Migrantes derivados de Canarias a Aragón: "Hemos arriesgado nuestras vidas y necesitamos papeles para trabajar aquí"

Un grupo de jóvenes subsaharianos alojados temporalmente en Sabiñánigo lanza un grito desesperado de ayuda. Actualmente hay en la comunidad 413 migrantes repartidos por distintas localidades.

Un grupo de migrantes subsaharianos alojados temporalmente en el albergue de Pirerarium, de Sabiñánigo, junto a un miembro de la Plataforma Pro Refugiados Alto Aragón.
Un grupo de migrantes subsaharianos alojados temporalmente en el albergue de Pirenarium, de Sabiñánigo, junto a un miembro de la Plataforma Pro Refugiados Alto Aragón.
Laura Zamboraín

"Hemos arriesgado nuestras vidas para llegar aquí y necesitamos papeles para poder trabajar y quedarnos a vivir en España". Es el grito "desesperado" que lanzan un grupo jóvenes subsaharianos alojados temporalmente en el albergue Pirenarium de Sabiñánigo, tras ser derivados a la península por el colapso migratorio que vivía Canarias.

El tiempo corre en su contra ya que la próxima semana 50 de los 174 migrantes deberán dejar el albergue. Y uno de ellos, Lamin Sowe, ha escrito una carta en nombre de todos sus compañeros para explicar su situación y pedir ayuda "porque no tenemos familias ni amigos a los que recurrir". Actualmente hay otros 185 migrantes en Zaragoza y 54 en Quicena.

Salieron de Gambia en octubre en un "pequeño bote". Tras ocho noches en el mar, acabaron "cansados, sedientos, hambrientos... y enfermos". A su llegada a Gran Canaria, les recibió la Marina, que les entregó a la Policía y a la Cruz Roja. "Enseguida comenzaron a ayudarnos con comida, agua y medicación", agradece.

Tras dos noches en un campamento, el 4 de noviembre los trasladaron a otro en Tenerife. Una semana después volaron a Madrid en un avión 300 migrantes. Allí los repartieron en autobuses a distintas ciudades como Valencia, Barcelona, Málaga... Algunos viajaron a Sabiñánigo y otros, como él, acabaron en Peñíscola a tutelados por la fundación Apip Acam. Tuvieron entrevistas con los trabajadores sociales y a algunos les dieron cita para pedir asilo en la Policía. "Pero a la mayoría, incluido yo mismo, no se nos dio nada", dice.

El 17 de diciembre les comunicaron un nuevo destino, Sabiñánigo, con la misma fundación. "Nos dijeron que nos iban a seguir ayudando con nuestros papeles así que todos estuvimos de acuerdo y firmamos", destaca. En Pirenarium se reencontraron con bastantes de los migrantes con los que habían volado desde Tenerife a Madrid. Algunos habían conseguido papeles con el programa de protección internacional que les permite quedarse en España varios meses. Pero este joven asegura que el último grupo que llegó de Peñíscola está viviendo una angustiosa situación "porque han pasado ya tres meses desde que llegamos a Canarias y seis o siete semanas desde que estamos en Sabiñánigo y aún no tenemos entrevistas con la Policía para poder arreglar nuestra situación aquí».

Mientras siguen esperando, cada día vamos a clase para intentar aprender español y dan las gracias "de corazón" a todos los que les están ayudando y acompañando "en estos tiempos difíciles".

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