Test de covid y mamparas en el juicio contra Igor el Ruso

La Audiencia de Teruel prepara el que será, sin duda, el juicio más complicado de su historia, no tanto desde el punto de vista jurídico como de su organización, pues no es fácil planificar en medio de una pandemia una vista oral de hasta 8 días de duración en una sala de 60 metros cuadrados en la que una treintena de personas se repartirán el espacio en torno a un preso muy peligroso: Norbert Feher, alias Igor el Ruso.

Al celebrarse con jurado popular, 11 ciudadanos se sumarán al magistrado, el letrado de la Administración de Justicia, el fiscal, los 7 abogados de las acusaciones particulares y populares, el letrado de la defensa y los auxiliares de justicia. A ellos hay que añadir al propio procesado –que declarará dentro de una cabina blindada como ya hiciera en el juicio por el doble intento de homicidio de dos vecinos de Albalate del Arzobispo–, a su traductor y a los agentes policiales que lo custodiarán, así como al perito o testigo que declare en cada momento.

Como explica el magistrado presidente de la Audiencia, Fermín Hernández, la falta de espacio impedirá que haya público y ni siquiera podrán estar en la sala los familiares más cercanos de las tres víctimas del exmilitar serbio –el ganadero de Andorra José Luis Iranzo y los dos guardias civiles del puesto de Alcañiz Víctor Romero y Víctor Caballero, tiroteados mortalmente el 14 de diciembre de 2017–. Para garantizar la difusión, Hernández ha propuesto crear un canal de vídeo al que puedan conectarse la prensa y todos los interesados en seguir el juicio en tiempo real, habida cuenta de la expectación que hay entre los vecinos de la zona donde se produjo el triple crimen.

La vista se desarrollará con los balcones abiertos, para lograr ventilación, y los letrados de las acusaciones estarán separados por pantallas protectoras, ya que el espacio no permite guardar una distancia de seguridad entre ellos. Además, la Audiencia ha solicitado que todas las personas que vayan a intervenir sean sometidas a un test de diagnóstico rápido de coronavirus, "para tener una cierta seguridad de que no hay covid", explica Hernández.

El juicio arrancará el 12 de abril y es el primero en Teruel en el que se pide prisión permanente revisable para el acusado –la máxima pena privativa de libertad en España– y el primero en Aragón con esta calificación por dos o más asesinatos. Fermín Hernández, que presidirá la sala, explica que el suceso "tuvo un gran impacto y generó mucha inquietud en una zona habitualmente tranquila, como es Teruel y el medio rural".

Jorge Piedrafita, abogado de la viuda e hija del agente Víctor Romero, considera que se trata de unos hechos "de extrema gravedad" y "muy duros" desde el punto de vista humano y pide por ello que, pese a las dificultades de organización por la covid, el juicio se celebre de forma presencial en todo lo posible a fin de contar con las máximas garantías.

Tras el interrogatorio de Igor el Ruso, que ocupará todo un día, los primeros en declarar serán el padre de José Luis Iranzo y los agentes que participaron en el operativo para detener a Feher tras los tiroteos. También lo hará el vecino que acompañó a los guardias hasta la masía del ganadero, donde hallarían su cadáver.

Regresa a la celda de aislamiento en Zuera y viaje diario a Teruel

El acusado regresará a la celda de aislamiento de la prisión de Zuera donde ya estuvo dos años preso, entre diciembre de 2017 y noviembre de 2019, cuando fue trasladado a la cárcel de Teixeiro (Coruña).

Su traslado será en autobús regular con los demás presos la semana previa al juicio, entre el 2 y 9 de abril, desde el centro penitenciario de Dueñas (Palencia), donde está desde agosto de 2020. Cada día del juicio (fijado desde el 12 al 16 de abril) será enviado en un furgón especial escoltado por tres vehículos de la Guardia Civil para recorrer los 223 kilómetros, según fuentes penitenciarias.

Su presencia en el centro de Zuera obliga a que haya cuatro funcionarios pendientes de cualquier movimiento suyo para que pueda salir al patio o acuda al gimnasio, siempre en solitario, en las horas libres que tenga después de cada jornada del Jurado.

Este viaje ya lo hizo en enero de 2020 cuando se celebró el primer juicio por la doble tentativa de homicidio de Albalate del Arzobispo ocurrido en diciembre de 2017, antes del triple crimen ocurrido en Andorra.

La peligrosidad de Igor el Ruso obliga a que varios funcionarios del grupo de seguimiento y control estén vigilándolo a través de las cuatro cámaras de la celda. En su estancia inicial en Zuera, dos mujeres pidieron visitarlo y él reclamó un rosario y la biblia.