El cañón donde murieron los dos jóvenes barranquistas en el Pirineo multiplicó por 10 su caudal en unas horas

Las empresas de guías, que habían suspendido la actividad el sábado ante la alerta de la DANA, se lamentan de este "año trágico para el barranquismo". 

Una imagen del barranco Gorgol, donde se ahogaron los dos jóvenes zaragozanos.
Una imagen del barranco Gorgol, donde se ahogaron los dos jóvenes zaragozanos.
Heraldo

El barranco Gorgol, en Biescas, donde el sábado murieron dos zaragozanos de 31 y 34 años, multiplicó por más de 10 veces su caudal esa mañana debido a los 120 litros por metro cuadrado caídos en la cabecera. La tragedia podía haber sido incluso mayor, ya que el grupo estaba formado por diez personas, que en plena alerta meteorológica por la DANA hacían el descenso del estrecho desfiladero de apenas 250 metros de largo, apto para iniciados pero peligroso con fuertes crecidas.

El accidente ocurrió en torno a las 14.00. Ya desde primera hora la calificación del barranco era "no recomendado" en la página web Canyoning de la Agrupación Europea de Cooperación Territorial Pirineos-Pyrénées, una plataforma oficial pionera que se nutre de la información facilitada a través de una red de cámaras repartidas por 16 gargantas de España y Francia, entre ellas la de Gorgol.

La cascada donde ocurrió el accidente
La cascada donde ocurrió el accidente
HA

A las 8.00 del sábado, el caudal era bajo pero el agua estaba turbia, un indicativo de que había arrastre de materiales por la fuerte corriente, de ahí que se cambió la prescripción a "no recomendado". A las 11.30, la regleta colocada delante de la cámara, con un metro de altura sobre el nivel habitual, pasó de 10 cm a estar completamente cubierta. "El ancho del barranco en esa parte son 4 metros y eso supone un volumen de agua brutal", indica Miguel Delgado, el prescriptor encargado de realizar esa calificación para los barrancos Gorgol y Os Lucas, en el valle de Tena, y guía de la empresa Pirineos Blancos. El domingo había cambiado el estado a "precaución".

El fin de semana las empresas de guías de barrancos de la zona suspendieron los descensos debido a la previsión de gota fría. "No era un día para hacer actividades. Llevaba desde la noche anterior lloviendo sin parar. Y en los barrancos, las crecidas de agua son el gran problema, porque es algo contra lo que no puedes luchar, y si te pilla, no tienes opciones, o muy pocas. Es como una ruleta rusa", afirma Delgado.

La cascada de 15 metros en el tramo final del desfiladero, donde ocurrió el accidente.
La cascada de 15 metros en el tramo final del desfiladero, donde ocurrió el accidente.
Heraldo

Las víctimas, Jaime G. Ch., de 34 años, y Javier de la F., de 31, eran unos montañeros experimentados. Uno de ellos contaba con formación como guía y estaba muy versado en actividades distintas como el barranquismo o la espeleología. Conocía además el Gorgol, ya que su familia tiene una casa desde hace años en la localidad de Gavín, en el mismo municipio de Biescas.

Este es un desfiladero corto, de iniciación, con partes lúdicas y un paisaje espectacular, pero cerrado y muy peligroso ante una crecida. Apenas se tarda una hora en recorrerlo tras atravesar resaltes de distinta altura, toboganes, una gran poza y una cascada final de 15 metros que desemboca en otra balsa.

El accidente se produjo en la parte final, la de la cascada, donde se desciende rapelando hasta la poza. Aquí hay un movimiento muy fuerte de agua. Ocho de los miembros del grupo ya habían concluido la actividad y los fallecidos se quedaron los últimos.

Una de las hipótesis es que se ahogaran al recuperar las cuerdas en el ultimo rápel, quizá porque uno se quedó enganchado y el otro se tiró a ayudarle. La fuerza del agua pudo dificultar su salida a la superficie. Los compañeros lograron sacar los cuerpos y cuando llegaron los especialistas del Greim de Panticosa se encontraron al grupo realizando maniobras de reanimación, una tarea que continuaron los socorristas hasta que pudo acceder un médico, que certificó la muerte.

Pero será la investigación que mantiene abierta el Greim la que determine las circunstancias, en función de los indicios hallados en el lugar y de los testimonios de los ocho amigos que acompañaban a las víctimas. La información oficial habló en un primer momento del ahogamiento como origen probable y del "elevado y fuerte caudal del barranco", algo que está detrás de la mayor parte de las muertes ocurridas en esta práctica deportiva.

Desde 2015 no se había producido un suceso tan grave en un barranco de Aragón con más de una víctima. Ocurrió en Torla y murió una pareja de Málaga al quedar los dos anclados por las cuerdas en los rápidos de una garganta. En 1998 perdieron la vida en el río Yaga un chico francés de 15 años arrastrado por la corriente y su padre, al tratar de ayudarle. En este mismo río tuvo lugar el siniestro más mortífero diez años antes, el 2 de julio de 1988, cuando se ahogaron cinco jóvenes, también franceses.

Cuatro de los 10 muertos son barranquistas

Los guías se lamentan de que el 2023 está siendo "un año especialmente trágico para el barranquismo". Pese a la persistente y generalizada sequía y a que la campaña estival se ha caracterizado por el estiaje, la siniestralidad en los barrancos se ha disparado este año. En 2021 solo se produjo un suceso mortal, en 2022 ninguno, pero desde mayo de 2023 han fallecido ya cuatro hombres, de entre 28 y 69 años, dos en la sierra de Guara y dos en el valle de Tena, con un denominador común, las crecidas del caudal y las fuertes corrientes por las tormentas.

Los accidentes mortales en esta actividad representan el 40% de todos los registrados en la montaña en la provincia de Huesca desde el inicio de la campaña estival. En total se contabilizan 10 víctimas.

Eduardo Recio, presidente de la Asociación de Guías de la Sierra de Guara, suspendió el sábado los descensos, como otras muchas empresas de barranquismo. "Había alerta y la mayor parte de los guías decidieron no coger clientes. A mí me llamaron unos para reservar y les dije que lo aplazaran a otro día a causa del mal tiempo", explica. 

"Hay que tomarse muy en serio la previsión meteorológica y además estamos viendo cómo en los últimos años se producen tormentas localizadas muy fuertes y que a veces caen sin dar mucho aviso", añade Eduardo Recio, aunque el pasado fin de semana se conocía la alerta, anticipada días antes.

El responsable de la asociación pide que se utilice la herramienta de la Red de Alerta Nacional del 112, que ya emitió un aviso con un pitido a los teléfonos móviles el 7 de julio para advertir de fuertes tormentas en zonas de Aragón situadas en riesgo naranja. Alerta que ayer, por ejemplo, se repitió en Madrid.

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