Un escaparate rodante de la sociedad turolense arropa a Sus Majestades

Mil personas de 17 colectivos se echan a la calle para despertar la ilusión infantil. Las referencias a la Vaquilla y los toros ensogados, protagonistas del desfile festivo.

La multitudinaria cabalgata de Reyes de Teruel, con más de mil participantes de 17 entidades y 53 vehículos, deslumbró a niños y mayores con una auténtico escaparate de la sociedad turolense a través de sus clubes deportivos, asociaciones y colectivos. Por las calles de la Carretera de Alcañiz, el Ensanche y el Centro Histórico desfilaron las carrozas de los Magos de Oriente arropadas por decenas de tractores, coches y camiones decorados para la ocasión y por medio millar de personas que desfilaron a pie para mostrar sus coreografías e indumentarias.

Dentro de los ingredientes de la cabalgata, dedicada este año a la propia ciudad, ocuparon un papel destacado las referencias a las fiestas más multitudinarias, la Vaquilla, con dos cabezudos vestidos de vaquilleros abriendo la marcha -la misma indumentaria que exhibieron algunos grupos-. También recorrían la comitiva los miembros de la Soga y Baga -la asociación encargada de manejar los toros ensogados durante las fiestas patronales- que tiraban de la cuerda para "dominar" a un astado de cartón piedra sobre ruedas.

Mientras tanto, varios toros de carretón achuchaban a niños y mayores a lo largo de todo el trayecto. La presencia de las reses de cartón dividió al público infantil. Ainara, una niña de seis años de Cella, se mostró "encantada" con el espectáculo de la cabalgata, aunque su ilusión se centraba en la caravana y el supermercado de Pinypon que había pedido a los Reyes. A Amadis, de 5 años y residente en Teruel, le dio "un poco de miedo" el toro de carretón que casi la embiste. Todo lo contrario que su hermana Irina, de 4 años, que disfrutó con las reses de mentirijillas. Hasta se subió encima de una de ellas para hacerse una foto. Confiaba en que la cabalgata dejara en su casa un carrito de bebé, muñecas y un gato de juguete. Aseguró, para reforzar su convicción, que se ha portado bien durante todo el año.

El recorrido de los Reyes Magos arrancó en el recién construido Skatepark de la Fuenfresca, desde donde se trasladaron a la Ciudad Escolar para emprender el viaje callejero en sus carrozas. La comitiva serpenteó por toda la ciudad hasta más allá de las 20.00, cuando llegó a su destino final, el belén viviente de la plaza del Seminario.

Durante las tres horas de trayecto urbano, la cabalgata arrojó al expectante público 2.800 kilos de caramelos, 12.000 piruletas, 40 kilos de carbón dulce y 20.000 pequeños juguetes confeccionados por Atadi. El paso de la comitiva dejaba un reguero de niños, padres y abuelos agachados para hacerse con una parte del dulce botín que llegaba desde las carrozas.

Además de las carrozas reales, destacaron por su aparatosidad el barco de la peña Los Marinos o el buque pirata de la asociación de vecinos de San Blas. El vehículo de la pedanía de Concud circuló por la ciudad escoltado por una guardia de juguetones dinosaurios de gomaespuma.

Entre los colectivos más numerosos, figuraron las deportistas del club de gimnasia rítmica o los alumnos de Marta Dance Factory. También participó el cuerpo de bomberos con una antigua bomba. Pero el público no podía descuidarse porque llegaban los toros ensogados y los sogueros con su grito de guerra: "¡Vamos, vamos!".

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