temporal de lluvias

Una familia atrapada en Olba: "Seguimos incomunicados. La salida de emergencia se derrumbó en octubre y no la han reparado"

Pascual Varón, vecino del barrio de los Tarrasones, permanece con su familia -su pareja y sus dos hijos de 4 y 6 años- sin poder salir del pueblo, en Teruel, tras las lluvias del pasado viernes. 

Una familia atrapada en Olba (Teruel) tras la riada del pasado viernes.
Una familia atrapada en Olba (Teruel) tras la riada del pasado viernes.
P. V.

Pascual Varón y su familia -entre ellos una niña de 4 y un niño de 6- permanecen por tercer día consecutivo "incomunicados" en el barrio de los Tarrasones, en Olba (Teruel), tras las lluvias del pasado viernes en la provincia. La crecida del río Mijares se llevó las pasarelas de madera que tenían para salir del pueblo y la salida de emergencia que había, según cuentan, se derrumbó en octubre y nadie la ha arreglado desde entonces.

"Se cayó hace seis meses y aún no la han arreglado. Nos gustaría que buscaran los fondos como medida de urgencia, porque estamos incomunicados, y que cuando baje el caudal hagan lo posible para que podamos salir de aquí", reclama Pascual, que teme pasar varios días sin poder salir de casa, como ya les tocó vivir el pasado año mes de octubre, en plena 'gota fría'. 

"Estuvimos nueve días incomunicados por la riada también, así que nos preparamos. Llevamos aquí 20 años y asumimos dónde vivimos, lo que pasa es que con niños se complica y nadie asume dar mejoras al barrio", lamenta este vecino afectado. 

Como no es la primera vez que afrontan una situación de este tipo, Pascual y su familia están de sobra preparados para pasar estos días en casa. Él, que precisa oxígeno domiciliario, tiene reservas por si sufre una crisis. También comida y una "buena reserva" de arroz, cereales y legumbres en un arcón.  "Tenemos animales y una huerta...  Comida siempre intentamos tener porque si nieva o estamos dos y tres semanas encerrados no queda otra...", indica.

Del barrio de los Ramones, donde también se quedaron incomunicadas el pasado viernes decenas de personas -entre vecinos y visitantes-, la Guardia Civil pudo evacuar este sábado a dos familias de Barcelona y Zaragoza que tuvieron que dejar los coches en el pueblo y salir en todoterreno para coger el tren en Sarrión.  

"Los vecinos del otro barrio han podido salir con todoterreno por el badén de los Ramones, que está un poco más elevado y cuando baja el cauce pueden pasar. No obstante, mañana tiene que salir gente de Barcelona y decían que si no podían hacerlo con el coche... no se iban a arriesgar", relata Pascual, quien reclama una solución por parte de la Administración para su familia y el resto de vecinos que se ven cada vez que hay riada en su situación. "Yo con niños no debería cruzar con agua un badén. Siempre te dicen que es imprudente, pero que me den la solución. Si no al final te tienes que ir, y es una de las opciones que te planteas. Llevamos aquí 20 años y no nos dan ninguna respuesta", lamenta este padre de familia. 

"Nos gustaría recibir una respuesta de la administración"

Este vecino de Olba, Teruel, insta a los políticos y a las diferentes administraciones a tomar medidas para evitar que su caso se convierta -como ya le han dicho algunas veces- en un claro ejemplo de "despoblación". Entiende que la solución no es fácil, pero dice que le gustaría recibir una "respuesta", en la línea de muchas campañas políticas que se oyen estos días. "Ahora se está fomentando la vuelta de la gente de la ciudad al campo y sucede que los que están asentados aquí y van al colegio... como la gente ya está asentada aquí, parece que no importan", critica. 

Tras las vacaciones de Semana Santa y el puente de San Jorge, Arán y Laia -de 6 y 4 añitos- empezarán el miércoles el colegio en Olba, pero su padre asegura que todo depende de cómo esté la situación por aquí arriba tras las lluvias. "Hoy hemos intentado salir caminando y por la pista de arriba (que son unos 3 kilómetros de senda), la pequeña se cansaba mucho. Tienes que subir bastante por la montaña y luego bajar hasta el barrio, porque el camino de abajo está roto. No sé muy bien cómo gestionarlo, y si el miércoles no se arregla nada ni se ha abierto el canal para que baje el agua, seguramente no podremos ir al colegio, que es lo que nos pasó también en octubre", concluye resignado Pascual. 

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