La despoblación como oportunidad

Un estudio de la Universidad de Valencia propone una nueva estrategia de gestión territorial para la provincia de Teruel.

Miemtros de la asociacón Recartografías en Mas Blanco
Miemtros de la asociacón Recartografías en Mas Blanco

Que Teruel es una de las provincias españolas que más población pierde no es ninguna novedad. Tampoco lo es que sea la segunda provincia con menos población, después de Soria, y tampoco sorprende saber que desde la posguerra acumula 27 pueblos abandonados. Lo novedoso es el enfoque que hace de la situación un estudio de la Universidad de Valencia publicado en el último número de la Revista de Estudios sobre Despoblación y Desarrollo Rural.


Luis del Romero Renau y Antonio Valera Lozano, profesores del departamento de Geografía de esta universidad, plantean en un artículo titulado 'Teruel, territorio en decrecimiento: dinámicas y oportunidades' que la despoblación de la provincia debe dejar de ser abordada como un problema, y empezar a verse desde el prisma de la oportunidad. Aseguran haber asistido a "décadas de 'laissez faire' y fallos de gobierno" que llevaron a Teruel a apostar "por un modelo de desarrollo basado en la construcción, los macroproyectos y los Dinópolis". Esta vía, dicen, ha impedido asumir la realidad de la despoblación y, por tanto, desarrollar estrategias acordes de gestión territorial.


Para respaldar su tesis, Romero y Valera han inventariado el parque de viviendas vacías de los núcleos despoblados y, a continuación, el patrimonio histórico, industrial, arquitectónico, bélico, natural y geológico "infravalorado" de su entorno.


"Son miles las viviendas, masías, granjas, pastizales, campos, industrias, eras, molinos, corrales, bancales, veredas y en definitiva, construcciones, que permanecen hoy abandonadas", destacan estos dos investigadores. Por eso, en su artículo apuestan por abandonar las estrategias de crecimiento para abordar políticas de 'no crecimiento'. Es decir, centrarse en estabilizar la población y en planificar para los usos del suelo, las actividades y la población actuales en vez de en intentar atraer a nuevos pobladores a toda costa. "Cada año son bastantes los municipios que tratan de impedir el cierre de servicios con todo tipo de ofertas, incluyendo vivienda gratis, pero al final muchos de estos nuevos pobladores acaban dejando el municipio", recuerdan a modo de ejemplo.


Pese a la dificultad de dar soluciones válidas para cualquier territorio, Romero y Valera proponen una estrategia de gestión de espacios en decrecimiento basada en cuatro fases que ya se están aplicando en otros países. La primera, bajo el nombre de 'Deconstrucción' consistiría en incentivar el desmantelamiento de edificios abandonados que carezcan de valor patrimonial. La segunda, en la 'Reutilización' de las viviendas y los campos. La tercera en la 'Reorganización' de los instrumentos de planificación hacia metas de crecimiento cero y la cuarta, 'Imaginación', en experimentar nuevas actividades o servicios aprovechando los recursos existentes.

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