Del canto de la Sibila a San Lorenzo: la fiesta a través de siete siglos de arte en Huesca

La Diputación ofrece la cuarta entrega de la recordada exposición Signos con una muestra de 200 obras repartidas en cuatro sedes.

La muestra exhibe esculturas, telas, partituras o piezas de orfebrería.
La muestra exhibe esculturas, telas, partituras o piezas de orfebrería.
Javier Navarro

¿Qué tienen en común el canto de la Sibila, una partitura musical de incalculable valor, interpretada en la misa del gallo de la catedral de Huesca, y el fuego de las Fallas del Pirineo reconocidas por la Unesco? ¿O las vírgenes que procesionan en romería en Sesa, La Fueva, Riglos o Beranuy? La fiesta forma parte del espíritu humano y ha quedado reflejada en el patrimonio material e inmaterial a través del arte religioso o popular. Este legado convive en la exposición Signos, organizada por la Diputación de Huesca en colaboración con las diócesis de Jaca, Huesca y Barbastro-Monzón

Durante cuatro meses, 200 obras de arte de 60 municipios cedidas por catedrales, ermitas, iglesias parroquiales, ayuntamientos y particulares salen de su lugar habitual para mostrarse al público repartidas en cuatro sedes. "Signos. Patrimonio de la fiesta y la música en Huesca (siglos XII al XVIII)' abre sus puertas este martes en la sala de exposiciones de la Diputación y mañana lo hará en los tres museos diocesanos de la provincia, donde se podrá ver hasta el 27 de agosto.

Han pasado 30 años desde la exposición antológica Signos, que reunió por primera vez el conjunto de las obras artísticas medievales, y ahora la Diputación de Huesca recupera este programa. Si la 1993 estuvo dedicada a los siglos VIII al XV; la de 1994, a la etapa renacentista; y la de 2006 se centró en la fotografía y el cine; la de 2023 se acerca al patrimonio material e inmaterial ligado a las festividades populares y la música. 

El discurso expositivo hace un paseo por los ciclos anuales de invierno, primavera, verano y otoño y los días señalados del calendario litúrgico, ha explicado la comisaria de la exposición, Carmen Morte. Las obras van desde esculturas y pinturas a partituras e instrumentos musicales, pasando por tejidos, miniaturas, grabados o libros de canto. El patrimonio inmaterial se enseña por medio de audiovisuales, como el del fenómeno de la asolación que se produce dos semanas al año en la catedral de Huesca, el  Carnaval de Bielsa, las fiestas de San Lorenzo o las fallas del Pirineo.  

Un paréntesis para ir de romería

Para la exposición se han restaurado una veintena de obras y se prevé que a lo largo estos cuatro meses algunas dejen libre su hueco en la exposición para procesionar en su romería, y luego regresen. 

"No se trata solo de recuperar la memoria sino de apreciar la permanencia en la actualidad de muchas de estas festividades", ha comentado Carmen Morte, que lleva cinco años preparando la exposición, pensada inicialmente para ser inaugurada en 2020, pero retrasada por la pandemia. Junto a ella, la ha presentado la diputada de Cultura, Maribel de Pablo, quien ha agradecido la colaboración de las diócesis en el préstamos de muchas obras. 

El ciclo de invierno va de la Navidad al Carnaval. En esta sección se puede ver la partitura del canto de la Sibila, referencias a los santos barbudos, como un San Antón de la catedral de Jaca, o la mitra de San Victorián, y vídeos de la hoguera de Saravillo y el Carnaval de Bielsa. 

El ciclo de primavera va ligado a las fiestas de regeneración de la vida, a la Semana Santa y también a las romerías, representadas por imágenes marianas medievales: la Virgen de la Jarea de Sesa, Nuestra Señora de Bruis de la Fueva, la del Romeral de Puy de Cinca, la del Mallo de Riglos o la de Santa María de la Huerta del santuario oscense de Salas. Este se convirtió en un importante lugar de devoción gracias a los milagros marianos relatados en las Cántigas del rey Alfonso X el Sabio. "Debido a las grandes advocaciones marianas han sobrevivido muchas tallas medievales en cuyo honor se siguen haciendo romerías", ha explicado la comisaria, mencionando también la riqueza de la orfebrería creada para guardar reliquias. 

El ciclo de verano es el de la magia del agua y el fuego, simbolizados por las fiestas de las fallas y San Juan, la Asunción de la Virgen del 15 de agosto o los santos oscenses. Una selección de fotografías muestra cómo era la celebración de San Lorenzo a lo largo del siglo XX. Aquí están también los cráneos en plata de los padres del patrón de Huesca, San Orencio y Santa Paciencia y un busto en plata de él, que no es el renacentista que procesiona el 10 de agosto sino otro barroco guardada en el Museo Diocesano.

La sección dedicada al otoño muestra un singular paso procesional de San Miguel Arcángel de Senegüé, las arquetas de las santas Nunilo y Alodia de Adahuesca, y referencias también a la ceremonia del Tota Pulchra de la catedral de Huesca.   

Las exposiciones en los tres museos diocesanos se abren mañana, miércoles. En el de Huesca, en el salón del Tanto Monta, enseña dos festividades religiosas, la Semana Santa y la festividad del Corpus Christi, con valiosas piezas de orfebrería y elementos populares como la elaboración de alfombras. 

El Museo Diocesano de Jaca da protagonismo a Santa Orosia, patrona de Jaca y sus montañas, con partituras musicales, pinturas y joyas donadas por sus fieles devotos. Hay además una representación de los Caminos de Santiago. Y en el de Barbastro-Monzón tienen especial relevancia la fiesta de la Virgen de la Candelera y la de San Ramón, patrono de toda la diócesis.

Los Danzantes de Santa Orosia bailarán en la catedral

El proyecto se completa con una publicación que incluye una serie de investigaciones sobre este patrimonio y una selección de conciertos incluidos en el Festival Internacional en el Camino de Santiago, organizado también por la Diputación, con obras inéditas extraídas de las investigaciones en los archivos de las tres catedrales. 

Habrá tres conciertos. El 28 de julio en la catedral de Huesca, a cargo de Capella des Ministrers, bajo el título 'Milagros, reliquias y profecías', que recuperará el Canto de la Sibila y obras vinculadas a Santa María de Salas, San Jorge, el Grial y las reliquias

El 30 de julio, en la de Barbastro, Chiavette interpretará obras en torno a la Feria de la Candelera, basadas en la investigación en el Archivo de la catedral. En la de Jaca será el 19 de agosto. El grupo Al Ayre Español, bajo el título '¡Venid todos a bailar!', recupera manuscritos musicales archivados en la seo jaquesa relacionados con fiestas de la ciudad y su entorno. El título se debe al primer villancico que se escuchará en el concierto, escrito en lengua aragonesa. La sorpresa llega con la actuación los danzantes de Santa Orosia.     

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