El refugio más caluroso, más frío y más lluvioso sopla las velas

Los guardas de Pineta han sido testigos en los últimos 25 años del cambio climático. En este paraíso de la escalada en hielo, la temporada cada vez dura menos.

El edificio, cubierto por la nieve durante el invierno.
Refugio de Pineta

El refugio de Pineta soplará el próximo puente de la Constitución 25 velas, y para celebrarlo ha organizado unas charlas montañeras. En 1997, la Federación Aragonesa de Montañismo decidió abrir un alojamiento en este valle, uno de los sectores más visitados del Parque Nacional de Ordesa. No había ninguno entre Góriz y Viadós y era una zona de paso del GR-11. Se aprovechó una antigua aula de naturaleza propiedad del Ayuntamiento de Bielsa que la cedió con este fin.

Hace un año fue sometido a una reforma integral, con 240.000 euros financiados por la FAM y la Diputación de Huesca, que incluyó la modernización de las instalaciones interiores y el tejado del edificio, deteriorado tanto por su antigüedad como por las inclemencias meteorológicas.

Y es que la singularidad de Pineta son sus temperaturas extremas. "Es seguramente el refugio más frío del Pirineo, donde más llueve y donde hace más calor", dice el guarda Jaime Arbex, que cuenta una anécdota con la Aemet, a la que reportan los datos de la estación instalada en el albergue. "Un mes después de abrir, nos llamaron para decirnos que no tomábamos bien los datos o la estación estaba estropeada. Y es que dábamos 10 grados menos que el refugio de Góriz, que está 1.000 metros más alto. Vinieron, la revisaron y no fallaba nada".

En el valle de Pineta se producen grandes inversiones térmicas. Entre el 15 de diciembre y el 15 de enero apenas entra el sol y el frío se queda en el fondo del valle. "Si cae una nevada el 5 de diciembre, se puede mantener hasta febrero", asegura Arbex.

Precisamente las bajas temperaturas han hecho famoso a este refugio por las posibilidades de escalada en hielo en las paredes situadas enfrente (estando a 1.240 metros, "poco más que Teruel") y otros enclaves cercanos. La mínima que recuerda Arbex son -21 grados, y la máxima, 34, este año.

En estas condiciones no es fácil mantener las instalaciones en invierno. La toma de agua, 1.000 metros más arriba, requiere vigilancia constante por si se congela la manguera.

El microclima del valle de Pineta incluye también grandes precipitaciones. "En 4 kilómetros puede haber una diferencia de hasta 50 litros. Las borrascas del sur se bloquean en Monte Perdido. La máxima no se pudo medir porque la riada arrasó la estación meteorológica, pero recuerdo haber remitido a la Aemet en 24 horas 190 litros. Incluso en un año seco como este, del 1 al 18 de agosto llovió casi todos los días", detalla Arbex. La anchura del cauce del Cinca, 400 metros, los protege de las inundaciones.

En los 25 años que llevan abiertos, los guardas han sido testigos del cambio climático, cada vez con inviernos más suaves. "En 2005, la escalada en hielo duró casi cuatro meses, el año pasado no llegó a 15 días. Se limita a los tres lugares más altos. Antes se podía escalar por encima de 1.500 y ahora es casi imposible".

La cercanía del Parque y estar pegados a la carretera les beneficia. Cada año tienen entre 4.000 y 5.000 pernoctas y numerosos visitantes. Solo cierran el día de Navidad, "porque nuestras madres nos reclaman", bromea Arbex, que guarda el refugio junto a Enrique Mata. Incluso en la pandemia permanecieron abiertos. En este sentido, habla de la gran labor realizada por la FAM, "que tiene una de las mejores redes de refugios de Europa".

Charlas montañeras

Para celebrar el aniversario, el refugio ha organizado unas charlas montañeras del 6 al 10 de diciembre. El programa lo abrirá el histórico alpinista Juanjo San Sebastián, uno de los ochomilistas más importantes de los años 80 y 90, que narrará sus múltiples experiencias en las distintas cordilleras del mundo. El día 7 han invitado a Anchel Belmonte, coordinador científico del Geoparque Sobrarbe-Pirineos. El 8, el guía de Bielsa Borja Real hablará de los aludes en el valle de Pineta. El 9 estará el técnico jubilado de Ordesa Luis Marquina para hacer unos apuntes históricos sobre los puertos y los pasos por la frontera de Bielsa. Y el 10 se contará con un guarda del Greim para abordar el tema de la seguridad en la montaña y con Cecilia Buil, habitual de la escalada en hielo en la zona.

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