Desde el minuto uno en la calle, antes y después de la pandemia

Cruz Roja fue una de las caras más visibles en la batalla de la covid. En San Lorenzo volverán a estar presentes en casi 50 actos.

Ángel Herranz, Tere Cavero, Mónica Lloro, Miguel Dieste, Guillermo Calvo, Enrique Sanz, Carolina Loscertales y Óscar Gracia.
Ángel Herranz, Tere Cavero, Mónica Lloro, Miguel Dieste, Guillermo Calvo, Enrique Sanz, Carolina Loscertales y Óscar Gracia.
Javier Navarro

Unos 50 voluntarios de la Cruz Roja se desplegarán estas fiestas para velar por la seguridad de casi medio centenar de actos. «Después de este parón de dos años afrontamos San Lorenzo como siempre, pero haciendo hincapié sobre todo en que la covid todavía está aquí, tomando las debidas precauciones en todas las asistencias», explica el director de la Unidad de Emergencias, Óscar Gracia. «Por lo que estamos viendo en otras ciudades la gente ha cogido las fiestas con muchas ganas. Nosotros seguiremos en alerta y preparados igual que cualquier año», añade.

No va a ser fácil, reconoce Gracia. «Casi nadie lleva ya mascarilla, pero al menos ante el más mínimo síntoma, debería hacerse un test rápido y si es positivo, intentar minimizar el riesgo de contagio», dice, consciente de que las distancias en las fiestas son difíciles o imposibles de mantener. «Este verano hemos trabajado en festivales y sabemos que las distancias no existen, tampoco las mascarillas».

Pero los voluntarios y el personal de Cruz Roja están muy concienciados. No olvidan los duros momentos vividos en plena pandemia. «Desde el minuto uno estuvimos en la calle, aunque esa situación nada tiene que ver con la de ahora», reconoce el director de la Unidad de Emergencias de Cruz Roja.

Echando la vista atrás recuerda la puesta a disposición del 061 de la red de transporte sanitario urgente. El 95% de los traslados que realizaban eran pacientes covid. Pronto empezaron a trabajar también con transportes adaptados a personas con movilidad reducidas. En la retina de todos queda la imagen de los voluntarios de Cruz Roja llevando a los ancianos a centros covid como el de La Abubilla, en Yéqueda. «No necesitaban ambulancia pero debían ir aislados. Nuestro papel fue muy importante en aquel momento. Teníamos material de protección, pero nos estábamos enfrentando a algo nuevo que no conocíamos».

No fue lo único. En mayo del 2020, el Ayuntamiento de Fraga les pidió gestionar el albergue para temporeros, otro recurso pionero. Había que empezar de cero y además asumir un riesgo. Óscar Gracia se contagió allí y estuvo 16 días hospitalizado. «La gente en ese momento nos necesitaba y teníamos que estar al lado de las personas. Fueron momentos muy duros», dice dos años después, tras vivir la experiencia en primera persona.

Ahora la situación no es la misma, aclara, sobre todo porque la vacuna ha dado tranquilidad, pero no se puede olvidar que la pandemia ha dejado tras de sí muchos fallecidos. Y aunque haya vuelto la normalidad y a Cruz Roja se la vea estos días en las actividades festivas, no deja de recordar que el covid sigue aquí.

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