Huesca recupera la histórica campana de la ciudad, fabricada hace casi 500 años
La pieza de bronce, bautizada como 'Juana Paciencia', es obra de Juan de la Rosada, maestro campanero de Broto. Se podrá ver a partir de ahora en el patio del Ayuntamiento.
La histórica campana de la ciudad de Huesca, que data del siglo XVI y que fue bautizada como 'Juana Paciencia', ya luce completamente restaurada en el patio del Ayuntamiento de Huesca, donde oscenses y visitantes podrán admirarla a partir de ahora.
La puesta de largo se ha celebrado este jueves con la intervención del historiador Carlos Garcés y la actuación del dúo de música y danza Modern Baroque, tras completarse los trabajos de restauración encargados hace casi un año por el anterior equipo de gobierno del PSOE a un taller de Valencia y que han costado 5.200 euros.
Según las investigaciones realizadas por Garcés y publicadas en la revista Argensola, esta pieza fue obra de Juan de la Rosada, autor también de las campanas del convento de Santo Domingo y de iglesia de San Lorenzo de Huesca. Además, fue el primero de una dinastía de tres generaciones de campaneros de Broto, tomando el relevo a Juan Clerget, que en el siglo XVI fundió otras campanas relevantes para Zaragoza, Barbastro o Valencia.
En 1576, el Concejo oscense decidió fabricar “una campana muy buena” para el edificio del Ayuntamiento y fue denominada 'Juana Paciencia' porque la bendición y elevación al tejado se produjo el 14 de junio, diez días antes de San Juan Bautista, y en honor de Santa Paciencia, la madre de San Lorenzo, el patrón de Huesca. Costó casi 5.000 sueldos jaqueses.
Hecha en bronce, tiene 87 centímetros de altura y otros 87 centímetros de boca y consta también de un yugo o pieza de madera que permitía voltearla de 83 cm y un badajo metálico de 72 cm.
Presenta una rica decoración con una inscripción con el apellido del campanero (Rosada), el año de fundición (1576) y los nombres de los miembros del concejo que ordenaron su fabricación (Juan Felipe, Justicia de Huesca; Agustín Costa, prior de jurados; y Martín Coscón, Pedro Esteban y Miguel Fenés, jurados).
Además, hay esculpidas 24 representaciones del escudo que Huesca tuvo del siglo XIII al XVI, una gran cruz sobre gradas, cuatro escenas religiosas (un Calvario, una Virgen con el Niño, Jesús como Varón de Dolores o Cristo de Piedad en el sepulcro y el arcángel San Miguel alanceando al demonio); el comienzo del himno 'Te Deum laudamus' repetido nueve veces; y una banda decorada con flores a modo de cinturón, cuyo extremo cuelga de una hebilla.
La campana se hacía sonar para reunir el tribunal del Justicia de Huesca, la primera autoridad municipal junto con el prior de jurados "y que tenía capacidad incluso para imponer sentencias de muerte", recuerda Garcés; y también se tocaba “a repique de guerra” en situaciones de peligro para que los oscenses se concentraran con sus armas.
En 1612, al finalizarse la fachada de ladrillo del Palacio Consistorial, Juana Paciencia fue instalada en la espadaña de la torre derecha, donde resistió incluso bombardeos durante la Guerra Civil. Y permaneció allí hasta 2009, cuando fue descolgada por motivos de seguridad.
Carlos Garcés asegura que esta campana es solo un ejemplo del "excepcional patrimonio municipal" que tiene Huesca y que, según él, "no tiene parangón en Aragón e incluso en España". Y es que destaca que el propio edificio fue construido entre los siglos XV y XVII y que se conservan otros tesoros como el sitial del Justicia, de 1578; el archivo municipal, de 1592; las juratorias de plata, de 1657, con las que siguen tomando posesión los nuevos alcaldesa y concejales; el arca de los oficios, 1668; la comparsa de gigantes y cabezudos, creada en 1663; o las mazas ceremoniales de plata que se utilizan en ocasiones solemnes y que tienen cinco siglos de historia.
