Los rostros de la nueva era del socialismo oscense tras el histórico revés electoral

Figuras emblemáticas del partido en la provincia, como Luis Felipe y Miguel Gracia, dan un paso atrás en el PSOE de Huesca debido a la primera derrota en 40 años en unas elecciones municipales. Se reactiva así el relevo generacional iniciado en 2021. 

Arriba, Fernando Sabés, Fernando Sánchez y Antonio Biescas. Debajo, Olvido Moratino, Enrique Pueyo y Daniel Gracia.
Arriba, Fernando Sabés, Fernando Sánchez y Antonio Biescas. Debajo, Olvido Moratino, Enrique Pueyo y Daniel Gracia.
Heraldo

No hay mejor revulsivo para un partido que un revés electoral. El PSOE de Huesca afronta una nueva era tras su amarga primera derrota en unas municipales en 40 años. El fracaso en las urnas ya ha dejado en el camino a dos históricos, con la salida de la Diputación de Miguel Gracia, de 69 años, verdadera cabeza del partido en la provincia, y la renuncia a coger su acta de concejal del alcalde de Huesca, Luis Felipe, de 61. 

El proceso de relevo generacional se inició ya hace dos años y ahora se ha reactivado. En diciembre del 2021, Antonio Cosculluela, de 68 años, exalcalde de Barbastro, expresidente de la Diputación y todavía en la actualidad senador, dejó la secretaría general de la Federación Altoaragonesa en manos de Fernando Sabés, de 45 años. A este,  alcalde de San Esteban de Litera desde 2007, doctor en Comunicación Audiovisual y profesor en excedencia de la Universidad Autónoma de Barcelona, no le fue mal como cabeza de la lista a las Cortes de Aragón, donde logró retener los siete escaños conseguidos en 2019. 

Sabés estaba llamado a relevar a Miguel Gracia al frente de la Diputación, pero las urnas frenaron ese plan el 28-M al dar al PP el control de la principal institución de la provincia, por lo que todo apunta a que se mantendrá en el grupo de las Cortes. 

Junto a él van adquiriendo un importante protagonismo, en el partido y en las instituciones otros socialistas de su generación o incluso más jóvenes con peso en sus territorios. Distintas fuentes del PSOE coinciden en apuntar nombres como los de Antonio Biescas y Fernando Sánchez, alcaldes de Ayerbe y Canfranc, que han tenido un papel relevante en el grupo de la Diputación. 

A ellos se suma Marcel Iglesias, hijo de Marcelino Iglesias y presidente de la Ribagorza, que ahora da el salto a las Cortes; o Enrique Pueyo, el alcalde de Aínsa. Aunque fue apeado de la lista autonómica, su éxito electoral lo puede catapultar a la Diputación. Repitió mayoría absoluta y ayudó al triunfo en la comarca del Sobrarbe, la única donde los socialistas tienen seguro gobernar.

Olvido Moratinos, candidata de Jaca, o Daniel Gracia, cabeza de lista en Barbastro, también están avalados por los buenos resultados electorales. Si bien no han sido suficientes para asegurar la alcaldía, han frenado el tsunami del PP. Gracia ya tiene un papel relevante en la actual Ejecutiva Provincial, lo mismo que Antonio Biescas o Marcel Iglesias.

El relevo generacional se ha hecho bajo la tutela de Miguel Gracia, quien representó la continuidad del camino marcado por Marcelino Iglesias en los años en los que el PSOE de Huesca movió los hilos del socialismo aragonés. Hoy sigue siendo la cuna de la principal disidencia a Javier Lambán, el secretario general. 

De las urnas salen también fortalecidos los dirigentes de Monegros, la comarca con más afiliados del PSOE y una de las que más satisfacciones ha reportado en este amargo 28-M. Por contra, el gran varapalo electoral se lo llevó el PSOE en Monzón, donde la lista encabezada por Álvaro Burrel se ha quedado reducida a tres concejales; y en el Bajo Cinca. En esta comarca, a la derrota esperada en Fraga, se sumaron otras imprevisibles, como la de Zaidín, y el disgusto (interpretado como una traición) por el nacimiento de la plataforma Entre Todos Bajo Cinca, auspiciada por disidentes socialistas.

Quedan incógnitas por despejar, como quien asumirá el vacío dejado por Luis Felipe en el nuevo grupo municipal que se conforma con 10 concejales. Si el papel de liderazgo para dirigir la oposición a la alcaldesa Lorena Orduna lo asumirá la número dos, Silvia Salazar, exsubdelegada del Gobierno pero nueva en la corporación, o un veterano.   

La Ejecutiva provincial tiene ahora por delante el reto de las generales. Se baraja el nombre de Miguel Gracia para ir al Senado (Antonio Cosculluela también acabó en allí), pero es previsible que el PSOE pase de tres senadores a uno y el montisonense Gonzalo Palacín, cuyo peso político se ha resentido por el mal resultado en su ciudad, tiene gran influencia en el grupo de la Cámara Alta en Madrid, del que es secretario general. Para el Congreso, nadie duda de la repetición de Begoña Nasarre, otro de los nombres del relevo generacional.

De la electrificación rural a la banda ancha

La Diputación Provincial ha sido durante 36 años el centro del poder socialista en el Alto Aragón. Solo entre 1995 y 1999 cedió el gobierno al PP. En estas cuatro décadas, Carlos Iglesias, Marcelino Iglesias, Antonio Cosculluela y Miguel Gracia han emprendido programas muy ambiciosos centrados sobre todo en llevar los servicios a los pueblos más pequeños.

Uno de los primeros retos, recuerdan hoy, fue llevar la luz y el teléfono a núcleos que en los años 80 y 90 carecían de estos servicios. De instalar postes en rincones remotos se ha pasado en el último mandato a llevar la banda ancha con el reto de romper la brecha digital en 321 poblaciones. Gracias a una inversión de 5 millones de euros, más de 35.000 altoaragoneses tienen acceso a internet.

Otro de los proyectos estrellas ha sido el plan de vivienda para atajar uno de los principales problemas de las zonas despobladas, la falta de un parque inmobiliario de alquiler que propicie la llegada de nuevos moradores. Desde el año 2020 se han construido o acondicionado 61 en 33 localidades. Veinte años antes ya se apoyaba a los ayuntamientos en esta materia con el denominado Plan de Impulso Demográfico, que permitió llevar adelante 140 actuaciones.

Para incentivar del desarrollo económico surgió por ejemplo en 2009 el Centro de Investigación y Experimentación en Truficultura (CIET) en Graus, y las ayudas a los productores, que propiciaron que casi 400 personas se dediquen a este cultivo. Se apoyó con 10 millones de euros de inversión el plan de refugios de montaña y se decidió adquirir el monasterio de la Cartuja de las Fuentes, actualmente en rehabilitación, para dinamizar el turismo en los Monegros.  

La provincia ha proyectado su potencial turístico con las campañas de la Magia de Huesca o con el festival Pirineos Sur, convertido en un referente de la programación estival en España, a cuya estela nacieron el Sonna en la pandemia y anteriormente el del Camino de Santiago.   

La puesta en marcha del servicio de bomberos, tras una pugna en los tribunales con la DGA por las competencias, ha sido otro de los grandes retos superados y ahora de la Diputación dependen 160 miembros de este servicio, tras la trasferencia desde los parques comarcales. 

      

 

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