"En el Pirineo vivimos mujeres muy válidas y diversas con mucho que ofrecer al territorio"
Cuatro de las participantes del Programa de Apoyo a Mujeres en el Ámbito Rural y Urbano de La Jacetania cuentan cómo se abren camino en el mercado laboral.
La primera convocatoria del Programa de Apoyo a Mujeres en el Ámbito Rural y Urbano (PAMUR) desarrollado en La Jacetania se ha cerrado con gran éxito. Lo dicen sus responsables y lo avalan las cifras. De las 26 participantes en el proyecto, 20 están trabajando actualmente. Cinco han montado su propio negocio y las 15 restantes están en activo por cuenta ajena. Esto supone un 77% de inserción laboral, cuando el objetivo marcado antes del inicio del plan era conseguir que 5 mujeres se incorporaran al mercado de empleo.
El programa se ha desarrollado durante un año y las participantes, de edades comprendidas entre los 25 y los 62 años, residen en diez localidades diferentes del territorio: Santa Engracia, Jaca, Bailo, Villanúa, Ansó, Fago, Canal de Berdún, Santa Cruz de la Serós, Ara y Hecho. Diez de ellas son nuevas pobladoras.
Una de las protagonistas de esta historia es Beatriz Satué. Se crió en la localidad oscense de Alcalá del Obispo pero los últimos 16 años los había pasado en Barcelona. El año pasado decidió volver al medio rural, instalándose en Jaca con la ilusión de poder disfrutar de la cercanía y de los ritmos de un municipio pequeño y un entorno natural único. Buena parte de su carrera profesional se ha centrado en la calidad alimentaria pero la formación siempre le atrajo.
Ahora, tras su paso por el PAMUR, trabaja como directora docente de un programa experiencial que se desarrolla entre las localidades de Jaca y Ascara. “El objetivo de mi trabajo es dar una formación integral para mejorar las posibilidades de inserción laboral de sus participantes”, explica. Para Beatriz, formar parte del proyecto no solo le ha servido para encontrar un trabajo, sino también para conocer gente y establecer redes en una zona en la que vive desde hace poco tiempo. “Somos un grupo diverso y ha sido muy enriquecedor e inspirador conocer sus distintas visiones, su generosidad y ayuda constante, sus talentos y conocimientos… Espero que esto haya sido solo el comienzo”, reflexiona, sobre el PAMUR.
Tres emprendedoras que dieron el salto
Una de estas compañeras a las que se refiere Beatriz es Raquel Ibáñez, también de orígenes aragoneses y residente en Barcelona. Su domicilio actual está en Fago, desde donde impulsa su proyecto Play KIDS. “Soy como una especie de academia de inglés ambulante, accediendo a esas familias que viven en pueblos con pocos o ningún servicio para que no tengan que llevar a sus hijos a Jaca después de la escuela”, resume. Raquel es diplomada en Magisterio, con la especialidad Educación Física, y cuenta con 17 años de experiencia en docencia, de los que ocho transcurrieron en Canadá.
Su participación en el PAMUR le ha dado la oportunidad de que su idea de negocio viera la luz. Actualmente, Play KIDS cuenta con 50 alumnos de Santa Cilia, Ansó, Sigüés, Jaca y también online que aprenden inglés jugando. “Son sesiones de inglés a través del juego y el movimiento. Para aprender el idioma mi apuesta es la inmersión lingüística, hablando a los alumnos en inglés durante toda la sesión, con la ayuda de visuales y rutinas. El juego hace el resto del trabajo: los niños reciben una experiencia divertida y orgánica, ya que el juego es parte de su día a día”, explica. Ahora que el PAMUR ha finalizado, Raquel cierra esa etapa con una reflexión: “En el Pirineo vivimos muchas mujeres muy válidas y diversas con mucho que ofrecer al lugar. Para mí, su continuidad es totalmente necesaria”, defiende.
Inés Castán se declara una “cuerda loca”. Cuerdas locas es el nombre de su proyecto de negocio personal, un juego de palabras que para ella refleja a la perfección la actividad que desarrolla, relacionada con el macramé, y da un nuevo sentido a lo que antiguamente se ha entendido como loca al referirse a una mujer. Esta emprendedora es de Bailo aunque a los diez años ella y su familia se mudaron a Jaca. Después se instaló en Zaragoza para estudiar la carrera de Trabajo Social y actualmente ha vuelto a su origen.
Cuando conoció el PAMUR ya tenía bien perfilada su idea de negocio y participar en el programa le dio el empujón que necesitaba para materializarlo. “Soy una persona bastante creativa. De algún modo siempre he estado conectada a las manualidades y otras actividades artísticas. Siempre me había llamado la atención el macramé por su versatilidad y las piezas tan increíbles que se pueden hacer con esta técnica”, explica. Así, lo que empezó como una afición y una actividad incluso terapéutica, es ahora su sustento de vida. A través de Cuerdas Locas vende online, en mercados y ferias piezas de macramé elaboradas a mano. Además, alquila un arco decorado para eventos y también organiza talleres. “La práctica del macramé tiene múltiples beneficios. Se potencia la creatividad, ayuda mucho a centrarse en el presente y estar aquí y ahora e impacta muy positivamente en la autoestima”, expone Inés.
De su paso por el PAMUR se queda con la calidad humana de todas las participantes y el trato personalizado y horizontal. “Ha sido un espacio lleno de mujeres nuevas en el territorio y con ganas de dar vida a sus proyectos en el mundo rural. Me ha hecho sentirme más vinculada al territorio después de volver tras más de diez años fuera”, asegura.
Para Isabel Sanz, pasar por este programa ha sido clave para el desarrollo y despegue de su empresa. Desde el 1 de abril desarrolla LatidoPirineo, un proyecto de visitas guiadas por la villa de Ansó. Es natural de Soria aunque se crió en Zaragoza y ahora vive en La Jacetania. “Mi empresa está ubicada en Ansó y la vida la hago allí pero el problema de vivienda en el municipio hace que muchod tengamos el alquiler en el pueblo de al lado”, matiza. Durante diez años ha ejercido como profesora de Historia y esta vena formativa es la que la ha decidido a lanzar, de cara a septiembre, otra línea de negocio que consiste en la realización de talleres de teatro y espiritualidad para institutos, residencias de personas mayores o adultos en situación de riesgo.
De su participación en el PAMUR destaca la red de personas con la que se ha encontrado, tanto las coordinadoras del programa como las participantes. “El apoyo y formación de las instituciones en el mundo rural y en clave femenina ha sido clave para que el papel de la mujer en este ámbito empiece a ser también activador en el mercado. Tengo claro que sin este plan, todavía estaría escribiendo el borrador del proyecto de empresa”, asegura.
55.000 euros de los fondos Next Generation
Para la puesta en marcha del PAMUR, la comarca de La Jacetania ha recibido una subvención de 55.000 euros, financiada por el Gobierno de Aragón, a través del Instituto Aragonés de Empleo (INAEM), dentro del Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España de la Unión Europea – Next Generation EU. La clave del PAMUR ha sido poner mucho énfasis en el asesoramiento y acompañamiento individual, así como en los talleres y formaciones grupales.
En total, se han impartido talleres en competencias transversales y personales (empoderamiento, autoestima, asertividad, gestión de emociones o gestión del tiempo); formaciones en competencias para el emprendimiento, en colaboración con el Instituto Aragonés de Fomento, (gestión digital de proyectos de emprendimiento, identidad de marca, comunicación eficaz o viabilidad económica); y talleres en competencias digitales.
