"Es una experiencia que hay que vivir al menos una vez", recomendaba fervientemente Raquel Valdovinos, una joven oscense emocionada por volver tres años después al tendido de Sol de la plaza de toros de Huesca, un lugar de ‘religión’ para los peñistas. "Aparte del espectáculo taurino, venimos sobre todo por la fiesta que se monta cada tarde", resaltó. En la primera de feria, las peñas colgaron el cartel de completo en una tarde tórrida a casi 40 grados, mientras la sombra registró algo menos de media entrada.

Volvieron las charangas, el ritual del himno de Eurovisión para saludar a los toreros, las neveras repletas de comida y bebida para la hora de la merienda, los vítores a la SD Huesca, la ola y hasta los lanzamientos de latas al ruedo (pese a los ruegos que había hecho las peñas para evitarlo).

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También María Ramón y sus amigos son "fijos" del tendido de Sol. "Venimos todos los años porque es una de las cosas que más nos gusta de San Lorenzo por el ambiente, la merienda, los amigos, las charangas, la salida con las peñas... Podremos faltar por la noche, pero a los toros nunca", aseguró. Y son ya unos ‘profesionales’: "Uno viene a coger sitio, otro hace la comida, otro compra el hielo... y al final todo eso tiene su encanto". Para menú optaron por el plato más típico del 10 de agosto, pollo a lo chilindrón "y para picar fuet, patatitas, aceitunas y tinto de verano". Además, reconoció que a veces no atienden demasiado a la corrida "porque hablas con los de al lado, compartes comida, bailas con la charanga... es fiesta total y nadie está de mal rollo".

Otra cuadrilla que tampoco se pierde nunca los toros es la de Martín Visús, que fue disfrazado de chulapo madrileño "porque voy a las Ventas en San Isidro y siempre he querido vestirme con el traje típico, aunque allí es otro nivel y entonces lo he tenido que hacer aquí en Huesca", explicó. Lleva diez años ocupando el mismo sitio en el Sol y este miércoles lo hicieron con más de dos horas de antelación. Compartieron desde rabo de toro a pizzas o costillas.

Mientras, Cristian Arias se hizo fan del Sol hace cinco años "porque el ambiente es genial y los toreros normalmente se portan así que es una experiencia extraordinaria porque aquí encuentras buen rollo y diversión". Y eso que admitió no ser demasiado taurino, "aunque lo que importa es todo lo que hay alrededor", añadió.

A buscar sitio tres horas antes

Paola Gallán repetía junto a sus amigas tras estrenarse en el Sol en 2019. En la primera corrida de feria llegaron a la plaza a las 15.30, casi tres horas antes del inicio de la corrida, "y ya había gente porque vienen muy pronto a coger buen sitio". Lo que le enamoró es que "hay mucha fiesta; de hecho, para mí es el mejor momento de todo el San Lorenzo, mucho más incluso que salir por la noche. Ojalá esto durara todo el día", remarcó. De primero tenían macarrones con tomate y de segundo, hamburguesas. "Nos dividimos por parejas y hemos hecho un menú para toda la feria muy bien organizado", señaló.

David Ballester también tiene una cita cada año con el tendido de las peñas "porque aquí es donde está toda la fiesta y donde mejor te lo pasas". Tantas ganas tenía de regresar a la plaza que el primer día que abrieron las casetas para la campaña de socios ya compró el abono. Merendó con sus amigos melón con jamón, macarrones, san jacobos... "Cada día nos organizamos cuatro personas para traer una comida distinta y así tenemos para todos", dijo.