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La Despensa de María Martín: “Me falta poner un colchón y dormir en la tienda, pero estoy feliz y agradecida”

Abrió su negocio de alimentación en Santa Eulalia del Campo el 20 de marzo de 2020, con mucho miedo pero con ilusión. Un año después, no ha dejado de crecer.

María abrió su tienda de alimentación, especializada en carne y charcutería, hace un año.
María abrió su tienda de alimentación, especializada en carne y charcutería, hace un año.
Heraldo

Con mucho miedo e incertidumbre pero también con muchas ganas. Así es como María Martín abrió su negocio de alimentación en Santa Eulalia del Campo el 20 de marzo de 2020. Había pedido una subvención que la obligaba a cumplir ciertos plazos y la apertura no podía retrasarse más. Así que La Despensa de María Martín subió la persiana en plena pandemia.

Un año después, María echa la vista atrás y no puede más que estar satisfecha de la decisión que tomó aquel día. “Tenía todo preparado y opté por seguir adelante, bajo cualquier circunstancia”, dice. Y eso que la circunstancia no era una cualquiera, sino que se trataba de una pandemia mundial.

Pero ni en el mejor de sus sueños los últimos doce meses hubieran sido mejores. Desde que abrió, María, que cuenta con la ayuda de una empleada, no ha parado de trabajar. “Me falta poner un colchón y dormir en la tienda, porque no paro en todo el día”, reconoce, entre risas. Una rutina agotadora pero gratificante. “Hago lo que me gusta y estoy feliz”, añade.

Parte de esa felicidad se debe a la buena respuesta que La Despensa de María Martín está obteniendo por parte de los clientes. Su especialidad es la carne y la charcutería, un oficio que aprendió de su madre, con quien ha trabajado durante 20 años en un negocio familiar.

El proyecto de María se diferencia por la elaboración artesanal y personalizada de sus productos. Incluso si alguien llega a la tienda y se le antoja una hamburguesa de rulo de cabra, se la preparan al momento.

Este tipo de servicio, que no se presta en casi ningún sitio, está siendo muy valorado tanto por los vecinos de Santa Eulalia como por los de las poblaciones de alrededor. Son más pequeñas y sus habitantes han encontrado en la tienda de María la mejor solución para su compra diaria, sin tener que desplazarse a Teruel.

"Ahora nos compra gente que nunca nos ha visto ni ha venido a Santa Eulalia"

Además, gracias a las nuevas tecnologías, los productos de La Despensa de María Martín llegan ya a toda España. “Recibo pedidos por redes sociales o por whatsapp, los preparo y los envío con un transportista”, explica María. Así, sus paquetes viajan hasta Sevilla, Valencia, Barcelona, Madrid y, por supuesto, Zaragoza, casi siempre con un plazo de entrega de 24 horas. “Empezaron a conocernos a través de personas que tienen segundas residencias en el pueblo y que este año no han podido venir tanto. Ahora nos compra gente que nunca nos ha visto ni ha venido a Santa Eulalia”, asegura.

Ofrecer este tipo de servicio supone para María un esfuerzo extra, ya que el poco tiempo durante el que el establecimiento está cerrado (o entre cliente y cliente) se dedica a preparar pedidos por encargo.

Estos le llegan no solo para los envíos a otras ciudades, sino también para gente del pueblo o de los alrededores que encargan la carne y el embutido de toda la semana y lo pasan a recoger cuando está listo. “Incluso vienen de Teruel y se lo llevan todo envasado al vacío”, dice.

Entre sus especialidades están las carnes elaboradas como los libritos rellenos de foie, las hamburguesas o los cachopos. También triunfa el solomillo de cerdo, la ternera del Pirineo y el ternasco de Aragón. Y es que María se preocupa, además, de que en su tienda siempre se puedan encontrar productos de cercanía. Hay, por supuesto, jamón de la D.O de Teruel y quesos de la misma Santa Eulalia.

Una labor social en los peores meses de la pandemia

Cuando María abrió las puertas de su establecimiento, la pandemia de la covid acababa de estallar. Muchas personas quedaron aisladas en casa por haberse contagiado y los más mayores tenían miedo a salir al exterior.

Para ayudar en estas situaciones tan complicadas, María decidió empezar a repartir la compra a domicilio sin coste alguno. No solo en las casas de Santa Eulalia, sino también en los pueblos de alrededor. “Yo no vendo fruta pero si la necesitaban, en el mismo viaje se la llevaba”, recuerda. “La gente lo estaba pasando realmente mal y quería ayudar de alguna manera”, dice.

Ahora, los repartos a domicilio en Santa Eulalia y alrededores se siguen haciendo, aunque con un importe mínimo de compra de 50 euros. Los pedidos se pueden realizar por whatsapp, Facebook, Instagram o llamando a la tienda. Además, para mayor comodidad, quienes lo prefieran también pueden pasar a recogerlos, evitando filas de espera.

Y para filas las que se formaban en verano ya que durante esos meses el pueblo se llenó de gente, en busca de la tranquilidad y el aire libre del medio rural. Después, los cierres perimetrales tampoco se han notado de forma negativa en el negocio. “Cuando no se podía entrar a Teruel, por ejemplo, los vecinos de aquí y de los alrededores tenían que comprar en el pueblo. Cuando se ha podido salir de la capital, han vuelto a venir los clientes que viven allí”, explica María.

Con este ritmo frenético, María repasa este año de trabajo mientras sigue con sus elaboraciones. En media hora escasa de un viernes por la tarde, ha recibido tres pedidos por whatsapp. Todos son de zaragozanos que van a pasar el fin de semana a Santa Eulalia y quieren comer un buen chuletón. Y cuando se habla de chuletón, María Martín tiene el mejor.

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