religión

Una pareja japonesa viaja 10.000 kilómetros para casarse en la iglesia de los Amantes de Teruel

Los contrayentes eligen la capital turolense por entender que es el "corazón" de Aragón.

El sacerdote Elvis Njong oficia la boda entre Julius Aragòn y Cathalina Natsuki en San Pedro.
El sacerdote Elvis Njong oficia la boda entre Julius Aragòn y Cathalina Natsuki en San Pedro.
Antonio Garcia/Bykofoto

La pareja formada por Julius Aragón y Cathalina Natsuki, ambos residentes en la ciudad japonesa de Yokohama, ya son marido y mujer a los ojos de la Iglesia tras casarse a primera hora de este viernes en la iglesia de San Pedro de Teruel, la misma que guarda las momias de los Amantes. Los contrayentes han viajado más de 10.000 kilómetros para sellar su historia de amor junto a los restos de los dos enamorados más famosos del mundo, con permiso de Romeo y Julieta. 

El novio y la novia han elegido el conjunto monumental de los Amantes por considerar que es el "corazón" de Aragón. La decisión de casarse por la Iglesia en la Comunidad aragonesa partió de la coincidencia del apellido del esposo con el nombre de la región. Julius, nacido en Filipinas aunque residente en Japón, ha señalado que, al igual que su mujer, conoce "la historia de Diego e Isabel" y, animados por su ejemplo, han decidido casarse en Teruel para quererse "para siempre".

Julius, de 50 años, ha aclarado que sus dos abuelos por la línea paterna nacieron en España. Cathalina, de 33 años, es japonesa, al igual que las dos hijas de la pareja, Juille y Gizelle, de 11 y 12 años. El matrimonio mantiene una relación de 15 años formalizada civilmente, pero en San Pedro acaba de recibir también la bendición de la Iglesia. 

"Estábamos  buscando un momento para organizar la boda y hoy era el momento perfecto pare ahacerlo aquí. Así que estamos muy contentos", ha concluido el esposo. Al llegar a la puerta de San Pedro y tropezarse con un nutrido grupo de periodistas que les esperaba, Julius se ha mostrado "sorprendido".

La ceremonia ha empezado con la entrada de las dos hijas del matrimonio arrojando pétalos sobre el pasillo central de la iglesia por delante de los pasos de sus padres, que se dirigían al altar mientras por megafonía sonaba una marcha nupcial. 

El sacerdote Elvis Njong ha oficiado la ceremonia en inglés con la única presencia como público de un puñado de periodistas y varios curiosos que se han tropezado con la celebración. La pareja ha contado con la colaboración de una intérprete, una profesional especializada en la organización de bodas y un fotógrafo.

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