teruel

La escenas de amor y guerra de La Partida de Diego cautivan a un público muy expectante

La recreación del inicio de la leyenda de los Amantes en las calles de Teruel se consolida como un atractivo turístico

Diego de Marcilla habla con Isabel -en el balcón de su casa- en la escena central de la recreación de La Partida de Diego, la Promesa.
Diego de Marcilla habla con Isabel -en el balcón de su casa- en la escena central de la recreación de La Partida de Diego, la Promesa.
Antonio García/Bykofoto

La puesta en escena este sábado de los momentos culminantes que marcan el inicio de la leyenda de los Amantes ha demostrado el magnetismo que esta historia romántica con raíces en el Medievo ejerce sobre el público. Sin alcanzar al aluvión de visitantes que llega en febrero para emocionarse con el trágico final del relato amoroso –también recreado en la calle– La Partida de Diego ha llenado el centro histórico de la ciudad, convertido en una villa del siglo XIII gracias al atrezo, la música de animación y los aromas a especias procedentes de algunos puestos del mercado de artesanía.

Ha contribuido al éxito de visitantes el calor veraniego que ha reinado en Teruel y que ha hecho que todo el mundo buscase la sombra para disfrutar de las representaciones. Más difícil lo han tenido los 70 actores que dan vida a los personajes, subidos a soleados escenarios y con pesados ropajes propios de un invierno medieval.

Los dos Amantes corren a abrazarse en el escenario de la Plaza de la Catedral.
Los dos Amantes corren a abrazarse en el escenario de la Plaza de la Catedral.
Antonio García/Bykofoto

La recreación ha girado a partes iguales en torno a la guerra y al amor, con guiones e imágenes renovados tras un intercambio de escenas entre los dos directores teatrales que se reparten el trabajo desde hace 13 años, Mariam Pueo y Alfonso Pablo.

La ciudad, una fiesta

El público ha vibrado con el desfile del rey Pedro II de Aragón y todo su séquito antes de partir a la Cruzada llevándose mil soldados de Teruel, entre ellos, Diego de Marcilla. La música de tambores y dulzainas del grupo Alarifes de San Martín, que cerraba la comitiva, ha transformado Teruel en una fiesta, arrastrando a cientos de seguidores de todas las edades que bailaban y tocaban palmas.

El desfile del rey con su séquito ha recorrido las calles de la ciudad.
El desfile del rey con su séquito ha recorrido las calles de la ciudad.
Antonio García/Bykofoto

La escena más anhelada, la promesa entre Isabel y Diego para esperarse mutuamente cinco años, ha llegado por la noche. Ante una plaza de la Catedral abarrotada de gente muy expectante, Diego ha regalado a su amada frases tan dulces como "el castigo no será para mí la batalla, sino estar cinco años sin ti". Los aplausos y los silbidos de agrado han sido constantes, también cuando Diego ha entonado una canción preso de amor por Isabel. 

El actor que encarna al Amante, Pedro Endolz, confesaba poco después de terminar su trabajo estar disfrutando con la interpretación. "Es muy fácil hacer de enamorado cuando todos a tu alrededor dan amor", ha afirmado.

El baile del rey en la Plaza del Seminario.
El baile del rey en la Plaza del Seminario.
Antonio García/Bykofoto

La directora gerente de la Fundación Bodas de Isabel -entidad que organiza la recreación-, Lorena Muñoz, ha destacado que La Partida de Diego gana público en cada edición y que se ha consolidado como un atractivo turístico. 

Muñoz ha señalado que la representación del inicio de la leyenda de los Amantes, que recoge la despedida de Diego de su amada tras decidir acudir a la batalla para hacer fortuna y ser digno de su amor, supone para los actores un buen ensayo de cara a la recreación de febrero, Las Bodas de Isabel, mucho más compleja tras más de 25 años en escena.

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