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Ángel Julián: "Los delincuentes cibernéticos no descansan, pero yo tampoco"

Fiscal en Teruel, ha declarado la guerra a los malhechores que pululan por las redes. Cuelga vídeos en Internet con trucos para prevenir sus estafas

Ángel Ignacio Julián, a las puertas del Palacio de Justicia de la capital turolense.
Ángel Ignacio Julián, a las puertas del Palacio de Justicia de la capital turolense.
Antonio García/Bykofoto

Fiscal especialista en ciberseguridad, pone en su Instagram. Suena a película de ciencia ficción.

Es el presente y una realidad. Ahora es inusual un atraco a punta de navaja o un timo de la estampita cara a cara. Todo el mundo está en las redes y allí acuden los delincuentes, protegidos por el anonimato. El dinero estafado por internet ya supera al del tráfico de armas, drogas y personas juntos. Si esta cantidad se estuviera robando a punta de pistola por la calle, se habrían tomado otras medidas, pero como en algunos casos responden los seguros y en otros el banco, no hay sensación de inseguridad y ahí queda.

¿Bandoleros del siglo XXI?

Puede ser un símil. Son grupos o personas aisladas que han desarrollado una habilidad para obtener dinero en lugar de trabajar lícitamente.

¿Cuántas denuncias por delitos informáticos llegan cada día a su despacho en Teruel?

Entre cinco y siete, pero a mí me llegan solo aquellas en las que la investigación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad prospera. Son muchas.

¿Van en aumento?

Este año, un 40% más que el anterior y ese ya fue un 50% por encima del anterior. Es una barbaridad. Los medios humanos que harían falta para investigar a fondo serían todos los efectivos de Guardia Civil y Policía que hay en la provincia dedicados solo a eso.

Dice que recibe llamadas de estafadores y los entretiene para evitar que en ese tiempo hagan caer a otra persona. Si supieran que están hablando con el fiscal...

A veces, hasta me identifico.

¿Y qué le dicen?

Unas veces cuelgan y otras, insultan antes de colgar. Lo hago para escudriñar su forma de trabajo y, mientras hablan conmigo, no hablan con otra persona. Como todo el mundo, recibo llamadas de gente que va a multiplicar mi dinero, mensajes de que se está haciendo una transacción indebida en mi banco o que tengo un paquete bloqueado en la aduana. La cantidad de tentativas es astronómica.

Sube a las redes vídeos con trucos para eludir a los delincuentes. ¿Adalid de las víctimas?

Claro, dan mucha lástima. La gente confía y pierde mucho dinero. Las modalidades delictivas se pueden agrupar y es posible que una docena de trucos puedan evitar casi todas. Nunca hay que dar por sentado quién está al otro lado, aunque aporte datos creíbles.

Tiene un centenar justito de seguidores.

Pues están teniendo más alcance del que pensaba. Estoy sobre las 300 visualizaciones por personas diferentes. Tengo poco tiempo y se nota la improvisación, pero lo importante es el mensaje. Si consigo evitar una sola estafa, habrá merecido la pena.

En uno de ellos recomienda no temer las amenazas por las redes. Pide usted mucha valentía.

Solo es gente que lo sabe hacer. Cuando nos los traen detenidos, no dan ningún tipo de temor. No son gente violenta, son gente que está detrás del ordenador todo el día recabando datos de a quién llamar. Algunos hasta ponen voces para parecer extranjeros de países en los que pensamos que la gente es mucho más violenta. Sus llamadas dan pavor, pero ellos dan risa.

Aconseja rechazar ofertas de inversión con altísima rentabilidad. ¿Picamos mucho?

No mucho, pero el que cae, lo hace hasta el fondo. La estrategia es siempre la misma: todo va muy bien hasta que la víctima dice que quiere retirar las ganancias.

¿Cuál es el colectivo diana de las estafas por internet?

La gente que está dispuesta a gastar dinero por internet. Luego, hay chavales que por 50 euros abren una cuenta bancaria que es gestionada por un tercero y ven con sorpresa que su delito es más grave que el del estafador.

Quiere hacer de las redes un lugar más seguro. ¿Cómo?

Sé que estoy intentando vaciar el océano con pozales, pero tengo varias propuestas, entre ellas, lograr la colaboración de las grandes compañías de internet para acabar con el anonimato. De lo contrario, el nivel de desconfianza hacia el teléfono móvil será tal que acabaremos usándolo solo para ver vídeos y oír música.

¿No piensa escribir un libro sobre todo esto?

Por ahora seguiré subiendo vídeos con las formas de evitar las nuevas prácticas de los delincuentes cibernéticos. Ellos no paran, pero yo tampoco. Animo a cualquiera a que los vea, incluso a los malos, que se familiaricen con mi cara antes de que les tome declaración y pida una pena para ellos.

¿Cómo se hizo fiscal?

Yo era ingeniero de obras públicas y responsable de seguridad en una constructora. Tuvimos un siniestro y me afectó mucho. Me evadí estudiando Derecho y aquí estoy. Es curioso, desde hace unos días soy también fiscal en seguridad y salud en el trabajo.

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