El Puente de la Equivocación de Teruel tiene muchos más daños de los previstos

Las obras de reparación del puente de la Equivocación de Teruel costarán más tiempo y dinero de lo calculado inicialmente. La infraestructura, con más de 65 años de antigüedad, presenta problemas que no fueron detectados en las primeras inspecciones visuales que obligaron a una intervención y que se han puesto de manifiesto, precisamente, durante el desarrollo de los trabajos que ahora están en marcha. Así, al presupuesto inicial de 300.000 euros habrá que sumar 150.000 euros –supone un 50% de incremento– y las obras, que arrancaron el pasado mes de mayo tras tres procesos de adjudicación fallidos y deberían haber terminado en agosto, se prolongarán hasta finales de diciembre.

Entre otros daños no detectados al comenzar la remodelación del puente –uno de los principales accesos a la ciudad– figura el deterioro del zócalo de la barandilla, que está parcialmente en el aire. Hay también fisuras en tres de los seis arcos menores que se apoyan sobre el arco grande bajo el que discurre el Turia y en los apoyos de las vigas del tablero sobre el vano del ferrocarril y del arco sobre el río hay un agujero de 30 centímetros de diámetro. Otros dos huecos han sido vistos en zonas puntuales del vano sobre el ferrocarril.

La alcaldesa de Teruel, Emma Buj, pidió este lunes "paciencia" a los turolenses y resaltó que las condiciones en que se encontraba este puente eran "mucho peores de las que se pensaba".

Debido a las obras de remodelación, el puente está cortado al tráfico actualmente y los vehículos tienen que salir y entrar a Teruel por la Avenida de Zaragoza.