Cristina Bentué: "Aragón es un lugar ideal desde el que desarrollar una ‘startup’"

La fundadora de la empresa de ciberseguridad Irius Risk, con sede en Huesca y 155 empleados por el mundo, valora ante todo la calidad de vida que da trabajar cuatro días a la semana y en remoto.

Cristina Bentué en la sede de su empresa, Irius Risk, en el Parque Tecnológico de Huesca.
Cristina Bentué en la sede de su empresa, Irius Risk, en el Parque Tecnológico de Huesca.
Javier Navarro

Las iniciativas relacionadas con la ciberseguridad se abren paso en el Parque Tecnológico Walqa demostrando que Huesca y Aragón quieren pelear en esta liga. Las computadoras, las redes y los sistemas digitales tienen cada vez mayor protagonismo y eso exige defenderse de los ciberataques. Cristina Bentué, fundadora de Irius Risk junto a su pareja, Stephen de Vries, ha creado una empresa de éxito a partir de un software que automatiza el listado de amenazas.

Bentué y De Vries lanzaron su aplicación de ciberseguridad en 2014 desde una cabaña construida por ellos mismos en una aldea cercana a Barbastro. En apenas seis años pasaron de dos a 155 trabajadores, repartidos por el mundo. Ahora viven en Jaca y la sede de la empresa está en Walqa, desde donde han abierto filiales en Reino Unido y EE. UU.

La cita con HERALDO se produce un viernes por la tarde en sus oficinas del Parque Tecnológico de Huesca, que permanecen vacías. Hace un año que Irius Risk implantó la jornada de cuatro días y además la mayor parte de la actividad se realiza en remoto, desde casa, por lo que la sede sirve sobre todo de punto de encuentro periódico para la plantilla.

Ella defiende que cualquier emprendedor puede lanzar su negocio sin importar el lugar donde esté gracias a las nuevas tecnologías. "Al principio, los inversores me decían que desde donde estaba era imposible que pudiera despegar mi proyecto, que como mínimo me tenía que ir a Madrid, Barcelona o a Londres, ni siquiera pensaban en Zaragoza. Eso me frustró muchísimo". 

Pero esa decepción no le hizo abandonar porque para ella era una prioridad estar cerca de su familia. "Le dije a mi socio que yo no podía alejarme de mis padres enfermos, que él se podía ir por el bien del proyecto y del sueño que teníamos, y me dijo que no, que en el futuro todo iba a ser remoto. Daba igual donde estuviéramos mientras tuviéramos internet". Lo fundamental para un emprendedor no es dónde radicas, sostiene, "lo más importante es tener un buen producto y un buen equipo. Hemos logrado vender a American Express sin irlos a ver".

"La calidad de vida es una prioridad en nuestra empresa, porque cuanta más felicidad haya, la calidad del trabajo será mejor. Hemos establecido los cuatro días laborales a la semana y no hemos visto una bajada en la productividad"

Trabajadores más felices

Y el tiempo le dio la razón. Ella nació en Barcelona pero eligió Aragón, la tierra de su familia, "un lugar ideal desde el que desarrollar una ‘startup’", afirma. "La vivienda es más barata que en otros sitios y los gastos son mínimos. El trato de las instituciones es más cercano, te tienen en cuenta para proyectos que salen, te conocen por el nombre". Y en el caso de la ubicación en Walqa, "nos dan información, acceso a subvenciones, y nos pone en contacto con otras empresas tecnológicas".

Pero por encima de todo valora la calidad de vida, "que a veces no se tiene en cuenta en los negocios". "En nuestra empresa es una prioridad, porque cuanto más felices y a gusto estén los directivos, mejor tratarán a los compañeros y cuanta más felicidad haya en la empresa, la calidad del trabajo será mejor. Hemos establecido los cuatro días laborales a la semana y no hemos visto una bajada en la productividad".

No es un obstáculo tener a la mayoría de sus clientes en el extranjero. "No veo cómo en Estados Unidos o en Inglaterra se puede estar tan en contacto con la naturaleza y combinar la vida personal y profesional. En esos países, si tienes una ‘startup’ te dedicas todo el día a ella, no ves a tu familia, te pasas el día en el tren. La calidad de vida en Jaca o en cualquier lugar de Aragón es muy superior a la de Estados Unidos, por no hablar de los precios de la vivienda, el acceso a la educación, la Seguridad Social...", dice esta emprendedora, que ha vivido en el extranjero.

Bentué llegó a Huesca antes de que Amazon Web Services anunciara la implantación de su centro de datos y de que se pusieran en marcha varias iniciativas públicas para hacer de la ciudad un referente en ciberseguridad. "Estamos en el buen camino", dice. "La ciudad está muy involucrada en la ciberseguridad. Están los estudios, quizá no las empresas, pero de los primeros salen las ‘startup’ y de ellas lo demás".

"Claro que la inteligencia artificial va a acabar con muchos trabajos, pero va a crear otros muchos diferentes, que no sabemos hoy de qué tipo van a ser"

Iniciativas en ciberseguridad

Ya existe un postgrado en Protección de Datos, un título propio de la Universidad de Zaragoza que forma en el campus oscense al alumnado. Y el Ayuntamiento tiene firmado un convenio con el Ministerio del Interior para el desarrollo de acciones formativas especializadas. Recientemente, el Gobierno de Aragón abrió en su centro de Walqa una unidad especializada destinada a reforzar la capacidad de vigilancia de la administración en un momento de crecientes amenazas.

Y a todo ello se suma AWS al otro lado de la autovía, en la Plataforma Logística. Bentué precisa que "no va a crear tanto trabajo como la gente piensa, no habrá 7.000 programadores para mantener los servidores", pero sí "pone a Huesca en el mapa en cuestión de marca, de protagonismo". Y respecto a las iniciativas de formación del Ayuntamiento y la Universidad, cree que van a aportar a la imagen de una ciudad tecnológica.

Porque la tecnología, y más en concreto la ciberseguridad, cada día tienen mayor peso específico. "La guerra de Ucrania se está peleando en los ordenadores, es la lucha por el poderío tecnológico. Las defensas de los países ya no son solo los tanques, por mucho que lo veamos en la tele, son las infraestructuras críticas, las centrales nucleares, las telefónicas..., aspectos de la ciberseguridad que no se tienen en cuenta cuando se habla de turbulencias geopolíticas". En su opinión, "no va a ir a menos nunca, queda mucho camino por recorrer".

Las amenazas por internet

Según datos recientes de la DGA, la arquitectura de seguridad de la administración electrónica autonómica ha bloqueado a lo largo del último año más de siete millones de amenazas de diferentes partes del mundo que perseguían inhabilitar un servidor o una infraestructura. Por no hablar del aumento exponencial de las estafas por internet a particulares. 

"Todo pasa por formar a la gente. La cadena, por muy fuerte que sea, si hay un nexo débil se rompe, y ese eslabón suele ser el error humano", dice, apelando a la ingeniería social, técnica que emplean los ciberdelincuentes para ganarse la confianza del usuario y conseguir así que haga algo bajo su manipulación.

"Mientras el hombre esté llevando los ordenadores va a haber siempre vulnerabilidades, la esperanza es que la inteligencia artificial tome el control de todo y no haya posibilidades de romper la cadena", señala Cristina Bentué, que ante la pregunta sobre el miedo a esta nueva etapa y a la eliminación del factor humano, responde: "Es mejor aceptarlo porque no hay vuelta atrás. También hubo miedo a la revolución industrial. Claro que la inteligencia artificial va a acabar con muchos trabajos, pero va a crear otros muchos diferentes, que no sabemos hoy de qué tipo van a ser. Tener miedo a estos cambios es quedarse anclados, lo que debemos hacer es subirnos al barco", apostilla.

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