Los agricultores critican a las concentraciones parcelarias de Cella y Bronchales y el Poyo

Caminos marcados pero que no se construyen, redistribuciones de propiedad que solo se delimitan sobre el papel o procesos interminables son algunas de las quejas.

Fernando Sanz, agricultor de Cella, en uno de los caminos a la espera de ser acondicionado.
Fernando Sanz, agricultor de Cella, en uno de los caminos a la espera de ser acondicionado.
Jorge Escudero

Los agricultores de Cella, Bronchales y El Poyo critican a la DGA por la tardanza en culminar sus respectivas concentraciones parcelarias, un proceso que permite unificar las parcelas de cada propietario agrario para facilitar el cultivo y ahorrar costes en transporte. Entre las quejas, destacan el retraso en construir los nuevos caminos, en delimitar los nuevos lotes de tierra sobre el terreno o procesos de redistribución fallidos que vuelven al punto de partida debido a sus deficiencias. 

En Cella y Bronchales la concentración parcelaria lleva varios años esperando la finalización del proceso. En el caso de Bronchales, el proyecto se inició aproximadamente dos años antes que en Cella pero va "mucho más lento", según un agricultor, Valero González. Explicó que el reparto de los lotes de fincas se marcó sobre plano y todavía esperan a que se den los primeros pasos sobre el terreno para delimitar las propiedades. "No se han puesto estacas todavía ni marcado los accesos. Todo sigue solo sobre papel y queda mucho trabajo por hacer", explicó. 

El problema afecta en Bronchales a cerca de 1.300 hectáreas de cultivo y 350 propietarios, de acuerdo a la memoria emitida por el Gobierno de Aragón. Los agricultores comenzaron a cultivar cereal y leguminoso en las nuevas fincas delimitadas "a ojo" por los propietarios, siguiendo lo marcado en el plano. "Se ha hecho un reparto, pero como no hay nada marcado en el terreno es posible que nos hayamos metido en los terrenos pertenecientes a otro agricultor", reconoció González. 

En Cella, la superficie concentrada supera las 4.700 hectáreas y afecta a casi 1.050 propietarios, según marca el pliego del proyecto. En este municipio, se implantaron más de 4.000 estacas para marcar las nuevas parcelas y caminos. "Hace más de un año que marcaron las fincas nuevas, pero no se han acondicionado los caminos", señaló Fernando Sanz, agricultor y responsable comarcal del sindicato UAGA

Los agricultores esperan que se nivelen y asfalten los nuevos accesos, que "ahora apenas se pueden transitar". Evitarán uno de los grandes problemas que relata el agricultor de Cella, porque "muchas veces se va por campo a través sin saberlo". "En algunos caminos se han mantenido los antiguos trazados y hemos tenido que reparar algún tramo", confesó Sanz. 

La precaria situación de los caminos provoca que "se pierda mucho tiempo" en los desplazamientos. En el traslado de purines de los cerdos, según relató Sanz, hay que ir a 10 kilómetros por hora "y un trayecto que se puede realizar en 15 minutos cuesta más del doble". Además, como explicó el agricultor, cuando circulan camiones cargados es "peligroso". En Bronchales, hace "tres veranos" que avisaron a la DGA para que fuesen a acondicionar la zona, pero "no ha venido nadie", recordó González. "Nos dijeron que iban a venir, el tiempo pasó y llamamos a Teruel y nos explicaron que cuando acabase el invierno vendrían. Todavía seguimos esperando", añadió. 

Desde la DGA aseguraron que la ejecución de caminos en Cella ya figura en un plan de choque del Gobierno de Aragón de 30 millones de euros para realizar obras en una veintena de municipios aragoneses. Para Bronchales está previsto que en octubre se proceda a colocar las estacas en el terreno que delimiten los vértices de las nuevas parcelas. "Ninguno de los proyectos está paralizado, pero son procesos costosos en tiempo y forma", afirmaron. 

En El Poyo, una pedanía de Calamocha, critican el proceso de concentración porque se inició hace 10 años y sigue inacabado. Uno de los agricultores afectados, Alberto Escura, señaló que en 2018 la DGA planteó una propuesta de redistribución de la propiedad, pero ante la avalancha de alegaciones el reparto, que afecta a 1.065 hectáreas de secano y 592 de regadío, quedó descargado. 

En 2021, se reanudó el trámite para realizar una nueva reparcelación que partió "de cero", pero que todavía no se ha traducido en una nueva redistribución de lotes. Este agricultor tachó de "chapuza" todo el proceso y denunció que la incertidumbre sobre el resultado final de la reparcelación frena los planes de modernización y de mejora de las explotaciones. 

Desde el Departamento de Agricultura señalaron que, en el caso de El Poyo, el "complejo escenario" de la propiedad -muy fragmentada- y la división del regadío en siete comunidades de regantes dificultan el proceso de concentración. 

La misma fuente añadió que el próximo noviembre se presentará el nuevo proyecto de reparcelación de las propiedades y el trámite avanzará "de forma decidida", pero, para el éxito del proceso, será "clave" unificar las huertas en una sola comunidad de regantes.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión