Perder habitantes perjudicará a los municipios que opten a ayudas del Fondo de Teruel

Los municipios que hayan ganado población tendrán más fácil conseguir las subvenciones.

Miravete de la Sierra, pueblo turolense de menos de 30 habitantes.
Miravete de la Sierra, pueblo turolense de 34 habitantes
Heraldo

Los municipios más pequeños de Teruel van a tener difícil acceder este año a las ayudas del Fondo de Inversiones de Teruel. Este lunes se hicieron públicos los criterios que seguirá el Gobierno de Aragón para adjudicar los cuatro millones de euros en subvenciones a infraestructuras municipales y sorprende ver que son opuestos al espíritu que regía estas ayudas en ejercicios anteriores. Tener problemas de despoblación y pocos habitantes supondrá ahora una desventaja a la hora de conseguir una subvención.


De los diez puntos con los que se evaluarán los proyectos presentados por cada municipio, cuatro dependen de factores demográficos y perjudican a los núcleos con problemas de despoblación. Las localidades de menos de 2.000 habitantes que hayan perdido algún habitante en los últimos cinco años obtendrán la mínima valoración posible, 2,5 puntos. Sin embargo, los núcleos con más de 2.000 habitantes que hayan sumado algún vecino al padrón municipal serán recompensados con cuatro puntos.


La forma de valorar los factores demográficos, sumada a los nuevos criterios para la concesión de los otros seis puntos, dejan entrever un cambio de estrategia por parte del Gobierno de Aragón a la hora de invertir estos cuatro millones. Si el año pasado los fondos tenían un carácter más asistencial y de apoyo a las pequeñas localidades turolenses, este ejercicio parece perseguir la rentabilidad de los proyectos en materia de empleo y riqueza.


En la convocatoria de este año, los otros seis puntos a las infraestructuras propuestas por los ayuntamientos dependen de su potencial para crear empleo y riqueza, además de su capacidad para fijar población en la zona. En 2014, estos seis puntos dependían sin embargo de las carencias de competencia municipal que venía a suplir la nueva infraestructura y se otorgaban en función de la necesidad de ella que existía en el municipio.


En caso de empate en las valoraciones, la orden publicada este lunes vuelve a perjudicar a los pequeños municipios y estipula que "tendrá preferencia el beneficiario con mayor población" y "con menor tasa de regresión demográfica", criterio también opuesto al que rigió los desempates durante la convocatoria del año pasado.

Sanción por ser pequeños

Desde la Dirección General de Administración Local del Gobierno de Aragón confirman un cambio de estrategia y aseguran que este giro ha sido respaldado tanto por los técnicos como por los políticos involucrados en la distribución del FITE. Por un lado, justifican las nuevas bases en el deseo de ejecutar la mayor cantidad posible de los fondos ya que, según explican, la ventaja dada el año pasado a los pequeños municipios provocó que algunos proyectos se quedasen "varados por la falta de capacidad" de sus ayuntamientos para ejecutar las obras. Por otro lado, señalan que los municipios con pocos habitantes tienen menos necesidades que los grandes.


Los nuevos criterios cosechan diversidad de opiniones entre los alcaldes turolenses pero, por encima de todo, han despertado la indignación de los regidores de pequeñas poblaciones. En este lado se sitúa el presidente de la Diputación Provincial de Teruel y alcalde de Castellote, Ramón Millán, quien considera que la convocatoria no está hecha a la medida de Teruel y demuestra un desconocimiento de la provincia. "El FITE es el único fondo que financia los proyectos al 100% y que permite justificar los gastos por partes y recuperar el dinero sin que se eternicen los plazos. Por eso era el único fondo accesible para los pueblos".


Millán asegura que comprendería que los 60 millones del FITE se dedicasen en su totalidad a grandes inversiones si se crease otro fondo destinado a los municipios. Sin embargo, si se decide destinar cuatro millones a infraestructuras municipales no entiende que la despoblación sea un factor perjudicial para optar a las ayudas. "Se les llena la boca al hablar de frenar la despoblación y resulta que matamos a los pequeños municipios -lamenta-. Pues nada, que triunfen los grandes y nos iremos todos a vivir allí".


La otra cara de la moneda la muestra Carlos Boné, presidente de la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias y alcalde de Valderrobres. Desde su punto de vista, los criterios de 2014 perjudicaban en exceso a los municipios con más de 2.000 habitantes y a aquellos que hubiesen incrementado su población. "No se puede considerar que por haber ganado una familia no haya un problema de despoblación", matiza. Por otro lado, aunque comparte el punto de vista de que los núcleos con mayor población tienen una mayor demanda de servicios, es de la opinión de que la despoblación no debería computarse en números absolutos ni utilizarse así como criterio: "Toda la provincia sufre ese problema y criterios así siempre van a dejar de lado muchos factores".

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