Teruel

Las obras de ampliación de la cárcel entran en su fase final y podrían acabar en enero

De 50 a 60 operarios trabajan cada día en la reforma de la prisión, que duplica su capacidad para alcanzar 440 plazas.

Evasión en la cárcel de Teruel
JORGE ESCUDERO

Los trabajos de ampliación de la cárcel de Teruel han entrado en su recta final. Si se cumplen las previsiones, el próximo mes de enero podría estar acabado el nuevo edificio, a excepción solamente del equipamiento interior y de la remodelación de la zona de oficinas, dos aspectos que serán abordados con posterioridad.


Así lo explicó el director de la prisión de Teruel, Julio Esteban, quien destacó que la parte destinada específicamente a los internos, como es el caso de las habitaciones y los distintos servicios que precisan, ya está "toda construida" a falta de remates. Esteban afirmó que en el plazo de un mes el desarrollo de las obras "dará un vuelco total".


La ampliación de la prisión, que pasa de tener 220 plazas a más de 440, ha obligado a aumentar el tamaño de los distintos servicios. Un ejemplo es la cocina, que dispone de un 50% más de espacio que antes. Esta mayor amplitud –explicó Esteban– ha permitido una mejor ordenación de todos los electrodomésticos así como un incremento en el número de frigoríficos y en la superficie destinada a almacenamiento de alimentos.


El desarrollo de las obras, ahora en su fase final, ya no afecta a la población reclusa. No ocurrió así al inicio de la remodelación del centro penitenciario, cuando los trabajos obligaron a redistribuir espacios, entre ellos los patios al aire libre. En el verano de 2013, los internos fueron trasladados al nuevo módulo de celdas, lo que permitió demoler la parte antigua y levantar allí un nuevo edificio con habitaciones.


Tres años de trabajos

Salvo imprevistos, las obras concluirán, aproximadamente, dentro del plazo de ejecución de 36 meses fijado en el contrato del Ministerio del Interior con la empresa adjudicataria, Acciona Infraestructuras. Con un presupuesto cercano a los 25 millones de euros, los trabajos arrancaron a finales de 2012 y estarán acabados tres años después, entre finales de 2015 y principios de 2016.


En estos momentos, de 50 a 60 operarios trabajan a diario en la reforma de la prisión de Teruel. El director de la cárcel destacó que muchos de los trabajadores están instalados en la capital turolense o en municipios próximos, por lo que puede afirmarse que la construcción de la nueva cárcel ha tenido un efecto dinamizador del empleo y la economía turolenses.


Se espera que la puesta en marcha de la nueva prisión, con doble capacidad que la anterior, se traduzca en un aumento del número de funcionarios, ahora fijado en 125. No obstante, el Ministerio del Interior no se ha pronunciado sobre este aspecto.