Los bomberos auxilian a varios pueblos de Huesca al secarse los pozos 

"Este año hemos empezado ya a suministrar en marzo, no sabemos qué pasará en verano", advierten.

Los bomberos del parque de Benabarre cargan el depósito de Aguinaliu.
Los bomberos del parque de Benabarre cargan el depósito de Aguinaliu.
Speis

Los bomberos de la Diputación de Huesca llevaron el miércoles 6.000 litros de agua a Aguinaliu, una pequeña aldea del municipio Graus que arrastra desde hace dos meses problemas de suministro. No era la primera vez ni es el único pueblo donde se han agotado las fuentes por la prolongada sequía. Desde la primavera, a la lista se han sumado otras localidades, como Nachá (Baells) y San Pelegrín (Alquézar).

"Este año hemos empezado a suministrar ya en marzo, excesivamente pronto. No es normal que a estas alturas del año haya problemas. No sabemos qué pasará en verano", explica Andrés Pociello, jefe de Intervención del Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento. El año pasado, el Speis llevó agua en verano a 39 pueblos, un número que puede quedarse corto este 2023 debido a la persistente ausencia de precipitaciones. Los que tuvieron problemas en 2022 repetirán y otros se incorporarán en cuanto suba la población en los meses de verano, el período más crítico, ya que arrastran la escasez desde el año pasado.

Pero la preocupación de los bomberos de la Diputación no se dirige solo a los abastecimientos urbanos. "Es un problema más serio de lo que nos parece y que no se solucionará con cuatro días de lluvia", añade el jefe de Intervención del Speis, quien alerta también de las consecuencias que puede tener en cuanto a los recursos para la extinción de los fuegos forestales.

"Cuando lleguen los incendios, habrá pueblos que no nos dejarán coger agua de sus depósitos", alerta, ya que en ocasiones cargan de los hidrantes de las redes urbanas, o de los ríos, afectados también por el bajo caudal. "Tendremos que ir a las piscinas o donde podamos", añade.

El pasado verano, con motivo de un incendio en la zona del Isábena, algunos pueblos ya les pusieron problemas porque se quedaban sin agua. "Nos queda mentalizarnos, hacer un consumo responsable y prepararnos para las restricciones", señala Pociello, quien advierte también de que algunos acuíferos, cuando se secan, se pierden.

De momento, ayuntamientos como Aínsa y Huesca ya han dictado bandos. El primero ya prohibió la semana pasada el llenado de piscinas privadas y solicitó a la población "un consumo responsable en las viviendas" y un "especial control" en los huertos, instando a los establecimientos con alojamientos turísticos a que adviertan a sus clientes "para que hagan un consumo consciente del agua, acorde con la situación que en estos momentos acontece y que probablemente se alargará en el tiempo".

El de Huesca lo hizo el martes. El bando da alguna pautas para el ahorro y el Ayuntamiento será el primero en poner en práctica, con el llenado de las piscinas durante la noche, con el fin de mantener la presión necesaria en las conducciones de agua en los momentos de mayor consumo, y la limitación del riego de las zonas verdes urbanas a tres días en lugar a cinco.

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