La pieza defectuosa que causó el accidente aéreo de Villastar se saltó un control programado

Familiares de algunos de los 6 brigadistas que murieron al estrellarse el helicóptero piden reabrir la causa judicial

El helicóptero se estrelló en una zona agrícola de Villastar, a unos 10 kilómetros de Teruel.
El helicóptero se estrelló en una zona agrícola de Villastar, a unos 10 kilómetros de Teruel

El accidente aéreo ocurrido en Villastar el 19 de marzo de 2011 en el que seis brigadistas fallecieron al estrellarse el helicóptero con el que se dirigían a apagar un incendio forestal podría haberse evitado con la inspección de una de las piezas del sistema hidráulico de la aeronave, tal y como el mismo fabricante del aparato, Bell Helicopter, había recomendado a finales de 2005 al tener sospechas de que podría ser defectuosa.


Es una de las conclusiones que se desprenden del informe final sobre el siniestro emitido por la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (Ciaiac), que ayer fue colgado en la wef oficial del Ministerio de Fomento, del que depende dicho organismo. En él se indica que la cumplimentación del aviso o Boletín de Servicio 407-05-70 de Bell Helicopter, que requería la realización de una inspección y posible actuación sobre el sistema de ajuste de determinados servoactuadores –elementos que afectan al control de la dirección del aparato– "hubiera eliminado la condición insegura que provocó el accidente".


En mayo de 2010, al helicóptero accidentado se le había sustituido un servoactuador por otro que contaba con 12 horas de vuelo. Fue enviado por el fabricante de la pieza, HR Textron, y la instalación corrió a cargo del personal de mantenimiento del operador Inaer, que pone a disposición del Gobierno aragonés las aeronaves para la lucha contra incendios forestales. Ese nuevo servoactuador estaba sujeto al Boletín de Servicio 407-05-70, que establecía una inspección a las 10 horas de vuelo siguientes a la emisión de la alerta o, en todo caso, antes del 15 de diciembre de 2005. El motivo era la posibilidad de que el eje del sistema de ajuste del servo estuviera suelto, como así ocurrió.


El defecto de esa pieza llevó a un "progresivo desajuste del mecanismo de control del servoactuador" que hizo que el piloto, Albert Batllé, uno de los fallecidos, no pudiera mover los mandos desde la cabina para dirigir el helicóptero. Con el murieron José Ramón Milián, de 24 años; Angus Thomson, 35 años;Javier Benaque, 33 años; Esteban Galve, 35 años; y Rafael Andreu. Otro brigadista, Ángel Aznar, salvó su vida, aunque sufrió heridas graves."No nos damos por vencidos"

La madre de uno de los fallecidos, Marisol Salafranca, se mostró ayer dispuesta a contactar con abogados "especializados" para pedir que la investigación judicial continúe "hasta donde sea necesario", a fin de poder depurar responsabilidades por el accidente. "No nos damos por vencidos. Siento mucha rabia de que las cosas puedan quedarse así", declaró.


El Juzgado abrió diligencias para esclarecer lo ocurrido, pero las archivó provisionalmente al no ver una posible negligencia criminal en el proceso de fabricación, control de calidad o mantenimiento de la pieza que falló en el helicóptero. La Audiencia Provincial ratificó el archivo y solo la familia de una de las víctimas ha acudido al Tribunal Constitucional solicitando nuevas pruebas periciales.


El juez encargado del caso, Jorge Cañadas, informó ayer de que no tiene pensado reabrir la causa a la vista del informe definitivo de la Ciaiac, pues, a su juicio, este solo ratifica y amplía lo expuesto en los anteriores estudios provisionales. La Ciaiac recomienda a los fabricantes de la pieza y del helicóptero que refuercen sus sistemas de control de calidad y a Transport Canada ­–la autoridad de aviación civil del país de diseño del helicóptero– que fije medidas que garanticen la calidad de las aeronaves.