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Perales del Alfambra gana 50 vecinos en cinco años gracias al empleo creado por dos empresas

El colegio ha pasado de seis a 21 alumnos y el Ayuntamiento ha puesto en marcha una escuela infantil que ya atiende a nueve niños.

Algunos de los niños que llenan la escuela infantil abierta por el Ayuntamiento de Perales
Algunos de los niños que llenan la escuela infantil abierta por el Ayuntamiento de Perales
Jorge Escudero

Perales del Alfambra, una pequeña localidad de la Comarca Comunidad de Teruel, empezó a escribir un nuevo capítulo de su historia a mediados de 2018, cuando se implantaron en el municipio dos empresas: Huevos Guillén y una quesería de la cooperativa del sector ovino Oviaragón. Los empleos que han generado ambas industrias, 54 en total, se han traducido en un incremento de población que está transformando la localidad.

En los últimos cinco años, el pueblo ha crecido en 50 vecinos, rozando actualmente la cifra global de 300 habitantes. Muchas de las familias recién instaladas no tenían conexión con Perales del Alfambra, pero otras están compuestas por jóvenes nacidos allí que salieron fuera a estudiar y que ahora regresan al encontrar oportunidades laborales en su localidad.

"Ha habido un cambio sustancial desde la llegada de las dos empresas y no solo en Perales del Alfambra, sino en toda la comarca", subraya el alcalde de la localidad, Francisco Javier Lahoz. El primer edil recalca que, si bien Huevos Guillén es la empresa que más empleo ha generado, con 45 puestos, también ha resultado decisivo para la incorporación de nuevos vecinos el funcionamiento de la quesería, con 9 trabajadores.

"Ha habido un cambio sustancial desde la llegada de las dos empresas y no solo en Perales del Alfambra, sino en toda la comarca"

La mejora más notable se ha producido en el colegio de Infantil y Primaria, que en pocos años ha pasado de solo seis alumnos a 21. Además, el nacimiento de niños ha llevado al Ayuntamiento a poner en marcha una guardería o escuela infantil que ya atiende a nueve bebés de entre cero y tres años de edad.

El crecimiento poblacional garantiza el mantenimiento de los servicios que ya existían en la localidad y que de otro modo hubieran peligrado. Así lo explica el alcalde, quien destaca que, por suerte, el pueblo cuenta con un bar, una tienda, farmacia, dos oficinas bancarias y algunos talleres mecánicos.

Otro de los efectos se aprecia en las calles, donde "hay mucha más vida que antes", asegura Lahoz. "Ahora se ve gente en cualquier momento, el parque infantil siempre tiene niños con sus padres jugando y el bar registra una mayor clientela a lo largo del día", afirma.

"Ahora se ve gente en cualquier momento, el parque infantil siempre tiene niños con sus padres jugando y el bar registra una mayor clientela a lo largo del día"

El primer edil de Perales del Alfambra opina que el proceso de regeneración poblacional que ha experimentado esta localidad turolense "es el mejor ejemplo de cómo debemos actuar para revertir el proceso de la emigración". "Si se generan recursos laborales y riqueza, la gente viene a vivir a los pueblos", añade.

Desde el Ayuntamiento de Perales del Alfambra se dieron a las empresa cuantas facilidades fueron posibles para hacer realidad su implantación. Las buenas comunicaciones también influyeron para la llegada de las dos industrias, pues la localidad se encuentra junto a la carretera Nacional 420, que une Teruel y Alcañiz, y a solo media hora -39 kilómetros- de la Autovía Mudéjar o A-23.

03 Perales del Alfambra
Imagen de archivo de Perales del Alframbra
Laura Uranga

Una piscina en la antigua estación de tren

De entre todos los servicios que ofrece Perales del Alfambra a sus vecinos destaca, con creces, la piscina cubierta y climatizada que se encuentra en la antigua estación de tren, un edificio que nunca llegó a utilizarse para el fin que fue construido porque la línea férrea Teruel-Alcañiz, a la que pertenecía, quedó sin terminar a principios del siglo XX ante el temor de que no resultara rentable.

El Ayuntamiento apostó por la conservación de las instalaciones ferroviarias dándoles nueva vida y convirtiendo a la localidad en la única del entorno con piscina climatizada. El elevado coste del mantenimiento de esta infraestructura hace que las instalaciones solo se abran tres meses en verano. La altitud del pueblo, a 1.165 metros sobre el nivel del mar, hace que el estío no sea caluroso, por lo que los bañistas agradecen que el agua esté caliente.

Las fallidas instalaciones ferroviarias han servido también como estructura para el acondicionamiento de un albergue. La zona está recorrida por rutas senderistas aptas para caminantes y ciclistas que cada vez son más demandadas por un público que busca naturaleza y calma. Los edificios inacabados de la línea Teruel-Alcañiz se repiten a lo largo de la provincia, a la espera de que otros municipios los recuperen.

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