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Cuadrillas de agricultores en Teruel vigilarán de noche los olivares para evitar robos

El elevado precio del aceite empuja a extremar el control de la cosecha de olivas entre los propietarios, que ya han pedido ayuda a la Guardia Civil

Olivos en la zona de Valderrobres, en la comarca del Matarraña, donde se espera una gran cosecha.
Olivos en la zona de Valderrobres, en la comarca del Matarraña, donde se espera una gran cosecha.
Heraldo

Los agricultores de la zona olivarera de la provincia de Teruel, en la que se incluyen las comarcas del Bajo Aragón, Andorra-Sierra de Arcos, Matarraña y Bajo Martín y a las que se ha sumado el área zaragozana del Bajo Aragón-Caspe, se organizarán en cuadrillas para vigilar por las noches los campos y evitar el robo de aceitunas.

Así lo ha explicado el responsable del sindicato agrario Uaga en el Bajo Aragón, David Andréu, quien señala que el elevado precio que ha alcanzado el aceite de oliva virgen en el mercado preocupa a los propietarios de los campos, quienes temen ser víctimas de los ladrones. La zona ya registró casos de robos hace cinco años, cuando se produjo otra subida espectacular del coste del aceite.

Andréu indica que los agricultores recorrerán en coche las fincas de olivos a partir de las 18.00 o las 18.30, cuando empieza a anochecer y es más probable que los cacos se atrevan a adentrarse en los campos. El control se intensificará los días de luna llena y tiempo calmado, especialmente propicios para los robos, subraya el sindicalista.

El objetivo es que este seguimiento produzca un "efecto disuasorio" entre los ladrones y que estos desistan de llevarse las olivas, afirma Andréu. Una medida similar se llevó a cabo hace unos meses en Alcañiz y Valmuel para frenar los ataques del lobo a los rebaños de ovejas, "y funcionó", subraya el responsable de Uaga en el Bajo Aragón.

Además, desde el sindicato agrario se ha solicitado a la Guardia Civil que intensifique la vigilancia en los olivares a través de los grupos Roca, una unidad especializada en la lucha contra los robos en explotaciones ganaderas y agrícolas.

A finales de este mes de noviembre empieza la campaña de recogida de olivas en la provincia de Teruel. No es un año especialmente bueno, pues, salvo en la zona del Matarraña, donde se espera una gran cosecha, en el resto del territorio se prevé conseguir apenas la mitad de la cantidad que se obtiene en un año considerado normal. No obstante, el alto precio del aceite, a ocho euros el kilo, convierte la producción en un tesoro.

Es la primera vez que los agricultores turolenses organizan cuadrillas de vigilancia por los olivares y lo hacen motivados por los robos que ya se han producido en algunos puntos del país. "Al haberse registrado casos en otros lugares, las alarmas se han encendido", señala Andréu. En pueblos de la vecina Cataluña en los que también se cultivan olivos, algunos alcaldes han pedido a la Guardia Civil que refuerce la observación de las explotaciones agrícolas.

Colaboración de las almazaras

Desde Uaga en el Bajo Aragón se ha solicitado igualmente a las almazaras que cumplan estrictamente su obligación de pedir a los agricultores que llevan olivas para su transformación en aceite la documentación que acredita la parcela de origen, pues ello contribuye a detectar robos.

Como destaca David Andréu, el olivo es un cultivo muy extendido en el Bajo Aragón y prácticamente el 100% de la población tiene fincas con estos árboles. No obstante, no todos los propietarios se dedican a esta actividad de forma profesional y son muchos los que producen aceitunas solo para obtener un segundo ingreso que mejore su economía.

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