La Guardia Civil desmonta la legítima defensa y concluye que el crimen de Broto fue un asesinato

La Policía Judicial afirma que Geovanny Valencia no tuvo ninguna posibilidad de repeler las cuatro cuchilladas "certeras" de su exnovia, Daniela Valencia, y que las heridas que presentaba ella fueron autoinfligidas.  

Daniela Valencia está siendo juzgado en la Audiencia Provincial de Huesca por un jurado popular.
Daniela Valencia está siendo juzgado en la Audiencia Provincial de Huesca por un jurado popular.
Verónica Lacasa

Geovanny Valencia fue asesinado por su exnovia, Daniela Valencia, ya que no tuvo ninguna posibilidad de defensa. Ella le abordó en la escalera de la vivienda de la víctima y desde un plano superior -estaba en el primer o segundo escalón- le asestó cuatro puñaladas "certeras" en la zona del tórax, una de ellas invalidante en el pulmón izquierdo y otra mortal en la aurícula izquierda del corazón, con un cuchillo de grandes dimensiones. Y es que en ese momento, él tenía las dos manos ocupadas, una cogiendo las llaves del piso y la otra intentándose quitar la chaqueta. Además, el fallecido no presentaba lesiones de autodefensa ni de lucha. Este es el resumen del informe que ha expuesto la Policía Judicial de la Guardia Civil este miércoles en la tercera sesión del juicio con jurado que se celebra en la Audiencia Provincial de Huesca por el crimen de Broto y en el que la acusada se enfrenta a penas de entre 20 y 25 años de cárcel. La defensa pide la absolución por la eximente completa de miedo insuperable. 

Unas conclusiones que desmontan la versión de legítima defensa que Daniela había argumentado en su declaración del lunes, cuando aseguró que la víctima, al sorprenderla en su apartamento, le empezó a insultar y a escupir y le golpeó dos veces la cabeza con el marco de una puerta por una supuesta infidelidad. Relató que durante esa discusión, Geovanny fue a la cocina, cogió un cuchillo y la sujetó desde la parte de atrás mientras le hacía cortes en el cuello y se lo clavaba varias veces en la nuca. Tras ello, manifestó, él se puso de nuevo frente a ella y le dijo con el cuchillo en la mano: "O soy yo o eres tú". Y entonces Daniela se lo quitó y se lo clavó "porque sabía que me iba a matar y yo tenía muchísimo miedo", manifestó. Posteriormente, reconoció que llegó a provocarse unas heridas en el pecho para intentar quitarse la vida.

Sin embargo, para los especialistas de la Policía Judicial es "improbable" que hubiera toda esa interacción anterior a la muerte que relató Daniela. "Lo más razonable es que cuando Geovanny se estaba quitando la chaqueta, se puso frente a él y le causó las heridas sabiendo que era mortales", han afirmado. 

Tras analizar la escena del crimen, donde recogieron más de 200 muestras biológicas, los agentes de la Guardia Civil consideran que hay numerosos indicios que demuestran su conclusión: una salpicadura de sangre en la pared de la escalera de arriba a abajo y de izquierda a derecha "que es la típica que deja un cuchillo al retirarlo después de clavarlo"; Geovanny no tenía restos biológicos de Daniela en las uñas de las dos manos, salvo en dos; y la herida que tenía la acusada en el cuello -y que dijo que se la había realizado la víctima- fue hecha de derecha a izquierda por ella misma "porque una persona diestra como Geovanny, según el forense, lo normal es que la hiciera de izquierda a derecha si la estaba sujetando por detrás".

El informe de la Policía Judicial indica también que tras la agresión mortal, la primera reacción de Daniela fue huir del piso (dejó unas manchas de sangre por proyección en el rellano) pero volvió para limpiarse la sangre y manipular el cadáver ya que estuvo buscando el móvil en la chaqueta del fallecido y luego lo dejó sobre el pecho de la víctima. Además, rajó al menos una prenda de la víctima con otro cuchillo distinto al de las puñaladas mortales. Y después de deambular por la vivienda y autolesionarse, huyó. Casi 16 horas después fue detenida y en su vehículo hallaron una libreta reconociendo los hechos y mostrando su arrepentimiento.  

En su opinión, una llamada previa de más de 20 minutos que mantuvo con Geovanni tras romper su relación -y cuyo contenido desconocen- pudo ser el desencadenante para que Daniela decidiera matarle. El cuchillo homicida fue encontrado en el baño de la segunda planta y tenía fibras de la camiseta que llevaba la víctima, además de restos biológicos de él y de la acusada.

Los investigadores han reconocido que desde el principio dudaron de la versión del crimen que ofreció la acusada porque no admitió haber usado un segundo cuchillo que encontraron manchado de sangre y con más fibras de ropa; porque durante la reconstrucción "clavó la mirada" sobre la encimera donde hallaron uno de los cuchillos; y por la posición del cadáver ya que tenía la chaqueta semidespojada. 

Dos testigos de la defensa afirman que la acusada era maltratada

Por otra parte, en la sesión de este miércoles han testificado una prima de la acusada y una extrabajadora del bar que regentaba Geovanny -llamadas por la defensa- que han coincidido en afirmar que el fallecido maltrataba a la acusada, en contra de lo manifestado el martes por varios testigos de la acusación particular. Ambas han asegurado haber visto en alguna ocasión a Daniela con moratones en los brazos, aunque ella nunca les confesó que se los había provocado Geovanny hasta después de su muerte. "Ella decía que se había dado un golpe en la puerta, pero se veían claramente que eran unos dedos marcados", han afirmado. También han relatado episodios de insultos y gritos por parte de Geovanny hacia ella delante de los clientes del bar. 

Discusión entre los forenses por las lesiones

Los forenses del IMLA que hicieron la autopsia de Geovanny y que examinaron las lesiones de Daniela han discrepado en sus conclusiones con otros dos peritos forenses de la defensa. Para los primeros, las cuatro cuchilladas fueron inmediatas y pudieron asestarse desde la escalera, y para los segundos, desde la misma altura. Y sobre las heridas de la acusada, los primeros afirmaron que eran compatibles con ser autolesivas, y los segundos, que al menos dos del cuello la causó otra persona. El perito psiquiatra de la defensa también ha asegurado que Daniela sufría el síndrome de la mujer maltratada y que tras ser acosada "pasó a la acción".

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