El oso Neré, el más viejo del Pirineo, reaparece con mejor aspecto

Un colectivo conservacionista francés ha captado imágenes del ejemplar, que está sometido a un seguimiento especial y cuya salud preocupa a los técnicos. 

Una imagen de Neré de los vídeos captados en mayo en el valle de Arán.
Una imagen de Neré de los vídeos captados en mayo en el valle de Arán.
Collectif HOPE

El estado de salud del oso Neré, el más viejo del Pirineo con 25 años, preocupa, hasta el punto de que está siendo objeto de un seguimiento especial, tras los vídeos grabados el pasado abril en el valle de Arán que evidenciaban su cojera. Sin embargo, unas imágenes recogidas hace unos días muestran una mejoría en su estado de salud. Si antes apenas apoyaba una de las patas y le costaba moverse, ahora se le ve incluso ponerse de pie. 

El animal parece seguir en buen estado, pese a la preocupación por su salud.
Collectifhopefrance

Las últimas imágenes fueron tomadas el 5 y el 12 de mayo, también en el valle de Arán, por la asociación de defensa de la especie Collectif HOPE, siglas que hacen referencia al hombre, al oso y a los Pirineos. La organización confirma la mejoría del viejo oso. Aunque no se conocía la razón de la lesión, piensan que además de por la edad podía deberse a un encontronazo con otros ejemplares. "Neré ya no es el gran macho dominante. Rodri tomó su lugar en el Béarn", la región francesa. 

"Verlo de pie es una prueba de su buena salud, aunque la edad no perdona", confirman los expertos. Eso sí, será difícil volver a verlo por Aragón, uno de sus destinos, pues tendría que realizar largos desplazamientos de más de 100 kilómetros atravesando distintos valles hasta el Pirineo occidental.  

El vídeo tomado por cámaras de fototrampeo en abril reflejaba una clara dificultad locomotriz en la pata posterior izquierda. Le costaba caminar y esto hacían temer una progresiva degradación en su estado de salud. Incluso se convocó al Grupo de Trabajo del Oso en el Pirineo, con técnicos de varias administraciones de España y Francia, del que también forma parte el Gobierno de Aragón, para valorar las posibles causas de la afectación, así como los modos de proceder a partir de ahora. "De momento, se ha optado por intentar efectuar un seguimiento esmerado en la zona donde se observó, para ver si se puede volver a observar a Neré y comprobar si hay alguna evolución en su estado de salud", indicó el Consejo General del Valle de Arán entonces.

Es actualmente el patriarca de la especie. Nacido en la cordillera en el invierno de 1997, ocupa un lugar destacado en el árbol genealógico. Su madre, Ziva, capturada en Eslovenia y liberada en el Pirineo, ya llegó preñada en 1996, cuando se inició la reintroducción del oso pardo. Neré se apareó además con la última hembra autóctona, Cannelle, que tras dar a luz a Canelito fue abatida por un cazador en Urdós, cerca de la frontera de Somport.

Moviéndose entre Cataluña y Aragón, ha participado en la reproducción en ambos extremos de la cordillera. Sus apareamientos han dado fruto y para sorpresa de muchos, dada su avanzada edad, en 2019 se confirmó con análisis genéticos que era el padre de tres oseznos, de dos camadas distintas.

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