valora casos con la técnica de diagnóstico conocida como dermatoscopia. Igualmente, los pacientes procedentes de Urgencias son vistos en menos tiempo y se ha abierto una consulta de enfermería para el seguimiento de la psoriasis y la cura de heridas quirúrgicas.

Un centenar de derivaciones

García Gil reclama la implementación de nuevas técnicas en Teruel para combatir las lesiones cutáneas, como la radioterapia y la fototerapia. La falta de estos equipos hace que un centenar de pacientes al año, muchos de ellos mayores y con dificultades para viajar, tenga que desplazarse a Zaragoza para recibir el tratamiento.

El dermatólogo destaca, no obstante, que en los últimos años se han incorporado técnicas que antes no se practicaban en el Obispo Polanco, entre ellas, la cirugía de Mohs, que evalúa los márgenes del tejido cutáneo en busca de células cancerosas reduciendo la tasa de recidiva, y el micro injerto en sello, que facilita la formación de la piel sana. También se ha desarrollado la infiltración de quimioterápicos, favoreciendo la regresión del tumor sin tener que acudir a la cirugía y reduciendo por tanto las listas de espera.

Pese a las dificultades, Miguel García afirma que su trabajo en Teruel está siendo "una experiencia muy enriquecedora" que le ha hecho crecer profesionalmente de una forma que nunca imaginó. "Sacar adelante todo el trabajo y buscar soluciones a cada problema, es un desafío diario", subraya el dermatólogo. "Ningún especialista crece en la comodidad –añade–; es la adversidad la que nos impulsa a innovar y a superarnos a nosotros mismos".

Advierte, sin embargo, que la despoblación, la infraestructura médica limitada y los costos de vida y transporte "dificultan atraer nuevos dermatólogos a Teruel".

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