¿Qué le pasa a Neré, el oso más viejo del Pirineo?

Un vídeo muestra las dificultades de movimientos de este ejemplar de 25 años, que vive a caballo entre Aragón y Cataluña y ocupa un lugar destacado en el árbol genealógico de la especie. Está siendo objeto de un seguimiento. 

En las imágenes se ve su evidente cojera, al parecer relacionada con su avanzada edad.

El estado de Neré, el oso más viejo del Pirineo con 25 años, ha puesto en alerta a los técnicos, que desde hace unos días le realizan un seguimiento especial debido a su evidente cojera, al parecer relacionada con su avanzada edad. 

Es actualmente el patriarca de la especie y se mueve entre Aragón y Cataluña. Nacido en la cordillera en el invierno de 1997, ocupa un lugar destacado en el árbol genealógico. Su madre, Ziva, capturada en Eslovenia y liberada en el Pirineo, ya llegó preñada en 1996, cuando se inició la reintroducción del oso pardo. Neré se apareó además con la última hembra autóctona, Cannelle, que tras dar a luz a Canelito fue abatida por un cazador en Urdós, cerca de la frontera de Somport.  

La tarde del pasado jueves, 21 de abril, se observó al oso en la zona del Bajo Arán, en la frontera con Aragón. Según  ha explicado el Consell General del Valle de Arán, la observación puso en alerta a los técnicos que realizan el seguimiento, dado que el oso Nere presentaba una clara dificultad locomotriz en la pata posterior izquierda. 

Por este motivo fue convocado el Grupo de Trabajo del Oso en el Pirineo, con técnicos de varias administraciones de España y Francia, del que también forma parte el Gobierno de aragón, y se valoraron las posibles causas de la afectación, así como los modos de proceder a partir de ahora.

"Se considera que lo más probable es algún tipo de afección relacionada con la avanzada edad del ejemplar", indicaron las mismas fuentes. De hecho, se dispone de grabaciones efectuadas en verano del 2020 donde el oso ya mostraba una clara dificultad motriz en las patas posteriores, que sustentarían la hipótesis de una degradación progresiva de la salud del animal.

Sin embargo, no pueden descartarse otras causas, pues también existen vídeos de cámaras de fototrampeo de 2021 donde el ejemplar parece comportarse con normalidad. "De momento, se ha optado por intentar efectuar un seguimiento esmerado en la zona donde se observó, para ver si se puede volver a observar a Neré y comprobar si hay alguna evolución en su estado de salud", concluyen.

Normalmente hibernaba entre el valle aragonés de Ansó y el francés de Lescún y luego se iba a la otra punta, al de Arán. Expertos en la especie han comentado que este año no fue al Pirineo occidental a pasar el invierno, algo que ahora se explica debido a su estado, que le impedía atravesar la cordillera de extremo a extremo, como hacía antes. Por los vídeos que hay de él, uno de mediados de abril, mantiene el peso (es uno de los más grandes) y el pelaje. Pero su edad roza el límite de vida de los osos en libertad, calculado entre 25 y 30 años. Los máximos conocidos en estado silvestre son de 34. 

Los viajes de Neré avalaron la idea de la conectividad entre las dos poblaciones, la del Pirineo oriental y la del occidental, que inicialmente permanecían aisladas. Viajes que no ha hecho en balde, ya que ha participado en la reproducción en ambos extremos de la cordillera. Sus apareamientos han dado fruto y para sorpresa de muchos, dada su avanzada edad, en 2019 se confirmó con análisis genéticos que era el padre de tres oseznos, de dos camadas distintas.

Huella fotografiada de Neré cerca de Urdués, en el valle de Hecho.
Huella fotografiada de Neré cerca de Urdués, en el valle de Hecho.
Alfredo López Sarasa

Fue en ese año cuando la aparición de sus huellas a un kilómetro del casco urbano de Hecho y los dos ataques a ganado en Embún y Aragüés del Puerto en una semana confirmaron su regreso desde el Pirineo central al occidental, aunque desde entonces se ha movido por ambos lados.

Su reproducción consiguió aportar diversidad genética, al ser uno de los dos machos que tuvo descendencia sin estar relacionados con Pyros, padre y abuelo de la mayoría de osos de los Pirineos, que planteaba un problema de escasa variabilidad genética.

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