El parque de Fuente Cerrada, cubierto de basura tras el llenazo de público de la fiesta del Sermón

La masiva afluencia de público adolescente derivó en macrobotellón. La celebración propició la salida de miles de turolenses para celebrar comidas campestres.

La fiesta local del Sermón de las Tortillas vació este martes la ciudad de Teruel desde primera hora de la mañana hasta bien entrada la tarde. La celebración, cuyos orígenes se remontan a la Edad Media y que está estrechamente emparentada con la Pascua, se centró en la salida masiva de los turolenses al campo para organizar comidas campestres. El principal escenario del evento, el parque de Fuente Cerrada, quedó tras la celebración cubierto de basura, restos de comida, envases vacíos y bolsas.

La Fuente Cerrada, un extensa zona verde situada en las proximidades de la ciudad, fue el lugar elegido para celebración de la fiesta del Sermón por los más jóvenes, que convirtieron la mayor parte del parque –la más nueva– en un macrobotellón. Otro sector, el comprendido entre el restaurante y la piscina pública, atrajo por el contrario a un público más calmado formado por grupos de amigos y familias.

Desde primera hora de la mañana, las numerosas mesas para organizar pícnic y los fogones de la Fuente Cerrada estaban reservados para preparar carnes a la brasa y paellas, principalmente. Tampoco faltaron las tortillas que dan nombre a la fiesta.

Algunos jóvenes pasaron allí la noche para asegurarse un lugar para comer y encender un fuego para asar chuletas. El gerente del restaurante del parque, David Domingo, explicó que al abrir su establecimiento, a las 7.00, encontró un chico que había pasado la noche durmiendo en una barbacoa cercana para reservarla. "Llevó cuatro años al frente del local y nunca me había encontrado algo así", comentó sorprendido.

Trini Pérez, una turolense habitual de Fuente Cerrada el día del Sermón, tuvo suerte. A las 10.30 todavía encontró hueco para encender el fuego destinado a asar la carne para la comida. Señaló que hubo un grupo de jóvenes que pasó la noche del lunes al martes en una tienda de campaña para asegurarse la mesa y el fogón y, de paso, "empezar la fiesta con antelación". Pérez explicó que muchas pandillas de adolescentes no utilizan los fogones y se traen bocadillos y bebida de casa.

Guillermo Villarroya, que llegó con un grupo de amigos, explicó que para asegurarse un lugar en el que preparar carne asada se plantó en la Fuente Cerrada a las 5.00. Añadió que desde hace varios años se desplaza con algunos compañeros de madrugada hasta el parque para ocupar un hogar de la barbacoa.

Uno de los grupos más numerosos de la fiesta es, habitualmente, el de la Casa de Andalucía, que acota un espacio con banderitas de colores y monta sus propias sillas y mesas hasta crear un recinto verbenero. Ochenta asociados e invitados comieron de la paella preparada por un socio. El presidente de este centro regional, Juan Fernández, explicó que después de comer hubo baile "como si fuera una Feria de Abril".

Fernández se lamentó de que el espacio ocupado por el público más joven acaba, invariablemente, desde hace tres o cuatro años "todo perdido y lleno de basura". Recordó que la fiesta del Sermón de las Tortillas se celebraba, tradicionalmente, en una ambiente más "tranquilo y familiar".

El restaurante municipal de Fuente Cerrada ofreció una alternativa a los más perezosos a la hora de cocinar. David Domingo, al frente de este negocio desde 2014, reconoció que la fiesta del Sermón de las Tortillas es el día que más trabajo le da de todo el año. A media mañana, ya tenía completas las 200 plazas de comedor del local, tanto en las terrazas como el interior. "Y eso que ha hecho mal tiempo", aclaró. "El restaurante está lleno a reventar", resumió. El menú, para "simplificar", se centró en paellas y carne a la brasa.

El panorama de saturación de Fuente Cerrada se repitió en la cercana Fuente Carrasco y en otros lugares tradicionales de la jornada, como la Fuente de Atarazanas. La Policía Local organizó controles intermitentes durante toda la jornada en los accesos a Fuente Cerrada para detectar la presencia de conductores bajo los efectos del alcohol o las drogas y proceder a la inmovilización de los vehículos.

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