Los embalses encaran el verano con menos reservas que al inicio de la época de lluvias

Las tormentas causan daños en el campo pero no logran hacer remontar el nivel de los pantanos. Los regantes todavía no dan por garantizada la campaña.

El embalse de Arguis es otra de las imágenes de la sequía en Aragón.
El embalse de Arguis es otra de las imágenes de la sequía en Aragón.
Verónica Lacasa

Las espectaculares imágenes del barranco de Ballobar, que creció el domingo de forma súbita por una tromba de agua, y de los efectos de otras lluvias torrenciales en los últimos días en Aragón podrían hacer pensar que el fantasma de la sequía se aleja. Pero nada más lejos de la realidad. Las tormentas han dejado daños por el granizo e inundaciones pero apenas se han notado en las reservas almacenadas en los embalses. Y es que ha llovido más en las zonas regables, al sur, que en las cabeceras de los ríos, en el Pirineo, donde se llenan las presas.

Así, la reserva de agua embalsada de la cuenca del Ebro encara el verano sin superar el umbral del 50% en que está estancada desde hace semanas. En concreto ayer era del 49,5%, 3.942 hectómetros cúbicos, 67 más que la semana pasada. El porcentaje sigue ocho puntos por debajo que cuando empezó la primavera, la época de lluvias por excelencia (a finales de marzo la reserva era del 58%), y contrasta claramente con la media de los últimos cinco años (81%).

Y es que la fuerte demanda que se produce en la campaña de riegos no se ha visto compensada por la entrada de caudales. Según la Aemet, el mes de mayo en Aragón fue muy seco en precipitaciones acumuladas, con un 68 %. Solo algunas zonas concretas como Capella tuvieron anomalías positivas (182 %).

"Las lluvias se han producido en las zonas regables, y por eso hemos reducido el consumo de agua, pero no en el Pirineo, en las cabeceras de los ríos, donde están las aportaciones a los embalses", señala José Manía Vinué, presidente del Canal de Bardenas, que vive el año más seco de su historia. Se ha dejado de regar una semana en el 80% de sus casi 90.000 hectáreas, pero en la presa de Yesa solo han entrado en esos siete días 13 hectómetros cúbicos hasta llegar a 230. Los mismos que en Barasona, en el río Ésera. El Grado ha sumado 24, hasta los 347, pero Canelles ha visto reducir sus reservas aún más y se mantiene al 15% de su capacidad.

"Estas lluvias no han supuesto un balón de oxígeno. Eso sería si hubieran entrado 40 hm3 en Yesa", afirma Vinué. Tanto él como los presidentes del Canal de Aragón y Cataluña, José Luis Pérez, y de Riegos del Alto Aragón, José Antonio Pradas, no dan por salvada la campaña de riego, que se prolongará hasta octubre. De hecho, José Luis Pérez recuerda que se mantiene la recomendación de no realizar segundas cosechas porque con los datos actuales no están garantizadas. "Se ha mejorado ligeramente la dotación, pero los grandes embalses siguen estando muy bajos", explica. En caso de que continúen las lluvias sí se podría mejorar algo el reparto de agua.

"Hemos sacado menos agua de los embalses y por eso han aumentado algo las reservas", añade José Antonio Pradas, cuya Comunidad aumentó este lunes el reparto de 4.200 a 4.600 m3/ha. "Las imágenes del barranco de Ballobar impresionan, porque cayeron 72 litros en una zona y en poco tiempo, pero ese agua se pierde, no llega a los embalses", precisa.

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