Un documental revive el viaje épico de las mujeres ‘golondrinas’ por los Pirineos

La película ‘Ainarak’, preestrenada en Ansó este jueves, recrea el camino que emprendían en invierno miles de navarras y aragonesas hasta las fábricas de alpargatas de Francia.

Una fotografía rescatada por el documental sobre el trabajo en las alpargaterías de las mujeres navarras y aragonesas.
Una fotografía rescatada por el documental sobre el trabajo en las alpargaterías de las mujeres navarras y aragonesas.
Heraldo

Entre 1870 y 1940, miles de mujeres navarras y aragonesas (de los valles de Hecho y Ansó) emprendieron camino a Mauleón (Francia) para trabajar en las fábricas de alpargatas y aportar dinero a sus familias. Se iban el 7 de octubre, día del Rosario, y no volvían hasta que acababan las nieves de primavera. El viaje se recrea en la película ‘Ainarak’, palabra en euskera que se traduce por golondrinas, como se las llamó por su migración estacional y su vestimenta negra.

El documental se preestrenó este jueves en Ansó y Vitoria y hoy llega a Pamplona y San Sebastián, curiosamente un 25-N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. El lunes estará en los cines de Madrid o Bilbao. El filme lo dirigen el navarro Juan San Martín y el vasco Ritxi Lizartxa, pero la idea original es de un aragonés, Pablo Luis Sánchez Alegre.

En algunas de las proyecciones actuará Anne Etchegoyen, cantante vascofrancesa que protagoniza el viaje a través del tiempo, la geografía y las circunstancias históricas y personales de las golondrinas, por medio de archivos, fotografías y entrevistas a descendientes de aquellas mujeres, algunas niñas que con 12 años dejaban su casa para ganar dinero trabajando hasta 16 horas al día.

La película, de Maluta Films y 601 Producciones, se rodó en español, euskera, francés y fabla, en los valles pirenaicos de Roncal, Ansó y Hecho; la comarca de las Cinco Villas; localidades como Santa Engracia, Mauleón-Licharre, Saint-Palais, Burgui, Isaba, Ochagavía o Luesia; y las ciudades de Zaragoza y Pamplona.

La cantante Anne Etchegoyen, que guía el documental, en una alpargatería de Mauleón.
La cantante Anne Etchegoyen, que guía el documental, en una alpargatería de Mauleón.
Heraldo

La historia de las golondrinas permaneció guardada durante décadas en aquellos valles aislados del Pirineo. El zaragozano Plácido Sánchez la conoció en una visita a Isaba y de él partió la propuesta del documental. "Un maño fue el instigador de todo esto", bromea el director Juan San Martín, quien destaca que detrás "hay una parte vasca, una navarra y otra aragonesa".

Una historia distorsionada

"Es una historia desconocida y muy bonita, de la que nos llegaban fragmentos un poco distorsionados", reconoce San Martín. Su investigación ha pretendido poner ese viaje estacional en su contexto histórico, en el que subyacen, por ejemplo, los profundos vínculos vecinales entre los valles de Ansó y el Roncal.

La película se acerca a las vivencias de unas mujeres sometidas a unas duras condiciones de trabajo y a penosos viajes por la frontera. "Se iban y no volvían a saber de su familia en todo el invierno, salvo alguna carta", cuenta el director. El filme deja constancia también de las dificultades para pasar el dinero por la aduana, hasta el punto de que a veces tenían que gastar parte en Francia en telas y ajuares. "No solo se trataba de llevar dinero a casa, también de no ser una boca más que alimentar en invierno".

La investigación se ha basado sobre todo en el libro ‘Memoria de las golondrinas’, escrito por la vascofrancesa Véronique Inchauspé, quien entrevistó hace años a algunas de aquellas migrantes. Además, ‘Ainarak’ cuenta con testimonios de estudiosos, aragoneses y navarros. La misma productora ejecutiva, Rosa G. Loire, descendiente de las Cinco Villas, es nieta de una de ellas.

Liberar la despensa en invierno

Elena Gusano, escritora ansotana, es una de las entrevistadas. "Yo era de una casa pobre y mis dos abuelas y todas mis tías abuelas iban a Francia. Muchas mujeres sobraban para mantener la casa, y en invierno había que liberar la despensa de esas bocas". Ella intenta aclarar algunos falsos mitos. Empezando por el nombre. "Nunca, entonces, se las llamó golondrinas. Sí hormigas, porque iban de negro, o sucias en euskera. El nombre nació en un artículo en los años 70".

Elena Gusano constata el sufrimiento de aquellas migrantes que como todos salieron de su casa empujadas por la pobreza, pero que se protegían viviendo en el mismo barrio y hablando en su lengua. "No hubo matrimonios mixtos hasta 1914". Era un viaje de riesgo, en el que los hombres procuraban acompañarlas en parte del trayecto. Podía caer una nevada temprana a la ida o una tardía al regreso, y atravesaban peligrosos barrancos. Otro mito que desmiente es el total aislamiento del valle. Como ejemplo pone a otras ansotanas, las que viajaron a finales del XIX con sus basquiñas a Madrid para vender hierbas medicinales y té.

Juan San Martín acudió este jueves al preestreno en Ansó ilusionado pero también cargado de responsabilidad. "Hemos pretendido ser muy rigurosos. Espero que a los descendientes de aquellas golondrinas les guste y piensen que hemos hecho honor a la verdad".

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