Sabiñánigo se vuelca con los  migrantes de Canarias: "Es la mejor lección contra el racismo" 

Los alumnos del instituto les enseñan español y ellos cuentan su experiencia. La Agrupación Deportiva también les ha ofreció jugar al fútbol en el campo Joaquín Ascaso, a donde iban a ver los entrenamientos.

Un grupo de migrantes, en las clases de española en el instituto.
Un grupo de migrantes, en las clases de española en el instituto.
HA

Cuando hace tres meses llegaron a Sabiñánigo los primeros migrantes procedentes de Canarias (hoy son 160), alojados en el albergue de Pirenarium, se abrió para ellos una etapa incierta. Tampoco las instituciones locales tenían demasiada información. Hoy, el colectivo, la mayoría jóvenes de entre 20 y 30 años, se ha adaptado a la vida en la capital serrablesa, han estrechado lazos de amistad con los vecinos y se han involucrado en actividades ciudadanas, como las organizadas por el instituto San Alberto Magno.

El ejemplo de solidaridad empieza por los vecinos, que han donado ropa y calzado para que puedan pasar los rigores del invierno en esta ciudad del Pirineo. Y a la ayuda material se suma la implicación de muchas personas. El instituto pensó desde un primer momento en cómo podía ayudar e imparten todos los martes en Pirenarium clases de español. "Se extendió a todo el alumnado que quería vivir la experiencia y tuvo muy buena acogida", explica Emma Pomar, profesora de servicios a la comunidad del proyecto de Prevención y Permanencia en el Sistema Educativo del IES San Alberto Magno. 

La iniciativa comenzó con tres alumnos, para luego sumarse más de 3º y 4º de Diversificación, así como docentes interesados de manera voluntaria. Las clases se dan en horario lectivo ya que forman parte de un programa para adquirir competencias básicas. "Son chicos en riesgo de exclusión social que no terminan la ESO y así se les da ese valor para que sepan que pueden enseñar. Muchas veces también son ellos los que aprenden muchas cosas de los migrantes», asegura la directora del centro, Cristina Fabrón.

Los migrantes cuentan su experiencia vital, incluido el viaje en patera, en charlas en el instituto, una forma de mostrar su realidad, indica Fabrón, y de romper tópicos alrededor de la migración. Afirma que las charlas han impactado muchísimo.

Otra manera de socializar y adaptarse a la vida en la ciudad es el deporte. El viernes comenzó en el instituto un mundialito de fútbol contra el racismo, que se juega en el recreo. Igualmente los alumnos participan en la grabación de un vídeo clip.

Emma Pomar es además miembro de la plataforma Pro-Refugiados Alto Aragón, y es por eso que supo que los martes no había profesores para cubrir las clases en español y se le ocurrió proponer ir con los alumnos. Otra idea es hacer ‘podcast’ "para explicar las historias que aprendemos con ellos". El miércoles habrá un intercambio de bailes y músicas con 1º de la ESO. «Es muy interesante ver el cambio de mirada de nuestro alumnado», asegura la docente. Y es que la convivencia, dice, "es la mejor lección contra el racismo, puede hacer más que cualquier cosa que les pudiéramos contar en un aula".

Fue esta plataforma la que se encargó de buscar un lugar a cuatro chicos  que se tuvieron que ir de Pirenarium hace unos días. “Algunos no tenían contactos, ni familiares y se quedaron sin saber qué hacer”, recuerda Emma Pomar. Así que a cuatro de ellos se les buscó un lugar donde pernoctar en Artieda. “Ellos son fuertes y más después de lo que han pasado, pero aquí no tienen a nadie y es indigno que se queden en la calle”, asegura.

La despedida entre los alumnos, voluntarios y migrantes fue “muy dura” debido a la fuerte conexión que se ha creado. Ejemplo de ella es el regalo que le hicieron a uno de los migrantes por su cumpleaños, cantándole todo el instituto en una de las charlas el cumpleaños feliz. "Cuando tienen que despedirse es un drama, porque tienen mucha afinidad".

En el centro escolar organizaron una campaña de recogida de material para las clases de español porque no contaban con nada (folios, bolígrafos, etc), así como de ropa y calzado, en la que se volcó toda la comunidad educativa.

Y un grupo de 24 migrantes juega los lunes al fútbol en el campo Joaquín Ascaso de Sabiñánigo. Acudían a ver entrenamientos y preguntaron si podían jugar al fútbol. Así que desde la directiva de la Agrupación Deportiva Sabiñánigo les ofrecieron hacerlo.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión